Lo primero de todo, es diferenciar entre infertilidad y esterilidad. La infertilidad es la imposibilidad de la pareja para concebir un hijo de forma natural o la consecución del embarazo tras un año de relaciones sexuales constantes (mínimo 3 veces por semana) sin uso de métodos anticonceptivos. Por su parte, la esterilidad es una cualidad que poseen aquellos organismos biológicos incapaces de reproducirse, ya sea por un mal funcionamiento de los órganos sexuales o al estado defectuoso de los gametos.
Según explica Fulvia Macini, Directora Médica de Clínicas Eva, la infertilidad se puede prevenir mediante el Estudio Básico de Fertilidad, una ecografía transvaginal, realizada el primer día del periodo, que mide la reserva ovárica de la mujer, es decir, la cantidad de óvulos que le quedan y, por lo tanto, permite conocer las probabilidades de quedarse embarazada.
No es una prueba muy costosa y los ginecólogos deberían de incluirla dentro de las revisiones ginecológicas. Además, para aumentar la fiabilidad se puede combinar con un análisis de FSH el día 3 de ciclo y un análisis de la hormona antimulleriana.
El estudio básico de la fertilidad, además de estudiar lo mencionado, sirve para conocer en qué momento la fertilidad puede comenzar a decrecer. Para ello, se evalúan los folículos antrales, es decir, las bolsitas que llevan dentro los ovocitos. Esto permite conocer en qué estado se encuentra cada mujer y cuál es la calidad de sus folículos.
Gracias a este estudio se puede alertar a una mujer joven de que su reserva ovárica está por debajo de los niveles aceptables y prevenir así la menopausia precoz. Una patología de carácter hereditario y que supone la retirada de la regla en edades tempranas y, por lo tanto, la imposibilidad de reproducirse aun estando en edad de ello.
La solución para estas mujeres se llama vitrificación de óvulos que consiste en la extracción de los óvulos femeninos para conservarlos a -196 grados centígrados, temperatura que los mantiene intactos con la misma calidad, durante un tiempo indefinido. De esta forma, los óvulos extraídos estarán criopreservados hasta que se decida ser madre.
La extracción se puede producir en tres momentos. El primero es cuando la mujer está en su mejor momento, lo que le permitirá ser madre el día de mañana cuando ella decida con la seguridad de que el bebé gozará de salud. En la segunda situación, la reserva ovárica comienza a dar malos indicios o la menopausia precoz empieza a dar señales, por lo que habrá que vitrificarlos cuanto antes si se desea ser madre en el futuro. Por último, si ya es demasiado tarde para vitrificar, se recomienda recurrir a la donación de óvulos para poder concebir.
Los especialistas apuntan que cualquier mujer a partir de los 20 años puede vitrificar sus óvulos para prevenir una posible infertilidad y no tener que recurrir a tratamientos de reproducción asistida, como la fecundación in vitro o la inseminación artificial.
Espero que este post os haya servido de ayuda para prevenir la infertilidad antes de que sea tarde. Si por el contrario, es demasiado tarde, no dudéis en luchar para conseguir ser madres.