Otra buena amiga, Sussane, fue quién me dio la idea, me dijo que en su país- Estados Unidos- las mujeres embarazadas beben Ginger Ale (elaborado con jengibre) para quitarse las náuseas matutinas. Ella también lo toma cuando le afloran algunos problemas estomacales. Siguiendo sus consejos probé la bebida y dicho y hecho, me sentó de maravilla. Pero para ahorrar preferí hacerme la infusión en casa, mucho menos sabrosa, pero igual de efectiva.
Aunque hay muchas controversias sobre si el jengibre es o no seguro durante el embarazo, varios estudios en mujeres embarazadas indican que puede ser utilizado con seguridad sin ocasionar daño para el bebé. De todas maneras, si tienes dudas, consulta a tu médico antes de probarlo.
El jengibre no solo alivia las náuseas o vómitos, también ayuda a prevenir muchos problemas estomacales y gastrointestinales, tales como mareos, cólicos, malestar estomacal, gases, diarrea, etc. Además, es antiinflamatorio: muy útil en casos de reumatismo. Alivia dolores musculares y reumáticos. Es beneficioso para combatir enfermedades de las arterias coronarias. Ayuda a aliviar la gripe y la tos, entre otras muchas propiedades.
Ingredientes para la infusión
-Raiz de jengibre (5 g.)
-Una cucharada de manzanilla o una rama de canela
-1 taza de agua.
Preparación
Introduce el jengibre rallado y la manzanilla en una taza de agua hirviendo. Déjalo reposar cinco minutos. Para finalizar, cuela la infusión .
Otra manera de incorporar el uso del jengibre en tus comidas es como ingrediente a la hora de preparar arroz blanco o tallarines. En el sofrito del arroz blanco o espaguetis echa un poco de raíz rallada de jengibre, verás que el sabor de tus comidas tendrá un toque más asiático y sabroso.
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