Desde hace algunos años existe un auge de lo que se llama entrenamiento funcional, y es que los beneficios que este tipo de entrenamiento produce han sido más que contrastados haciendo que corra de boca en boca y que todos quieran practicarlo.
Lo cierto es que, aunque actualmente el entrenamiento funcional sea el líder en el mercado, no se trata de ninguna novedad, ya que es un entrenamiento muy antiguo que se viene practicando desde hace muchísimos años.
Esto hace que muchos entrenadores personales se anuncien como especialistas en entrenamiento funcional, pero la realidad es que un entrenador convencional sin formación específica en el campo suele pasar por alto los puntos básicos de este tipo de entrenamiento llegando a cometer muchos errores a la hora de programar y hacer que los deportistas ejecuten la sesión.
En el post de hoy trataremos a fondo el tema de entrenamiento funcional y aportaremos algunas claves para saber diferenciarlo de un entrenamiento convencional.
¿Qué es el entrenamiento funcional?
Si preguntásemos a alguien que practique deporte de forma habitual sobre el entrenamiento funcional, seguramente nos diría que es un tipo de entrenamiento que se realiza con plataformas de inestabilidad, bandas de resistencia y cuerdas de suspensión.
Razón no le faltaría, pues este tipo de accesorios se usan en el entrenamiento funcional, pero no son estos artículos los que dan la funcionalidad al entrenamiento.
Si has visto en tu gimnasio a un tipo haciendo equilibrio sobre un fitball mientras sostiene un balón medicinal entre las rodillas y hace sentadillas en barra…seguramente se haya confundido de lugar y su sitio sea el circo, porque este tipo de burradas no se corresponde con lo que realmente es el functional training.
El entrenamiento funcional es aquel que persigue aumentar las posibilidades de actuación de la persona en el medio físico y social que le rodea. Es decir, el objetivo principal es mejorar el bienestar de quien lo practica. Por eso, los ejercicios están enfocados para que tengan transferencia a la vida cotidiana.
Uno de los pilares del entrenamiento funcional es generar una buena base de capacidades físicas (y neuronales) que garanticen una buena postura y calidad del movimiento.
Por tanto, para que sea efectivo debe estar bien programado, ya que de lo contrario los resultados obtenidos serán aleatorios y no cumpliremos otro de los propósitos de este tipo de entrenamiento; la prevención de lesiones mediante la potenciación de dichas capacidades.
Características del entrenamiento funcional
Entrenamiento integrado: Trabaja las capacidades físicas básicas, coordinativas y perceptivas.
Función tónica y fásica: El control postural es importantísimo, por eso el CORE debe estar siempre activo para que el movimiento sea eficaz.
Globalidad de movimiento: El cerebro no entiende de músculos, por eso el entrenamiento funcional trabaja con movimientos, al contrario que el entrenamiento convencional que trabaja músculos aislados.
Movimientos diagonales o triaxiales: Implica todos los ejes y planos de movimiento posibles, es decir, los movimientos implican la acción de varias articulaciones, como por ejemplo en una sentadilla.
Énfasis en la sinergia muscular: Al trabajar con movimientos completos y no con músculos aislados, permite potenciar los músculos estabilizadores, los grandes olvidados cuando trabajamos en máquinas guiadas de gimnasio.
Eficiencia de la musculatura de la columna vertebral: Entrena de forma específica la musculatura de la columna vertebral para mejorar la postura corporal.
Transferencia a la vida cotidiana o para la práctica deportiva: Movimientos o ejercicios que mejoran la habilidad de completar las actividades diarias con mayor eficacia y eficiencia o que provocan una mejora en otro deporte técnico (ejemplo; lanzamiento potente en balonmano).
El entrenamiento funcional no es un entrenamiento realizado en maquinas guiadas, no es monoplanar (ejemplo curl de bíceps) y tampoco entrena músculos aislados.
La importancia de la postura
Una buena postura es eficiente alrededor de tu centro de gravedad, con los músculos y articulaciones repartiéndose proporcionalmente la carga, respetando las curvas naturales. Esta no puede ser forzada ni puede obligarnos a estar tensando los músculos de forma consciente.
Ninguna postura mantenida en el tiempo es buena.
Una articulación está en buena postura si está centrada (neutra), lo que permite una mayor (y más segura) transferencia de fuerza. Cuando diferentes articulaciones están centradas para una función concreta, hablamos de buena postura.
El gran problema de la sociedad actual (junto al sedentarismo y la mala alimentación) es mantener posturas estáticas durante mucho tiempo (especialmente sentados).
La compensación es una estrategia de movimiento alternativa que adopta el cuerpo cuando existe una restricción física de movilidad que le impide realizar el patrón de forma correcta.
Así, si una articulación no puede realizar correctamente su función, el cuerpo compensará dotando a otra articulación de trabajo extra, siendo esto potencialmente lesivo.
El entrenamiento funcional (bien programado) trabaja para que la persona recupere la funcionalidad de todas sus articulaciones, al contrario que el entrenamiento convencional, que trabaja adaptando los ejercicios a esa restricción.
¿Entrenamiento funcional para todos?
La gran ventaja del functional training es que puede adaptarse a todos los niveles, lugares y objetivos, respondiendo a las necesidades de todo tipo de personas.
Cada ejercicio es adaptable a cualquier nivel de forma física. Así podremos ayudar al deportista de alto nivel a mejorar cualquier gesto específico que requiera su deporte y a nuestra vecina de 80 años que carece de ascensor en su vivienda a que logre subir todos los peldaños sin cansarse o lesionarse.
Es un tipo de entrenamiento muy beneficioso también para los niños, ya que trabaja las bases físicas del desarrollo como la coordinación, equilibrio y agilidad, determinantes a la hora de practicar un deporte técnico más adelante.
El functional training también tiene un papel importantísimo en la prevención y rehabilitación de lesiones, pudiendo introducir, por ejemplo, ejercicios de equilibrio en plataforma inestable para recuperar un esguince de tobillo.
¿Por qué es tan importante?
A menudo cuando nos iniciamos en un deporte, por ejemplo fútbol, nos centramos únicamente en mejorar los gestos técnicos ligados a esta disciplina, como podría ser el regate, olvidándonos de la base; el movimiento.
Y recuerda…El entrenamiento funcional es un arma eficaz para mejorar tu calidad de vida y aumentar el rendimiento en tu deporte, pero no olvides que para que sea efectivo debes trabajar con un especialista en este tipo de entrenamiento. ¡¡Que no te vendan la moto!!
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