Es una gran amante del orden pero entendido en su sentido subjetivo, es decir, el orden es aquello que encaja en su criterio personal. Conviene puntualizar que el orden no solo remite a la posición de los objetos externos sino también, a las relaciones personales. ¿Qué se esconde detrás del enfado interior permanente de una persona autoritaria?
Cómo reconocer a una persona autoritaria
Una persona autoritaria suele tener los músculos de la cara muy rígidos puesto que no se relaja, es decir, está en tensión y a la expectativa. Las personas autoritarias son muy trabajadoras, son personas que tienen unos altos niveles de exigencia sobre sí mismas. Trabajan a la perfección y cumplen con los objetivos establecidos. Las personas autoritarias son rígidas porque pierden de vista que el mundo no se describe en términos de blanco y negro sino que existen muchos puntos intermedios.
Con frecuencia, son personas con muy buen corazón que se han hechos duras por la dureza de la vida o la percepción que tienen del mundo que les rodea. Son personas que han creado una máscara de fortaleza exterior tan fuerte que en raras ocasiones expresan un sentimiento afectivo de una forma clara y directa como por ejemplo, decir “te quiero” porque consideran que se trata de un signo de debilidad. Las personas autoritarias son exigentes con los demás porque en primer lugar lo son consigo mismas.
Las personas autoritarias tienen dificultades para tener empatía con los demás porque es difícil que los demás estén a la altura de sus expectativas. Expectativas marcadas por una lista de exigencias interminable y agotadora. Esperan tanto que terminan reafirmando sus creencias irracionales cada vez que algo no es como ellos esperan.
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