"El Hara:
Hara significa literalmente "cultivo de la vida" o "centro vital". Significa el centro de gravedad. Hara es el punto de equilibrio de nuestra vida física, mental, emocional y espiritual.
Los seres humanos siempre estamos "suspendidos" entre los polos arquetípicos de la Tierra y el Cielo, el espacio y el tiempo. Esta dualidad nos crea en el interior un abrumador conjunto de tensiones, cada una tirando en su dirección.
Con frecuencia cedemos ante uno u otro, abandonando la Tierra por el Cielo o renunciando al Cielo por las avasalladoras tentaciones de la Tierra. Dónde están el equilibrio y la integración? la respuesta es: en el hara. En cuanto centro vital, el hara es la fuente de la salud, la vitalidad personal y la resistencia.
En el cuerpo humano, el hara ocupa la zona comprendida entre el plexo solar (al final del esternón) y hueso púbico. Se considera como un segundo cerebro, también se lo llama el cerebro pequeño. Directamente detrás de la zona en que está situado, hay un haz de nervios que representa la mayor concentración nerviosa que existe fuera del cerebro. Esta concentración de nervios es responsable de muchos de los movimientos de la parte inferior del cuerpo.
Podemos comenzar a aprender a darnos cuenta del estado de conexión con nuestro hara por la forma en que respiramos. Las personas que respiran superficialmente no comprenden que el aire o aliento es "ki" y que el exceso de ki estimula el centro de energía del corazón. Cuando este centro de energía, llamado chakra cardíaco en Oriente, es estimulado en exceso, el cuerpo de la persona pierde el equilibrio, sus emociones se excitan y descontrolan y aumenta la tensión nerviosa. Como resultado, a la persona le falta confianza en sí misma y se encuentra vulnerable.
En Occidente se han cultivado los centros de energía o chakras que están por encima del hara. Por ese motivo, cuando a los soldados occidentales se les ordena ponerse firmes, han de sacar el pecho y entrar el vientre. La energía sube desde el hara y entre en el pecho. El bajo abdomen se tensa y retrae. Esto impide que el aire o aliento llegue al centro del hara. Esta postura es antinatural en los seres humanos, a la vez que favorece la desconexión con el equilibrio entre nuestro Cielo y nuestra Tierra".
Del libro "Cómo leer el cuerpo" de Wataru Ohashi, maestro Shiatsu Zen
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Saludos cordiales,
Mariel Alabarcez - Terapeuta Zen Shiatsu -
CABA. Argentina