Si hay un alimento básico por excelencia, ese es el pan. En momentos históricos de desabastecimiento, este producto ha sido la tabla de salvación para muchas familias y es uno de los llamados 'de primera necesidad'. Apreciado y devaluado a partes iguales, en el post de hoy os contamos y subrayamos la importancia de este ingrediente en nuestra dieta diaria. ¡Que no os engañen!
Pan, un alimento prehistórico
Realizado con harina, sal y agua, forma parte de la tradición y los hábitos alimenticios de muchos lugares del mundo pero, especialmente, de los países mediterráneos. Pocas cosas han sobrevivido al paso del tiempo y son contadas aquellas que nos han llegado de época prehistórica. Su evolución y supervivencia se debe a la adaptación en el proceso de elaboración y la introducción de nuevas técnicas que convierten a este ingrediente en el producto estrella de una buena mesa.
Puede ser el mejor de los acompañantes o el ingrediente principal de un primer plato, su versatilidad y aprovechamiento es garantía de alimento.
Tipos de pan
La realización del pan consta de varios procesos ( amasado, fermentación y horneado) y de dos ingredientes imprescindibles, la harina y el agua. La sal es un extra frecuente que se introduce para acentuar su sabor y, la levadura, un elemento primordial para que el producto resulte más esponjoso. Las múltiples intolerancias, alergias, dietas o enfermedades tensionales han ido transformando la receta y, hoy por hoy, existe una variedad de panes infinita que permiten el consumo de este producto por toda la población.
Estos son los principales tipos:
- Pan blanco
Es el más común y el más consumido. La harina que compone este producto se refina y pasa por un proceso en el cual se eliminan los componentes del grano. La miga es blanca y por ello recibe este nombre.
- Pan integral
A diferencia del anterior, este tipo de pan se realiza con una harina que no ha sido procesada y que, por tanto, mantiene todos y cada uno de los elementos que conforman el grano: salvado y germen. Contiene mayores propiedades que el blanco, aunque no menos aporte calórico.
- Pan sin gluten
Con motivo del desarrollo en nuestra sociedad de múltiples intolerancias y alergias al gluten, la producción y consumo de este tipo de pan se ha extendido. El gluten es un componente de los cereales de secano sin valor nutricional. El pan sin gluten se realiza con harinas que provienen del arroz o del maíz.
- Pan sin levadura
Relacionado con la cultura y tradición religiosa, este tipo de panes son los más antiguos que existen. Se componen, únicamente, de la mezcla de harina y agua, y algunos de los ejemplos más conocidos son las tortitas mexicanas o los crepes.
- Pan de molde
Una de las variedades más conocidas es el pan de molde o pan de sandwich. Sus numerosos conservantes lo convierten en un básico de las despensas y es un producto que gusta a niños y mayores. Contiene más grasas que cualquiera de los anteriores y su proceso de elaboración está muy industrializado.
Beneficios
Siempre en el centro de la polémica, partidarios y detractores discuten acerca de sus beneficios y perjuicios. Lo cierto es que un reciente estudio de la Universitat de Barcelona ha concluido que los consumidores habituales de pan presentan menores niveles de colesterol LDL, conocido como colesterol malo, y mayores niveles de colesterol HDL, colesterol bueno.
No solo esto, el pan aporta:
- Fibra: mejora el tránsito intestinal. El consumo de pan integral es más apropiado para alcanzar este objetivo.
- Vitaminas: del grupo B directamente relacionadas con la energía y el metabolismo.
- Hidratos de carbono: imprescindibles para mantener la actividad y salud cerebrovascular.
- Minerales: hierro, magnesio y potasio son algunos de los más importantes que aporta una ración de pan al día.
La Organización Mundial de la Salud recomienda una cantidad de 250 gramos al día, ¡no lo apartes de tu dieta!
¿El pan engorda?
La mayoría de las personas excluyen el pan cuando comienzan un régimen alimenticio por el aporte calórico que, supuestamente, supone. Pero ¿sabes qué muchas veces no es el pan sino el producto que lo acompaña? 100 gramos de este producto conlleva 265 calorías, pero si tu metabolismo y salud digestiva mejoran, la pérdida de peso está asegurada.
Sigue estos consejos:
1. Consume pan integral con mayor cantidad de fibra.
2. No acompañes con pan platos principales con alto contenido en grasas.
3. Evita tomarlo entre horas.
4. Debes ingerir la cantidad adecuada para no que nuestra dieta siga siendo equilibrada.
5. El pan de molde es el que más grasa contiene y el menos indicado si quieres perder peso: ¡elimínalo de tu dieta!
¡No te prives del pan!