Todo comienza con un dolor intenso en el hombro (normalmente) del brazo dominante, sin desencadenante aparente y de manera aguda. Con estas palabras podríamos definir la sensación de la tendinosis calcificante del supraespinoso, una dolencia bastante común en adultos a partir de los 30 años y hasta los 50 que puede limitar y bloquear por completo su rutina diaria e impedir, incluso, el descanso.
Se desconocen las verdaderas causas que pueden generar estas formaciones de calcio en uno de los músculos que permiten los movimientos del brazo. Pero los expertos sí son conscientes de las molestias que provoca en los pacientes e intentan buscar las mejores soluciones para aliviar la aflicción con la que llegan a la consulta del fisioterapeuta.
Analizamos en profundidad qué es la tendinosis calcificante del supraespinoso y las medidas disponibles en la actualidad para aliviar sus síntomas. Ante cualquiera de estas señales y, sobre todo, ante dolores agudos aparentemente inmotivados, la mejor decisión es solicitar la observación de un especialista antes de que el problema vaya a mayores.
El músculo supraespinoso: anatomía y funciones
El supraespinoso es uno de los músculos que constituyen el conocido como “manguito rotador” del hombro. En su caso concreto, es el encargado de iniciar el movimiento abductor del brazo ante cargas ligeras y estabilizar al completo la zona. Pero solo está implicado en los primeros pasos de estos desplazamientos, hasta los 30º. A partir de entonces, otros músculos velan por completar de manera satisfactoria el levantamiento y acción del hombro y el brazo.
Sin embargo, este músculo no es apreciable al tacto en una exploración simple. Está colocado a cierta profundidad y cubierto casi al completo por el trapecio. Encontramos su nacimiento en la escápula (omóplato) y su final en la zona articular del hombro. Así, con todas estas características y con la complejidad de la zona en sí misma, podemos decir que cualquier lesión en esta parte del brazo puede revestir cierta gravedad y notables molestias.
Un pinzamiento, como el que puede producir el acromion de la escápula sobre el tendón del supraespinoso, o una acumulación de calcio como la que nos ocupa, suelen protagonizar la mayor parte de las consultas habituales. Debido al protagonismo del manguito rotador, este tipo de lesiones pueden convertirse en incapacitantes no solo por el dolor agudo que producen sino por todas las molestias secundarias que las acompañan: dolores de cabeza, tensión, problemas posturales…
¿Qué es la calcificación del músculo supraespinoso y por qué se produce?
Una calcificación es una acumulación de sales de calcio sobre los tejidos. En el caso de la tendinosis calcificante del supraespinoso, este depósito se forma en un tendón, el del supraespinoso, endureciéndolo. Pero ¿por qué se originan estos sedimentos de sales de calcio? Según explican los expertos, por una evolución normal del organismo.
Con el paso del tiempo, las fibras que constituyen los tendones empiezan a envejecer y a endurecerse. La circulación se complica y, como resultado de todos estos factores, se inicia la formación de calcificaciones. En el hombro, en el tendón del supraespinoso, la acumulación de sales de calcio genera una especie de callo óseo que durante su formación puede permanecer asintomático. Los problemas llegan con su asentamiento definitivo.
Aunque las causas de la tendinosis calcificante del supraespinoso aún no están del todo resueltas, se pueden señalar algunos desencadenantes que aceleran la acumulación de calcio en esta parte del manguito rotador. Las microlesiones, las sobrecargas, el envejecimiento natural de las fibras, el mal funcionamiento del organismo en la gestión de los residuos o, incluso, la herencia genética pueden ser razón suficiente para desencadenar este tipo de dolencias en el hombro.
¿Cómo se identifica una tendinosis calcificante del supraespinoso?
Cuando los pacientes llegan a la consulta del fisioterapeuta con molestias y con un dolor agudo (intenso y repentino) o crónico (relacionado con los movimientos rutinarios) localizados en el hombro y en zonas adyacentes, el especialista puede intuir el diagnóstico. Pero solo con pruebas fehacientes se puede diagnosticar una tendinosis calcificante del supraespinoso.
Para ver si se trata de una formación de depósitos de calcio en el tendón del supraespinoso, el fisioterapeuta puede recurrir a una radiografía simple, una ecografía o un TAC (Tomografía Axial Computerizada, comúnmente conocido como escáner). Si se trata de tendinosis calcificante, la imagen arrojada por cualquiera de estas pruebas diagnósticas permite ver con claridad la presencia de sedimentos en el hombro.
Más allá de la experiencia y de la claridad de los síntomas, es importante realizar siempre este tipo de exámenes más fidedignos para comprobar el origen del problema y descartar otro tipo de lesiones y complicaciones musculares o articulares en la zona. No podemos olvidar que el hombro es una de las partes del cuerpo más compleja y en un problema concreto pueden verse implicados varios tejidos.
Tratamiento y prevención de la tendinosis calcificante en el hombro
Lo normal es que la acumulación de sales de calcio en el manguito rotador produzca mucho dolor en el paciente, de ahí su visita a la consulta del fisioterapeuta. Es en estos casos para los que se necesita encontrar un tratamiento eficaz y duradero, para que las molestias desaparezcan y el afectado pueda recuperar su rutina y descanso. Estas son las principales soluciones a la tendinosis calcificante del supraespinoso:
Tratamiento analgésico para aliviar, suavizar el dolor e intentar que desaparezca por completo. En episodios crónicos, puede resultar casi imposible realizar cualquier exploración en la zona, puesto que las molestias pueden ser insoportables. Por eso, en muchas ocasiones los medicamentos antiinflamatorios y el reposo suelen ser el primer paso indispensable.
Tratamiento fisioterapéutico. En cuanto se pueda tratar la zona, el especialista puede intervenir con diferentes técnicas de readaptación y recuperación del movimiento. La educación postural y los estiramientos forman parte de esta solución que se completa con otros métodos también destinados a eliminar el dolor, recuperar el movimiento natural del hombro y lograr la reabsorción del calcio.
Tratamiento con ondas de choque. Esta es una de las técnicas que mejores resultados ha dado a la hora de enfrentarse a una tendinosis calcificante del supraespinoso. En varias sesiones y aplicando diferentes intensidades y presiones, las ondas de choque consiguen eliminar por completo los sedimentos de sales de calcio. Este tipo de tratamientos deben ser aplicados por especialistas que dominen la técnica.
No son los únicos procesos disponibles para este tipo de dolencia, aunque sí son los más habituales. Sobre todo, para evitar llevar al paciente al quirófano (solo en los casos más graves). En cualquier caso, para evitar estas formaciones de calcio en el manguito rotador, los expertos aconsejan mantener un nivel de actividad física estable, evitar el estrés, cuidar la dieta diaria y, en general, cuidar el cuerpo y el organismo de manera controlada.