Cuando se habla de dislexia se tiende a relacionar con personas que muestran dificultades en la lectura o que leen las letras al revés. Este trastorno, que se estima que afecta a un 10% de la población, tiene implicaciones en el ámbito cognitivo, emocional y social en aquellos que lo presentan. Entonces, ¿qué es la dislexia?
La dislexia es una dificultad específica del aprendizaje, de carácter específico y permanente, en el que se ven afectadas las capacidades lectoescritoras de la persona. Se suele presentar una inteligencia normal y no se deben a algún tipo de discapacidad visual o auditiva, ni a otra causa física o psicosocial. Los problemas que se muestran en la lectura se deben a la dificultad reconocer sonidos en el habla y asociarlos a letras y palabras (decodificación). Esto impide una lectura fluida, exacta y automatizada.
Los principales procesos cognitivos que se ven afectados en este trastorno son:
La conciencia fonológica, se trata de la capacidad de manipular y reconocer fonemas (los sonidos individuales en una palabra del lenguaje hablado).
Dificultades con la memoria trabajo, entendida como la información recibida que se necesita mantener y recuperar en un breve espacio de tiempo. Especialmente cuando esa información que se recibe a través del oído, la escucha.
Déficits en el procesamiento cognitivo, hace referencia al aprendizaje, procesamiento y retención de la información que percibimos a través de los sentidos.
La escritura. Les resulta muy complicado procesar los símbolos escritos, deletrear y expresar ideas por escrito, mientras que hablando pueden expresar lo que quieren decir sin mayores dificultades.
Comprensión lectora. Si aparecen dificultades en la fluidez lectora, no es capaz de entender y convertir un fonema (sonido) al grafema (letra), es todo un reto que llegue a comprender lo que lee.
Prevención y detección de la dislexia
El diagnóstico de la dislexia no puede darse hasta los 8 o 9 años del menor, esto es así porque debe haber un desfase de dos años en sus habilidades lectoras con respecto a su edad. Con anterioridad, puede confundirse con un retraso en el desarrollo madurativo o con otras dificultades en la lectura, ya que cada niño aprende a un ritmo distinto.Si bien la dislexia no tiene cura, el trabajo preventivo y la detección temprana (antes de los 7 años) en niños que muestren un riesgo de dislexia, es de vital importancia para el manejo y el aprendizaje de las habilidades lectoescritoras ajustadas a sus necesidades específicas. Esto les permitirá mejorar sus recursos y adaptarse con mayor facilidad desde las etapas prelectoras, a un proceso de aprendizaje diferente al de aquellos que no muestran dificultades para leer.
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Tarda en comenzar a hablar.
Le resulta complicado formar palabras, confunde palabras que suenan similar y aparecen inversiones y omisiones de fonemas.
Tienen dificultades para recordar o decir el nombre de las letras, los números y los colores.
Muestra escritura en espejo de letras y números, aparecen inversiones y confunde letras.
Tienen dificultades para aprender secuencias, días de la semana, números
Poca fluidez en la expresión oral y con un vocabulario empobrecido.
Presentan dificultades motrices, especialmente al escribir.
Detección en edad escolar y adolescencia
Sus habilidades lectoras están a un nivel inferior a su expresión oral.
Muestra problemas para procesar y comprender lo que escucha.
Le resulta complejo ver y reconocer similitudes y diferencias entre algunas letras y palabras.
Tiene problemas para pronunciar palabras desconocidas.
Tarda mucho tiempo en completar tareas que implican leer o escribir.
Evita leer en voz alta.
Lee y escribe de forma lenta y con dificultades, mostrando en su escritura una letra en ocasiones ilegible.
Dificultades para entender y utilizar las reglas ortográficas.
Presenta dificultades para memorizar y resumir.
Implicaciones educativas y trastornos emocionales
Las características que presenta la dislexia son a menudo confundidas en las aulas con alumnos que muestran poco interés por el estudio, vagos, distraídos e incluso incapaces de obtener los objetivos académicos ajustados a su edad. Ellos, que se sienten incomprendidos desarrollan rechazo hacia el colegio o instituto, el estudio les supone horas de trabajo infructuoso y el resultado final no es otro que el fracaso escolar. Frustrados porque no pueden seguir el ritmo de la clase, se sienten inferiores a sus compañeros y es ahí donde aparece una baja autoestima que a veces se manifiesta en forma de tristeza y otras con enfado e ira, llevando a conductas disruptivas. En otros casos, la presión social que implica el no cumplir las expectativas que se espera de ellos deriva en el desarrollo de trastornos de ansiedad.En Psicólogos Málaga PsicoAbreu tenemos especialistas en dificultades epecíficas del aprendizaje, dislexia. Esto permite una mayor comprensión de la dislexia y una adecuada intervención, aplicando las herramientas de enseñanza-aprendizaje adaptadas a sus necesidades específicas y favoreciendo, además, su ajuste emocional.
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