¿En qué consiste?
Nuestro cerebro percibe unos síntomas físicos que le hacen interpretar que se está en peligro, lo que, añadido a una situación desconocida, puede terminar por generar miedo aunque el riesgo no sea real.
Se trata de un temor acusado y persistente que es excesivo o irracional ante la presencia de un estímulo.
Se caracteriza porque la exposición al estímulo fóbico provoca una intensa ansiedad que cesa si se evita dicho estímulo.
Se desarrolla por asociación entre un estado de ansiedad muy intenso y un determinado estímulo que se produce en ese momento.
Síntomas
Temblores, sudoración excesiva, aumento del ritmo cardíaco, tensión muscular, e incluso provoca una ansiedad generalizada que puede causar un malestar psicológico importante.
Supone una gran pérdida de calidad de vida cuando no se pueden evitar las situaciones que provocan dicha fobia.
Tratamiento
Es muy importante la ayuda de un psicólogo para determinar la terapia.
Técnicas cognitivo-conductuales que pueden combinarse, si es necesario, con un tratamiento farmacológico que alivie los síntomas.
Técnicas de relajación que se deben practicar diariamente.
Además de la ayuda de un experto, es necesaria la fuerza de voluntad del paciente para culminar el proceso con éxito ya que se debe exponer, poco a poco, al miedo que le produce la fobia.
Fuentes: Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés.