Esta enfermedad puede afectar a cualquier persona, a cualquier edad y en ambos sexos, pero es más común en personas con edades comprendidas entre los 30 y los 50 años de edad.
Entre los síntomas más comunes encontramos hormigueo y debilidad muscular, localizados en un primer momento en las piernas, que en algunos casos acaba desembocando en parálisis, poniendo así en peligro la vida del paciente (interfiriendo en la respiración, la presión sanguínea o el ritmo cardíaco) .
Lamentablemente no existe cura alguna para esta enfermedad, sin embargo existe la posibilidad de tratar los síntomas que provoca para acelerar su recuperación y mejorar así la calidad de vida del enfermo. En el caso e que algún paciente que padezca esta enfermedad se encuentre en graves condiciones necesitara estar hospitalizado hasta que puedan aliviar los síntomas con los cuidados oportunos.
El tiempo necesario para la recuperación varía entre pacientes, pueden ser necesarios días, meses o incluso años. No obstante, la debilidad, aunque leve, puede persistir en muchos casos. Además, no hay que olvidar que existe riesgo de recaida.
¿Ya conocían acerca de esta enfermedad?
Fuente: National Institute of Neurological Disorders and Stroke (NINDS) y MedlinePlus.