Meditación: un ejercicio de amor propio

Después de años pensando en la idea de apuntarme a algún lugar en el que aprender a meditar, descubro que lo puedo hacer en mi propia casa sin más ayuda que: mi cuerpo, tiempo, práctica y paciencia. 

Si por mi cabeza no hubiera pasado una y otra vez la idea de que era necesario casi que ser budista o vivir en un monasterio de clausura, quizás hubiera empezado antes, pero ha sido necesario llegar a mi límite de estrés mental para darme cuenta de que necesitaba un cambio.

En realidad, se trata de un ejercicio de respeto por uno mismo. Sólo hay que detenerse unos minutos al día para ser conscientes de que es fundamental habitar nuestro cuerpo y parar la mente. El truco de esta práctica está en que a mayor tiempo le dediques, mayores serán los espacios en blanco en nuestro pensamiento.

Para hacer esto no es necesario nada más que sentarte o tumbarte tranquilamente en algún rincón tranquilo de tu casa en el que sepas que no te van a molestar, encontrar una posición cómoda, cerrar los ojos y escuchar tu respiración

Sí que es cierto que Youtube puede ser un buen aliado para encontrar meditaciones guiadas, pero la idea es hacerlo poco a poco sin escuchar nada de fondo, sólo tu respiración. No juzgarse ni te criticarse es también muy importante para que te puedas sentir bien durante el ejercicio. En la mayoría de los casos, sobre todo al principio de la práctica, no te será fácil acallar la mente parlanchina que llevamos todas de serie.

Habrás escuchado mil veces de los incontables beneficios de la meditación, sin duda, el más interesante es el de conectarte contigo misma para encontrar la paz, descubrir tu propio ser, desinstalar programas del cerebro que pueden estar limitando tu vida, disfrutar de tu presencia y respetarte.

En definitiva, meditar es una manera de amarte a ti misma. En todo caso, me gustaría compartir una reflexión hoy con vosotras, y es que, si no tienes ni diez minutos al día para dedicarte a ti misma, hay algo que está fallando en tu vida. 

Nuestro cuerpo es nuestro templo, es una frase muy manida, pero lo cierto es que es interesante pararnos y observar si lo estamos honrando como se merece. Os invito a que compartáis la experiencia y los beneficios que os va reportando. El elemento fundamental es la constancia y la perseverancia, pues los resultados no se alcanzan en un solo día. 

Un abrazo,

VaNova

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