¿De qué va cada una?
Cómo su nombre lo indica, la medicina natural hace uso de técnicas naturales y elementos que provienen de la naturaleza, para aliviar los síntomas de algunas enfermedades y en otros casos curarlas en su totalidad sin recurrir a fármacos. Caso contrario es la medicina convencional mayormente usada en el mundo occidental e implementada por la mayoría de los médicos.
Hoy en día se han visto grandes avances en el campo de la salud, expertos se dedican a diario a investigar y dar con una solución o cura para enfermedades que antes era muy complicado tratar sin tener los medicamentos adecuados. El principal problema con la medicina convencional radica en el abuso de sustancias y la excesiva ingesta de medicamentos que por sus componentes químicos pueden alterar el correcto funcionamiento del organismo.
Es importante destacar que ni una ni la otra van a aportar una solución milagrosa de la noche a la mañana, hay enfermedades para las cuales es preferible inclinarse por usar tratamientos naturales por múltiples razones, son más beneficiosos para la salud y están al alcance de un mayor número de personas. Sobre todo si recurrimos a ella cuando se trata de una gripe, dolor estomacal, dolores de cabeza, tensión o malestar general. Si en cambio, se trata de una enfermedad de mayor gravedad que requiera de alguna prescripción médica que proporcione rápida acción sin dudarlo va a ser preferible ingenir los medicamentos que fueron recetados por el médico a tomar el té de alguna planta, no porque no sea una solución efectiva sino que el tiempo para que surta sus efectos puede ser demasiado largo para lo que se requiere al momento.
Si bien es cierto que sea cual sea el tratamiento por el que nos inclinemos, es importante conocerse y conocer su organismo, entender que no todos los remedios funcionan de la misma manera en todas las personas por lo cual es vital consultar a un especialista en el área.