Aunque el hígado es capaz de neutralizar todas estas sustancias tóxicas, el exceso de estas y una mala alimentación lo puede hacer enfermar; por ello es mejor evitar la ingesta de estas sustancias tóxicas y saber que alimentarnos pueden beneficiar el funcionamiento del hígado. Las frutas como la uva y las hortalizas como la alcachofa o la cebolla, favorecen la función desintoxicadora del hígado.
Cada minuto llega minuto llega al hígado aproximadamente litro y medio de sangre procedente del intestino. Esta sangre contiene:
Los componentes nutritivos de los alimentos.
Las toxinas que pueden haber en ellos.
Los medicamentos que se hayan ingerido.
Cualquier otra sustancia que se encuentra en el conducto digestivo y que sea capaz de pasar a la sangre.
Antes de que la sangre procedente del intestino se reparta por el resto del organismo, debe pasar primero por el hígado donde se produce:
El procesamiento de las sustancias nutritivas que transporta la sangre.
La neutralización de las toxinas y sustancias extrañas procedentes del conducto digestivo.
Los alimentos saludables pueden hacer mucho para favorecer la recuperación del hígado.
Cereales Integrales. Aportan hidratos de carbono complejos y vitaminas B necesarios para el buen funcionamiento del hígado.
Fruta. Rica en azúcares de fácil asimilación y vitaminas antioxidantes, favorecen el buen funcionaminto del hígado.
Uvas. Activan la función desintoxicadora del hígado. También estimula la producción de bilis, ayudando a descongestionar ell hígado y facilitar la circulación de la sangre.
Manzana. Facilita el vaciamiento de bilis y la descongestión del hígado.
Cerezas. Son un buen antioxidante y depurativo de la sangre.
Alcachofa. Debido a su contenido en cinarina y otras sustancias activas, potencia la función del hígado, desintoxica y facilita la eliminación de sustancias de desecho.
Cebolla. El aceite esencial sulfarado que contiene la cebolla ayuda a estimular la función desintoxicadora del hígado.
Chucrut. Por su contenido en ácido natural, regenera la flora intestinal y favorece el metabolismo hepático.
Miel. La fructosa, uno de los azucares de la miel, favorece la producción de glucógeno en las células hepáticas y mejora su función.
Lecitina. Contiene colina, un factor vitamínico necesario para el metabolismo hepático y para evitar que la grasa se deposite en el hígado.
Aceite de Oliva. Tomado en cantidad moderada ( 2 o 3 cucharadas diarias ) favorece buen funcionamiento del hígado.
El hígado constituye la primera estación procesadora y depuradora por lo que resulta especialmente importante:
Escoger muy bien los alimentos que vayamos a ingerir, de tal manera que evitemos todos aquellos que sobrecarguen la función del hígado. Alimentos como: los embutidos, marisco, nata, mantequilla, especias, sal…
Evitar todo lo posible el consumo de bebidas alcoholicas.
Evitar también tanto como sea posible, los medicamentos de origen químico y los contaminantes alimentarios y los aditivos químicos , que deben de ser neutralizados por el hígado.
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