Desde tiempos lejanos, el hombre ha dado una singular importancia al buen estado del cuerpo, para mantener así una mente igualmente sana: "mens sana in corpore sano" reza el refrán.
Una de las disciplinas que han perdurado con el paso de los siglos con indiscutible vigencia es el Yoga. Esta actividad nació en la India hace por lo menos tres mil años, su nombre significa "unión" en sánscrito y se la podría definir claramente como una filosofía y una forma de ejercicio corporal basado en el movimiento, la respiración profunda y la meditación. Para que el cuerpo esté sano, es fundamental armonizarlo con la mente y el espíritu, según aseguran los adeptos a esta disciplina.
Para los "Yoguis", la disciplina física permite relajar la mente y conocer la propia energía.
Según la cultura hindú, existen cuatro vertientes del yoga: el Gnana Yoga o búsqueda intelectual; el Bhakti Yoga o la búsqueda de lo divino; el Karma Yoga o la búsqueda de las buenas acciones y el Raja Yoga o búsqueda de la perfección espiritual. De éste último desciende el Hata Yoga o Yoga Corporal, que es el más popular en nuestra cultura occidental.
Actualmente, muchos médicos recomiendan la práctica del Yoga, ya que este constituye un arte que se aplica a la anatomía del cuerpo viviente, cuyo propósito no es el perfeccionamiento superficial de la musculatura como en las gimnasias conocidas, sino la realización de ciertas posturas que permiten normalizar las funciones del organismo, regular los procesos involuntarios de la respiración, el metabolismo, la circulación y la digestión. Además, la inclusión de métodos de meditación y relajación permiten eliminar en gran medida el estrés cotidiano al que toda la sociedad está expuesta en estos tiempos tan difíciles.
Prescindiendo de exigencias místicas, dogmáticas o religiosas, la práctica occidental del Yoga, puede brindar una óptima salud, llevando a la persona al desarrollo total de su potencial , y con la ventaja de que puede practicarse en cualquier momento de la vida.
Nada mejor que asistir a una clase para darse cuenta de lo que puede hacer el Yoga en nosotros. Nada es por casualidad y cada postura se integra, complementa o acentúa con la siguiente. Los maestros recomiendan que nos acostumbremos a practicar la misma serie, porque el organismo se habitúa a ella y la rutina física contribuye a mejorar las posturas.
Es por eso que los practicantes de Yoga afirman que "es una práctica que merece ser vivida en si misma".