¿QUÉ ES EL ESTILO LIMITANTE Y EL ESTILO POTENCIADOR?

Antes que nada, debes saber que no hay un estilo mejor que otro, todos son buenos y reflejan cómo eres en realidad tú, como un ser total, único, valioso e irrepetible.

Un estilo limitante actúa como tal, cuando es un bloqueo para tu libre expresión y para que puedas ser tu misma en toda dimensión. Cuando te encasilla e impide fluir a tu ser y hace que emitas mensajes erróneos sobre ti misma.

Ambos estilos, el potenciador y limitante te brindan una información sobre cómo eres, ambos son parte de ti misma, como la cara y sello de una misma moneda.

El estilo limitante te ayuda a saber cómo puedes mejorar para conseguir alcanzar lo que quieres de la vida y el estilo potenciador a saber lo que debes resaltar y que te favorece.

Querer encontrar tus estilos no es frivolidad, yo diría que es todo lo contrario. Es crecer y querer ser mejor persona, porque poder mostrarte al mundo con coherencia, sabiendo que lo que ven los demás, es lo que tú quieres decirles, es vivir en armonía y plenitud contigo misma.

Lo que si debes tener en cuenta, es que tú debes ir por delante de tu imagen externa, es decir que debe ser la persona que hay dentro de ti la que se vea reconocida por los demás. Por ejemplo, que te digan te ves fantástica o que guapa estás y no que no solo sea que ‘lindo vestido llevas’.

Estilo limitante o la máscara 

El estilo limitante muestra tus conflictos internos y los factores negativos que bloquean tu desarrollo personal, de tal forma, que crean una incoherencia entre tu interior y tu imagen externa.

Hacer consciente esta parte de ti, esa máscara en la que te ocultas, te favorece en el cambio y renovación que buscas y facilita el camino de lo que quieres conseguir.

Generalmente está asociado a tus autoexigencias, pensamientos, creencias, emociones negativas, a lo que envidias y admiras, a no sentirte tu misma, a una sensación de estar forzada en tu forma de ser y estar.

Empieza trabajando tu interior, puedes hacerlo mejorando esos aspectos que te bloquean y que no te dejan fluir, como por ejemplo tus creencias, que no te dejan ser como realmente quieres ser.

Es un trabajo personal en el que básicamente debes buscar tener muy claros tus valores, necesidades y de detectar tus creencias limitantes. Busca tener una perspectiva de la vida que te favorezca y ayude a alcanzar tus metas y sueños.

Una buena forma de empezar es tomar consciencia de esos pensamientos negativos que llenan tu mente y que hacen que surjan emociones y formas de actuar contrarias y que bloquean tu fluir. Son esas ideas negativas de ti misma o de otros que te influyen.

El estilo limitante también muestra esa faceta de ti que está detrás tratando de mostrar u ocultar algo para disimular una parte de ti que no quieres se conozca (la máscara).

Estilo Potenciador 

Son todos esos factores que te hacen sentir inspirada, segura, plena y feliz. Es todo aquello con lo que te identificas y te gusta, lo que te permite avanzar y es lo que representa tu identidad.

Son todas esas señales positivas que te permiten expresar tu creatividad, que te hacen sentir libre, positiva y que te motivan cada día. Son las emociones internas y los signos externos de tu apariencia que juntos y en coherencia, te permiten fluir.

Generalmente está asociado con tus emociones positivas, con tu intuición que valida tu imagen externa basada en tu autoconocimiento, fluir interno, es tu propia sabiduría que surge de esa sensación de coherencia.

También se refiere a tu aceptación, a tu propio autoconocimiento, al concepto que tienes de ti y cómo a través de tu apariencia externa haces notoria esa aceptación y amor propio.

Es tu libre elegir de colores, texturas y formas que se identifican libremente contigo, que fluyen y te hacen sentir auténtica. Es el respeto por ti misma, por querer ser mejor y las mil posibilidades de mejora y crecer.

Tu estilo potenciador es como tu marca, esa que emite un mensaje coherente contigo, con tu ser y con lo que quieres decirle al mundo. Es la posibilidad de ser tú, con seguridad, confianza y plenitud.

Fuente: este post proviene de Angélica Sánchez Moreno, donde puedes consultar el contenido original.
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