1° ESTADÍO: APARICIÓN DE LA MEMBRANA E INICIO DEL INTERCAMBIO
En el video anterior- si no lo viste, hazlo antes de continuar con esta serie -
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te hablé acerca del sistema de meridianos o canales de energía que posee nuestro cuerpo. Este sistema funciona como una red, que tiene como principales funciones las de, comunicar y transmitir mensajes a todas las partes de nuestro organismo.
El cuerpo es una unidad, gracias a este sistema de meridianos, uniendo los órganos con la piel, la parte posterior del cuerpo con la frontal, partes distales entre sí, conformando de este modo, toda una red de comunicación, con el único objetivo de mantener la unidad física orgánica.
Este es uno de los tres niveles de comprensión, que podemos atribuir a este sistema: unir y mantener la función de toda la economía orgánica.
En un segundo nivel, se puede observar que también transmite mensajes. Es decir, que comunica todos los cambios que existe en el entorno hacia el interior del cuerpo: los cambios de temperatura, los ciclos de la noche y el día, los cambios de presión atmosféricos, las distintas radiaciones y movimientos telúricos, son transmitidos por este sistema de meridianos, que actúan como captadores de estas variaciones, que existen en el entorno, con el fin de mantener al cuerpo adecuadamente adaptado a estos cambios.
Y en un tercer y más profundo nivel en el que haremos más hincapié en este canal: el aspecto emocional y espiritual.
Cada órgano y víscera tiene distintas funciones, distintos metabolismos: algunos almacenan sustancias, otros las transforman en energía. Además de su función meramente física, los órganos también producen lo que se denominan “humores”, que son intangibles, pero los reconocemos porque se manifiestan a través de las emociones humanas.
Así, decimos que cada órgano segrega un “HUMOR” característico que nos da un determinado “humor emocional”.
Un ejemplo de ello es el hígado, del cual la MTC dice que el humor que produce este órgano es el “HUN” (una forma de “personalidad espiritual” o de “alma etérea”), que nos proporciona la actitud para influir en el entorno, la posibilidad de expresarnos, y que nos permite también, planificar el curso de una acción. Cuando este HUN se desarmoniza, puede transformarse en explosiones de ira o de cólera.
¡No te vayas! porque aquí comienza la aventura de nuestra amiga la ameba, la que nos ayudará a comprender mejor cómo funcionamos en este mundo.
Dicen que todo comenzó con una sopa primordial en la que existían todas las probabilidades de vida posibles.
De alguna manera, se dio paso al primer ser vivo, muy elemental, que sólo constaba de una célula.
Se podría decir, que era un individuo, solo y gracias a su membrana, que lo diferenciaba del resto del entorno más o menos.
Según Shizuto Masunaga, este es el primer estadío de la existencia individual. Se diferencia del resto del Universo, aunque coexiste con él.
Masunaga denominó este factor energético, “establecimiento de una frontera”. Mediante su membrana, la ameba se diferencia del entorno y, a su vez, se comunica con éste, nutriéndose con el intercambio.
Para la MTC, esta función le corresponde al Pulmón, que ejerce de “piel” del organismo humano. Los Meridianos de los Pulmones y del Intestino Grueso, representan las funciones de consumo y eliminación, imprescindibles para el intercambio de Ki (energía vital) entre el ser humano y el universo.
En resumen: durante el primer estadío del ciclo, se ejecuta “la vitalidad mediante el intercambio”.
Más que nunca en la historia de este planeta se requieren como ahora, la ductilidad, la flexibilidad de ideas y conceptos, el saludable intercambio con el entorno, la percepción de que todo se moldea, todo cambia y transmuta. Hemos venido a este mundo a ser conscientes de nuestra individualidad a la vez que percatarnos de la existencia de la red que nos interconecta a todos, con Todo.
Ser felices y mantenernos alegres, es la clave para una cooperación entre pares, sin competitividad, reconociéndonos como hermanos que somos en esta sopa primordial que nos contiene y nutre.
Los límites son necesarios, siempre que se establezcan con respeto hacia el otro y hacia uno mismo. El desafío de estos tiempos, es aceptar las diferencias que nos caracterizan como individuos y que, al mismo tiempo, nos enriquecen con sus infinitos matices. Cada uno de nosotros posee una llave que, unida a la de todos los seres vivientes, abre el tesoro de la Verdad.
Ilustraciones de la ameba a mano alzada: inspiradas en el libro de “Teoría y Práctica del Shiatsu” de Carola Beresford-Coocke
Próximo capítulo: SATISFACCIÓN DE LAS NECESIDADES
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Saludos cordiales,
Mariel Alabarcez
Terapeuta Zen Shiatsu
Desarrollo Personal
CABA, Argentina
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