Olvidar el pasado

Este artículo sobre cómo olvidar el pasado posible que salga algo diferente a los demás, en parte, porque estaré pensando en una persona en concreto mientras lo escriba, y quizá me desvíe de la neutralidad que suelo intentar transmitir en los artículos que se publican. Doy por sentado, que no os molestará si en algún momento queda más personal de lo frecuente, de todas maneras, el tema os seguirá gustando ;).

Bien, dicho esto y antes de continuar, mencionar a quienes no lo halláis visto en Facebook (tiene la costumbre de avisar de las publicaciones únicamente a un porcentaje de la comunidad de Facebook, que podéis echarle un vistazo a este material contra la ansiedad que está enlazado al final del artículo mencionado.

De acuerdo, pues ahora sí, ¡comencemos!

¿Porqué olvidar el pasado, o liberarnos del mismo?

Del miedo, las fobias y los traumas ya hemos hablado en más de una ocasión y de cómo nos ayuda. Tanto el miedo como el dolor ya hemos dicho que sirven para protegernos, nos buscan alejar de aquellas situaciones potencialmente peligrosas, su objetivo es que estemos a salvo aunque para ello nos lo tengan que hacer pasar mal y hacernos sentir sensaciones desagradables a fin de lograr su meta.

Y es por ese motivo por el que nos cuesta tanto liberarnos del pasado, por lo que se nos incrusta tan dentro que en ocasiones somos nosotros mismos quienes en el fondo nos asusta olvidar el pasado. Porque después de todo, sabemos que el pasado ya no nos puede hacer más daño y sabemos cómo reaccionar ante él. En cambio el futuro es diferente e instintivamente nos resulta imponente y despierta en nuestro interior cierto miedo. Y es que cuando conseguimos empezar a olvidar el pasado, o mejor dicho, a dejarlo atrás para seguir avanzando en nuestra vida, nos damos cuenta de lo “vacío”, de lo abierto, y desconocido que es el futuro.

Si dejamos atrás nuestro pasado, lo único que nos queda es el presente y la aterradora incertidumbre de si estaremos escogiendo bien por nuestra cuenta. Y por lo general, siempre se escoge bien. En realidad, es difícil escoger mal si aprendemos de nuestro pasado. Su dolor y sus recuerdos nos permiten saber qué queremos y qué no queremos en nuestra vida. La clase de gente de la que rodearnos, y de cual alejarnos.

Una vez que se supera ese miedo que se tiene naturalmente a lo desconocido a medida que pasa el tiempo y eres consciente de que todo está bien, es cuando empezará a dejarse atrás el pasado.

Personalmente considero que lo más importante para dejar atrás el pasado es el darse cuenta que aunque metas la pata, te equivoques o pierdas algo importante, todo sigue adelante. El mundo no se acaba aunque tengas una mala temporada sino que al final, tarde más o tarde menos, encuentras la manera de hacer que las cosas funcionen a tu manera.

No te avergüences de tu pasado

Esto es algo que a todos nos ha pasado en algún momento, siempre hay que queremos olvidar porque nos avergüence que haya pasado. Una metedura de pata, un accidente bienintencionado, un trabajo fijo que debiste haber cogido y lo dejaste pasar…etcétera. Es más, esto último sin ir más lejos me ha pasado a mi, entre otras cosas.

Y es que al fin y al cabo no importa tanto como en nuestro interior pensamos, al menos sino nos causa problemas con algo que todavía tengamos que lidiar. Si te has dado un golpe con el coche y tienes que pagar el arreglo, no te puedes ir tranquilamente diciendo que está en el pasado, hay que hacerse responsable de lo que se hace por supuesto.

El pasado no tiene peso sobre nosotros sino se lo permitimos, el pasado no se puede cambiar. Es estático. Y esto es algo que podemos aprovechar en realidad.

Si te das cuenta de que todo lo que sucede tiene una lección, una moraleja, entonces el pasado se hará más llevadero. No podrás cambiarlo, claro, pero gracias a todo lo que has vivido serás capaz de reconocer al instante cuando quieres que alguien esté en tu vida o alejarte de las personas que consideres tóxicas y perjudiciales para ti.

El pasado no es nada de lo que avergonzarse, ni dejar que nadie te avergüence por ello. Es muy fácil criticar las cosas mirándolas desde fuera, y más todavía una vez que han pasado.

Después de todo, ¿quién no ha pensado nunca en alguna contestación después de una discusión que nos habría hecho ganarla o al menos sentirnos mucho mejor? Así es muy fácil, pero las decisiones no se toman desde el futuro, las tomas en el momento en el que suceden, y en ese momento, no es tan fácil saber cuál es la decisión correcta.

Hay muchos miedos que pueden atenazar a una persona a la hora de decidir algo importante, nuestra mente se bloquea sino sabe qué decisión es la mejor. Es lógico, a todo el mundo le pasa aunque no todos quieran reconocerlo.

Y si por casualidad algún lector suele juzgar a alguien por su pasado, hay un ejercicio que ayuda a ver las cosas desde una perspectiva mucho más neutral. Es el conocido refrán que dice que no juzgues a alguien antes de andar un kilómetro en sus zapatos. Llevado al vocabulario normal, piensa que tú, si hubieras vivido su vida, y tenidos todas sus experiencias hasta ese momento, muy posiblemente, hubieras reaccionado igual antes cualquier situación.

Al fin y al cabo, gran parte de nuestras reacciones son condicionadas por el entorno en el que hemos crecido, y las experiencias que hemos vivido han formado parte del carácter que conforma nuestra personalidad actual. Es una reflexión, que a mi, otrora, me sirvió a no juzgar.

¿Porqué nos cuesta olvidar el pasado?

En parte ya lo hemos mencionado, olvidar el pasado nos cuesta porque lo recordamos como una parte real de nosotros. Cuando estamos en el proceso de olvidar el pasado, o al menos sus cosas negativas, inconscientemente nos cuesta dejarlo atrás porque nos da la sensación de que nos estamos negando a nosotros mismos. Que estamos dejando de ser quienes éramos.

“Yo he vivido eso en el pasado, y si lo dejo atrás entonces será como si todo ese sufrimiento que he tenido no fuera real. Y no es cierto, yo he sufrido.”

Ese puede ser parte de nuestra lucha, una de las frases que internamente están ahí presentes, y por lo que nos cuesta olvidar el pasado. Pero esto es sólo hasta que nos damos cuenta que no todo es blanco o negro, y que dejar atrás las cosas dolorosas del pasado no significa negar que sucedieran. Lo único que implica olvidar el pasado (aunque no debería decirse olvidar el pasado, sino dejarlo atrás donde debe estar) es que estás dispuesto o dispuesta a permitir que te sucedan cosas mejores en tu futuro. No es cuestión de borrar el pasado, sino de aprender de él, aprovecharlo, y hacer que tu futuro sea más esperanzador.

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