Si alguien te quiere verdad, nunca te pedirá que cambies tu forma de ser o de vida. No te puede pedir que seas más delgada, tranquila o divertida. Tampoco te puede sugerir que dejes tus aficiones o actividades. Si te gusta jugar al tenis o sacar el perro por las tardes, nadie tiene derecho a cambiar tu forma de vida. Y por supuesto no te debe nunca pedir que no vuelvas a ver a un amigo o un familiar.
Si alguien te quiere verdad, nunca te pedirá que cambies tu forma de ser o de vida
Una nueva pareja tiene que aceptarte con tu personalidad, tus intereses y aficiones. Porque en ellos seguro que estás encontrando tu felicidad e identidad. Eso no significa que tenga que apuntarse siempre tu pareja a tus aficiones. Todo lo contrario. Tiene que dejarte el espacio suficiente para que puedas desarrollarte como persona y no cambiar tu vida radicalmente.
¿Por qué cambiamos nuestra forma de vivir?
Para los expertos las personas cambian su forma de vivir cuando tienen que adaptarse a un entorno determinado que no conocen como puede ser un trabajo nuevo o una relación nueva. Nos vemos obligados a actuar de una manera diferente para ser aceptados. También dicen que podemos cambiar nuestra personalidad cuando tenemos miedo o cuando queremos evitar algo que nos desagrada.
Si una relación se basa en el miedo a que la otra persona se enfade o se moleste, esta no tendrá futuro. El amor y el miedo no son compatibles y todas las relaciones se deben basar en el respeto mutuo. Nunca debemos cambiar nuestra personalidad por miedo a que nuestra pareja nos deje o se enfade.
El amor y el miedo no son compatibles y todas las relaciones se deben basar en el respeto mutuo
La pareja debe siempre aceptar nuestro mundo
Todavía quedan personas que creen que cuando encuentran a una pareja deben renunciar a todo. A los amigos, las aficiones, los viajes o los sueños. Pero esta no es una buena base para comenzar una relación. Intentar amoldarse a otra persona suele ser perjudicial a la larga. Sobre todo, cuando pasan esos primeros momentos de amor ciego y comienza una relación más pausada en la que nos vamos dando cuenta de que ya no somos ya los mismos.
Cuando alguien renuncia a todo para hacer feliz a su pareja, deja de ser la misma persona y se convierte en una mentira. Y como dice el dicho popular: las mentiras tienen las patas muy cortas. Seguro que en poco tiempo no nos sentiremos cómodos con esa máscara que nos hemos puesto y empezaremos a echar de menos lo que hemos dejado atrás.
Si quieres que tu relación funcione, debes hacer todo lo contrario. Tienes que intentar que tu pareja no deje ni sus aficiones, ni sus amigos. Al contrario, debemos aceptar la personalidad de nuestra pareja y no intentar cambiarla de ninguna manera. Solo así nuestra nueva relación tendrá algún futuro.
Cuando alguien renuncia a todo para hacer feliz a su pareja, deja de ser la misma persona y se convierte en una mentira
Otra situación diferente es que nuestra pareja tenga curiosidad y quiera aprender aquello que nos gusta y nos motiva. Por ejemplo, algún deporte o alguna afición. Una decisión voluntaria que surge de una manera espontánea. Si al final le apasiona seguro que disfrutará de esta nueva faceta de su personalidad y juntos podréis desarrollar esa nueva faceta en vuestra relación. En este caso cambiar no es malo si la iniciativa parte de la pareja.
Aceptar los defectos de nuestra pareja
No podemos pretender cambiar la vida de la persona que hemos elegido para comenzar una relación ni tampoco pretender que tu cambies tu forma de ser. Debemos contar con sus manías, obsesiones o expectativas. Tenemos que querer a nuestra pareja con todos sus defectos, igual que con sus virtudes.
El amor no es exigencia, sino entrega a la otra persona en todo momento. “El verdadero amor no se conoce por lo que exige, sino por lo que ofrece”, como dijo el escritor Jacinto Benavente. Si nuestra pareja solo nos exige que cambiemos nuestra personalidad, está claro que no se trata de verdadero amor. Este nace siempre de la entrega, la confianza y la entrega. Una pareja que no ofrece nada y siempre exige, no será nunca una buena relación para nosotros. Tenemos que abrir cuanto antes los ojos y descubrir, aunque nos duela en ese momento, que no es la relación que más nos conviene.
“El verdadero amor no se conoce por lo que exige, sino por lo que ofrece”, Jacinto Benavente
Para no cambiar nuestra personalidad, debemos estar convencidos de que una relación siempre parte de la aceptación desde el primer momento. Así surgirá la posibilidad de crear una vida nueva basada en el respeto y la ilusión.
Cuando cambiamos para que nos acepten
Hay que tener en cuenta que a veces nosotros mismos cambiamos para que la otra persona nos quiera. Pensamos que si dejamos algunas aficiones que parece que a la otra persona le molesta o si cambiamos nuestro aspecto físico, no nos dejarán en el futuro.
El problema es que a la larga nos convertiremos en otra pareja diferente de la que se enamoró. No sabremos quiénes somos o qué queremos. Una relación sincera y con futuro debe basarse en la confianza. Además, debe aceptar la personalidad del otro a pesar de sus defectos y problemas.
Por eso si estás empezando una relación debes dejar claro del primer momento que no vas a cambiar. Y si tu nueva pareja quiere limar tu carácter o que dejes tus amigos o aficiones, está claro que no es la pareja que necesitas a tu lado. Estas reacciones te deben dar la pista de que hay aspectos de tu personalidad que no le gustan. Debes dejarle claro desde el primer día que no vas a cambiar por él, sino que vas a caminar a su lado.
“El amor verdadero es cuando alguien acepta tu pasado sin juzgarte, tu presente sin cambiarte y tu futuro sin limitarte”, como dice la conocida frase. No lo olvides.
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