Por un proceso legal ¡Libre de emociones!

Estoy segura que por lo menos el 60% de los adultos en el mundo, han tenido que pasar por un sufrido y odioso proceso legal, y eso, sin contar a los más de 1500 abogados que conozco, para quienes también los procesos legales son sufridos y odiosos, pero, que afortunadamente los toleran y sobrellevan bastante bien, porque de eso se trata su vida laboral y de ahí obtienen gustosamente su experiencia, su reputación y lo más importante, sus ingresos.

Pero ¿porqué te cuento esto? Bueno, porque desafortunadamente estas estadísticas, aunque son sólo mías, se leen ¡desastrosas! Tú imagina que conozco 100 adultos y 60 por lo menos, han enfrentado un proceso legal, han pasado por tribunales, juzgados, audiencias, conciliaciones, desahogo de pruebas, confesionales, testimoniales, periciales, sentencias, embargos, ejecutorias y… los correspondientes viáticos, honorarios, costas y gastos, “pa las copias”, “pa moverme”, “pa negociar”… y muchos, muchos, muuuuuchos etcéteras…

¡Esto es cierto!

Yo no miento, soy abogada y los abogados no mentimos ¡Ja! Bueno, bueno, los buenos abogados no mentimos ¡Ja, ja! Ok, ok… ¡¡¡¡Algunos abogados no mentimos!!!! Sea como sea, lo que te digo es cierto, pero sobre todo es alarmante, porque los 40 adultos que me sobran de los 100 que conozco, si no han estado a punto de llevar un proceso legal, lo tienen a la vuelta de la esquina… esperando, ansioso de que lleguen a él.

Luego entonces, te preguntarás ¿y todo esto que carajos me importa? Te lo digo fácil. Si desafortunadamente ya formas parte del 60% de mi estadística, te importa muchísimo… pero, si estás en el 40% y aún no has llevado un proceso legal, te importa todavía ¡más!

¿Y por qué digo que te importa?

Todo lo que te cuento es real, quien tenga la desastrosa necesidad de contratar los servicios de un abogado e iniciar un proceso legal, enfrentará días, semanas, meses y muy probablemente años de sufrimiento, será una larga agonía y nada ni nadie lo podrá salvar… ¡no es cierto! Si sigues leyendo, verás que si hay salvación.

Tampoco que sea tan malo… lo que si es cierto es que un proceso legal, no significa únicamente conocer y entender todas esas palabras de las que te hablo en uno de los párrafos anteriores y que seguramente mientras leías no sabías ni en que idioma están. No, un proceso legal se trata además de un tremendo desgaste físico y económico, pero sobre todo y más importante aún, se trata de un mundo lleno de EMOCIONES. Y aquí hago una pausa…

Empezaré a ponerme seria…

El desarrollo de un proceso legal, indiscutiblemente surge de una situación de conflicto y cuya solución depende de llevar a cabo una actuación judicial.

Todos somos conscientes que las emociones generan respuestas en la conducta humana, sin embargo, no todos desarrollamos las habilidades necesarias para gestionarlas.

En el caso de un proceso legal, el abogado no está preparado para trabajar con las emociones del cliente porque en estricto sentido no le corresponde; y, quien tiene la necesidad de llevar a cabo ese proceso, el cliente, no tiene la menor idea de lo que va a enfrentar, no sólo en el sentido meramente legal, sino más importante, ni se imagina cuántas emociones se desbordan durante el proceso, cuánto tendrá que entender, comprender y manejar en el desarrollo del mismo e incluso, sin ánimo de asustar a nadie, lo que viene después de un proceso legal, será más complicado aún.

Los abogados NO son psicólogos o terapeutas 

Si bien es cierto, comúnmente los abogados se convierten en “el psicólogo” de sus clientes, también es cierto que su formación profesional y laboral no les da las herramientas necesarias para acompañar emocionalmente a su cliente, no es su función y lógicamente no tendrían porque saber cómo atender ese contexto emocional. 

Y luego el cliente por su parte, además de tener que entender el proceso legal que vivirá, tomar las decisiones derivadas de las recomendaciones de su abogado, explicar a su familia y amigos que está pasando por un conflicto legal, poner en orden sus ideas y sus gastos… ¿tiene que atender sus emociones? ¡Qué locura!

Es por eso, que después de un arduo trabajo de investigación, diferentes experiencias desde la silla de abogado y ponerme en los zapatos de mis clientes desde la perspectiva emocional, he desarrollado esta nueva disciplina que consiste en el Acompañamiento Emocional en el Proceso Legal, dirigida específicamente a quienes pasan por una situación jurídica o están en el camino de tomar la decisión de iniciar un proceso legal y que la carga emocional que deriva de éste o que los ha llevado a éste, los rebasa y no les permite tomar decisiones objetivas y asertivas.

¿Y qué es el Acompañamiento Emocional en el Proceso Legal?

El Acompañamiento Emocional en el Proceso Legal, atiende tus emociones antes, durante y después del proceso legal, te apoya conociendo cada una de las etapas de ese proceso, desde un contexto emocional, te orienta para reconstruir tu entorno, te ayuda a entender lo que sucede en el desarrollo del proceso legal, pero también lo que sucede en tus relaciones sociales y en quien te rodea, hijos, padres, trabajo, amigos… Te acompaña al construir tu nueva realidad, te ayuda a comprender qué es lo que ha pasado, porqué ha pasado y qué hacer con todo esto.

¿Cómo influye el Acompañamiento Emocional en el Proceso Legal?

La familia, el trabajo, las amistades, los colegas… todo tu entorno está involucrado en tú proceso legal. ¿Por qué? Porque sufres afectaciones directas e indirectas, en todo lo que te rodea.

Si es un proceso de divorcio, tu situación social, familiar y patrimonial dará un giro de 180º; si se trata de un proceso de demanda laboral por despido injustificado, te desgastarás en idas y venidas mientras ves como la posibilidad de una liquidación, ahorro, “guardadito” o como le quieras llamar, se va difuminando con el paso de los meses y además sigues sin encontrar otro trabajo; y si estás tratando de llegar a un acuerdo respecto al régimen de visitas para poder disfrutar de tus hijos uno o dos fines de semana al mes, te encontrarás con discusiones cada día más y más fuertes con quien ahora llamas “ex” y que es el padre o la madre de tus hijos.

Porque finalmente un proceso legal te convierte en un experto en materia jurídica, sin estudiar cinco años de carrera profesional, pero dejando completamente a un lado todo lo que significa bienestar, convivencia y tranquilidad.


El Acompañamiento Emocional en el Proceso Legal® está dirigido a todos aquellos que busquen una solución integral a la situación de conflicto que viven; y a los abogados que, en el ánimo de colaborar y propiciar resultados efectivos, proponen a sus clientes esta nueva modalidad de trabajo, que en conjunto, permitirá el sano desarrollo de un proceso legal.

Un proceso para quienes decidan enfrentar un mundo lleno de emociones, más ligero, más libre y ¡más feliz!


Si estás interesad@ en el Acompañamiento Emocional en el Proceso Legal, puedes encontrar más información sobre como se lleva a cabo aquí.

O si lo prefieres, puedes escribirme a hola@unaemociontrasotra.com

En tu proceso legal, no estás sol@… ¡Yo te acompaño!



Fuente: este post proviene de Una Emoción Tras Otra, donde puedes consultar el contenido original.
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Etiquetas: Proceso Legal

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