Llevar la mirada hacia dentro se ha convertido en algo imprescindible para comprender y contactar con nuestros estados internos.
Un folio, un bolígrafo y tus eventos privados. Estas tres cosas se pueden convertir en un gran aliado en cualquier proceso psicoterapéutico. Son el instrumento que da rienda suelta a nuestras emociones y que permite expresarnos con honestidad y claridad.
La escritura como puente hacia nuestro interior
A lo largo de la historia, la escritura ha sido utilizada como medio para la expresión emocional, y aún hoy sigue siendo uno de los métodos más eficientes para llevar a un nivel consciente estados internos ignorados o no expresados.
Escribir sobre nuestras emociones es particularmente beneficioso y una buena forma de afrontar los problemas. Además, ahondar en ellas, es una manera de desenredar la madeja interior que a veces nos paraliza y nos bloquea.
El objetivo más general de esta práctica es mejorar la calidad de vida. A través de la escritura podemos analizar miedos, necesidades no contactadas o incoherencias que llenan la vida de malestar e insatisfacción. Y también es una ayuda para tomar consciencia de alegrías, éxitos y otros pasos valiosos en nuestro desarrollo personal.
Un recurso más en psicoterapia
No sólo se presenta como una herramienta útil para la evolución de las personas y el bienestar psicoemocional, sino que también ha demostrado su eficacia en personas con trastornos depresivos y de ansiedad.
Poder conocer más sobre uno mismo y sobre el contexto en el que estamos inmersos; dar coherencia a aquellos momentos de intensidad emocional en los que reaccionamos de maneras desacertadas; tomar perspectiva de eventos internos dolorosos (pensamientos y emociones), son algunas de las maneras de beneficiarnos de esta técnica tan al alcance de todos.
Cómo practicar la escritura terapéutica
Lo ideal es buscar un lugar tranquilo, donde podamos sentirnos cómodos y libres de interrupciones. No importa si no se domina la técnica o si la ortografía y expresión escrita no son las ideales, lo importante es que se tenga la intención de observar qué pasa dentro de uno mismo y de poder interpretar y expresar aquello con lo que se contacte. No es una actividad literaria sino de expresión emocional.
Para empezar, puedes escribir sobre aquello que te produce malestar o te inquieta. Escribe sobre las emociones y pensamientos que surgen de esa situación que te afecta y limita. A medida que avances, puedes analizar las distintas reacciones ante esos acontecimientos que te crean inestabilidad. No trates de buscar culpables; escribe sobre emociones y sensaciones propias, en lugar de llevar la mirada hacia los otros e intenta comprender tu nivel de responsabilidad en el asunto.
La escritura terapéutica es una herramienta muy útil para poner orden en nuestros pensamientos y adquirir una mayor comprensión de nuestros patrones conductuales y estados emocionales.