El estrés también se viene de vacaciones

El estrés también se viene de vacaciones

A pesar de que la lógica nos dice lo contrario, durante las vacaciones el estrés también puede acompañarnos. Con el comienzo del verano se presenta una época con nuevas oportunidades a la vista. Además de producirse un reajuste a diferentes niveles. Como la modificación del horario laboral, cambios en el entorno social, o finalización del curso escolar, entre otros.

En el periodo de vacaciones nuestra mirada se enfoca hacia la búsqueda de oportunidades de descanso y ocio. Sin embargo no siempre es posible alcanzar nuestro deseo. En ocasiones, el abanico de posibilidades también puede vivirse con tensión. Generando una situación de estrés que impide el disfrute de las vacaciones.


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¿Estrés en vacaciones?

El estrés supone una serie de cambios a nivel físico, psíquico y social. Surge ante la percepción de tensión. Dicha tensión puede venir asociada a la exigencia de una situación externa, en interacción con la dificultad interior para gestionar nuestros estados emocionales como la ansiedad.

Generalmente las vacaciones suponen un periodo para disfrutar. Sin embargo nuestras expectativas, o la aparición de circunstancias inesperadas también pueden ocasionarnos tensión.



Reajustes. El cambio supone salir de la “zona de confort”

Todo cambio implica un reajuste. Acostumbrados a la rutina diaria, la posibilidad de cambio puede resultar una oportunidad apetecible, o bien una tarea que requiere esfuerzo y consumo de energía. Los hábitos diarios y la rutina encajan en la definición de “zona de confort”. Salir de la comodidad siempre requerirá un gasto energético. Pero además conlleva la oportunidad de enriquecernos personalmente con la experiencia.

Partir de expectativas elevadas pueden limitar nuestro disfrute. Las ideas imperativas acerca de la felicidad vacacional, o el deseo de ausencia de problemas en el periodo estival son algunas de ellas. La idealización del periodo de vacaciones puede llevarnos a sentir frustración. Con sus diferencias, durante el verano la vida continúa. Los asuntos por resolver también.

Algunas recomendaciones

Una estrategia para afrontar el futuro próximo es la planificación. Pero resulta interesante adaptar esta estrategia a nuestro ritmo personal y circunstancias.



La ausencia de ideas a desarrollar, o bien la excesiva rigidez con una agenda repleta de actividades se pueden convertir en un motivo de estrés. Escucharse a uno mismo es importante, ya que nos permite escoger la mejor manera para aprovechar nuestro tiempo. Eligiendo planes que nos permitan conectar con nuestros intereses y necesidades, y así dotar de significado al contenido del periodo de vacaciones.

Recuerda que la urgencia por disfrutar hace que pasemos por alto detalles importantes. Existen muchas oportunidades para disfrutar en el camino hacia nuestro objetivo. Pero para tal propósito es necesario parar de vez en cuando, y conectar con la experiencia presente.

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