¿Sabes cómo practicar una actividad física sin tener lesiones?

El deporte es salud. El ejercicio físico es mantenerse activo, disponer de un tiempo de ocio. La actividad deportiva es sociabilizar con los amigos. Los beneficios del deporte en el organismo, tanto físicos como mentales, son innumerables, pero el ejercicio físico también cuenta con una cara oculta: los percances físicos. Las lesiones pueden amargar a cualquiera e incluso dar más de un quebradero de cabeza al desarrollarse algún problema de carácter crónico. ¿Y sabes cómo evitarlos?

No hablamos de los grandes profesionales del fútbol, el tenis, el ciclismo o el baloncesto, entre otros muchos deportes. Hablamos de usuarios que buscan mantenerse en forma y disfrutar de su deporte predilecto. Las lesiones pueden afectar a cualquier persona, no sólo a los atletas profesionales. Afortunadamente hay una serie de recomendaciones a seguir con el propósito de regatear a la temida lesión. Empezamos, por ejemplo, con equiparnos adecuadamente a la práctica de ese deporte, para lo cual lo mejor es acudir al asesoramiento de los profesionales de una tienda de deportes.

Desde equiparse correctamente a tener un entrenador personal

Toda vez que hemos adquirido la equipación y complementos acordes a nuestro deporte y nivel de este, así como de nuestro físico, conviene dejarse también asesorar por los profesionales de las actividades físicas. Éstos nos guiarán a la hora de ponernos en forma, de aprovechar al máximo ese tiempo de actividad, a no abandonar en la primera dificultad que encontremos, a encontrar una progresión y a conocer una serie de posturas y rutinas que nos ayudarán a no lesionarnos. Conviene recordar que algunos percances, a determinadas edades, son adversarios que ofrecen una gran resistencia.

Si no queremos gastarnos un dinero (o hacer esa inversión en nuestro organismo), será el momento de cumplir una serie de recomendaciones básicas. Si compramos un equipamiento acorde a nuestro nivel, también resulta necesario que practiquemos deporte de una forma adecuada a nuestra condición física. La progresión es consecuencia de la constancia. Comencemos, entonces, cumpliendo con esta sencilla guía:

Calentamiento óptimo: de menos a más. Así debemos comenzar cualquier actividad. El cuerpo necesita ponerse a tono y esto ayudará a tener un mayor oxígeno en los músculos y un mejor flujo de sangre; una mejor flexibilidad (los estiramientos son clave) y potenciaremos nuestra concentración.

Estiramientos: son fundamentales y no sólo para relajarse después de un tiempo de máximo esfuerzo físico. Si hacemos estiramientos suaves y lentos conseguiremos que los músculos vayan adecuándose al ejercicio físico. Debe atenderse a gemelos, cuádriceps, isquiotibiales y espalda. Asimismo, cualquier parte de la que suframos debe ser considerada para hacer estiramientos.

Técnica correcta: hacer deporte, como correr, no consiste en ponerse a correr y hacer kilómetros. El running (como ahora se denomina) es hacerlo acorde a una técnica que cuidará nuestra zancada, nuestros músculos y nos hará disfrutar más. Y esto puede extrapolarse a otros deportes. Con la ayuda de un monitor deportivo conseguiremos aprender a hacer ese deporte de una manera óptima. Y a no lesionarnos.

Fijarse unos límites físicos: no hay que imitar a nuestro ídolo deportivo. Hay que hacer deporte consciente de nuestros límites. Y hacer deporte de forma gradual. El primer día no debemos ejercitarnos fuertemente, sino que debe ser progresivo. No sólo evitaremos lesiones, sino que no abandonaremos.

Alimentación y descanso: el deporte no sólo consiste en todo lo reseñado anteriormente, sino que evitar lesiones también comienza con una alimentación sana (que nos ayude a recuperar y dar energía a los músculos) y en mantener unas horas adecuadas de descanso y recuperación. En este sentido, también podemos añadir la figura del fisioterapeuta.
Fuente: este post proviene de Rutinas deportivas, donde puedes consultar el contenido original.
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