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Según un estudio realizado por la Universidad de Pensilvania, el consumo semanal de pescado mejora la calidad del sueño e incrementa nuestro coeficiente intelectual.
Para los que no sean muy amantes del pescado este artículo debería animarles a cambiar un poquito la balanza de su dieta hacia el consumo de éste. Se ha demostrado que el consumo regular de pescado mejora la cognición y que además nos ayuda a dormir mejor.
El equipo de investigación de la universidad de Pensilvania pudo ver que los niños que comen pescado al menos una vez a la semana duermen mejor y tienen un coeficiente de inteligencia más alto en un promedio de 4 puntos.
El consumo de Omega 3 está relacionado con una mejor calidad del sueño, lo que puede explicar este aumento del coeficiente de inteligencia en los niños que comen pescado al menos una vez a la semana. En los resultados de las pruebas que se han hecho en el estudio publicado en la revista Scientific Reports, los niños que comían pescado demostraban tener un CI 4 puntos más altos, en promedio, que aquellos que consumían pescado con menor frecuencia o los que no lo hacían en absoluto.
Existen estudios previos que ya mostraron una relación entre los omega-3 (ácidos grasos presentes en muchos tipos de peces) y mejores valores de inteligencia, pero nunca antes habían conectado este mejoría con el hecho de que este consumo de ácidos grasos se deba al hecho de que nos ayuda a dormir mejor. Este trabajo, realizado por Jianghong Liu, Jennifer Pinto-Martin y Alexandra Hanlon de la Escuela de Enfermería y Penn Integrates Knowledge Professor Adrian Raine, confirman que el sueño es el camino de mediación, el posible eslabón perdido entre el pescado y la inteligencia.
Esto de debe a la presencia de los ácidos grasos Omega 3 del pescado. En el siguiente vídeo podéis ver todos los beneficios del estos ácidos grasos y dónde encontrarlos. Recordad que los bebés también pueden consumir pescado, a partir de los 6-10 meses.
¿En qué consistía el estudio?
En el estudio han participado 541 niños de entre 9 y 11 años de China. Un 54% niños y un 46% niñas, completaron un cuestionario sobre la frecuencia con la que consumieron pescado el mes pasado, con opciones que van desde “nunca” hasta ” al menos una vez por semana “. También realizaron una prueba de coeficiente intelectual llamada Wechsler Intelligence Scale for Children-Revised, que examina las habilidades verbales y no verbales, como el vocabulario y la codificación.
Luego, sus padres respondieron preguntas sobre la calidad del sueño mediante un cuestionario estandarizado de hábitos de sueño de los niños, que incluía temas como la duración del sueño y la frecuencia de la vigilia nocturna o la somnolencia diurna. También se tuvo en cuenta la zona demográfica, la educación de los padres, la ocupación y el estado civil y la cantidad de niños que había en el hogar.
Resultados del estudio
Al analizar todos los datos, el equipo de Penn descubrió que los niños que afirmaban comer pescado semanalmente obtuvieron 4.8 puntos más en los exámenes de cociente intelectual que aquellos que dijeron que “rara vez” o “nunca” consumieron pescado. Aquellos cuyas comidas a veces incluían pescado obtuvieron 3.3 puntos más. Además, el aumento en el consumo de pescado se asoció con menos alteraciones del sueño, lo que según los investigadores indica una mejor calidad general del sueño.
“La falta de sueño se asocia con el comportamiento antisocial, la mala cognición se asocia con el comportamiento antisocial”, dijo Raine. “Hemos visto que los suplementos de omega-3 reducen el comportamiento antisocial, por eso se deduce que el pescado tenga este efecto”.
Según Raines, los niños deberían empezar a consumir pescado ya desde los 10 meses, siempre y cuando el pescado no tenga espinas y haya sido cortado finamente, pero hoy en día se empieza alrededor de los 2 años.