Pensando en escribir sobre la gestión del tiempo y el arte de fluir, se cruza en mi camino el libro de Alexis Racionero, titulado “Darshan” sabiduría oriental para la vida cotidiana de sus viajes por Asia, y leo “creemos que podemos poseer el tiempo, detenerlo, mantenernos en una postura, anclados en nuestras convicciones, pero en muchos casos nos acabamos dando cuenta de que lo que fue válido ayer ya no lo es hoy” y pienso en la cantidad de veces que no estamos donde queremos estar, simplemente porque ni hacemos la gestión del tiempo que debemos ni nos dejamos fluir por la vida porque nos ponemos siempre muros, baches y piedras en cada paso que damos.
Cuando hablamos de la gestión del tiempo, tendemos a pensar en la reducción del estrés, en conformar nuevos hábitos más saludables para nuestra vida, a buscar programas para la gestión del tiempo, a intentar modificar nuestras agendas y a llenarnos de metas y objetivos.
Pero la verdadera gestión del tiempo comienza con algo tan simple como la práctica del silencio. Práctica básica para el buen arte de respirar y para comenzar a tener conciencia de ese tiempo que podemos gestionar y que abandonamos sumidos en la continua aceleración en la que nos sumimos día tras día.
Vivimos un tiempo de cambio y transformación y tenemos una presente y continua sensación de aceleración y de no control de la gestión del tiempo que nos hace estar siempre en permanente estado de alteración emocional.
Ante esta situación, descubrir la práctica del silencio como espacio personal de contacto con el instante presente, es, sin duda, el inicio de una especial aventura íntima que nos conecta con nuestra propia vida y la de quienes nos rodean.
Es tan sencillo y a la vez tan complicado, como disponer de 5 o 10 minutos al día para permanecer en completo silencio en el lugar o espacio que más te apetezca. No hay más.
Desde esa práctica continua del silencio, podrás iniciar una buena gestión del tiempo tomando así conciencia de él.
¿Hace cuanto tiempo no permaneces en continuo silencio?. Quizás ha llegado el momento.
Silencio.