Se ha determinado que el Síndrome de Down se produce de forma espontánea y sin causa aparente. En consecuencia no se puede actuar de ninguna forma para prevenirlo y es inútil intentar buscar algún culpable. Ya que esto no se trata de una enfermedad, entonces no se requiere de tratamiento, por lo que la salud de los niños con Síndrome de Down no tiene por qué ser diferente a la del resto. De este modo, en muchos casos, si su salud es buena o no, no guarda relación alguna con esta alteración genética.
Sin embargo, existen niños con Síndrome de Down que presentan patologías asociadas como cardiopatías congénitas, hipertensión pulmonar, problemas auditivos o visuales, anomalías intestinales, neurológicas… En estos casos son necesarios unos cuidados específicos y un seguimiento desde el nacimiento. Afortunadamente existe tratamiento adecuado para todos estos casos, bien farmacológico o quirúrgico, con altas tasas de éxito todos ellos.
Gracias a los avances de los últimos años en investigación, así como a un adecuado tratamiento y prevención de los problemas de salud asociados al Síndrome de Down, todos podemos celebrar hoy, en el Día Mundial del Síndrome de Down, que las personas con esta alteración pueden llevar una vida sana y de buena calidad, y que, además, su esperanza de vida ha aumentado considerablemente en las últimas décadas alcanzando los 60 años de media en la actualidad.
El Síndrome de Down, al igual que las patologías congénitas, puede detectarse antes del parto o después con unas sencillas pruebas. No obstante, hay que recordar que las pruebas necesarias para detectar estos problemas durante el embarazo pueden provocar un aborto espontáneo. Por ello, será decisión de los padres llevarlas a cabo o no.
¿Conoces a alguien con Síndrome de Down? Seguro que su día a día es igual al del resto, ¿verdad?
Imágenes: elespectador.com y hernandezaguiran.com
Fuente: Down España