Las palpitaciones responden a la sensaciones del paciente de un ritmo cardíaco irregular y pulsaciones repentinamente fuertes. Esto, evidentemente, provoca un efecto desagradable y de malestar en la persona afectada, que siente como si el corazón necesitara más espacio. La anomalía en los latidos en caso de palpitaciones puede llegar a percibirse no solo en el corazón, sino también en el pecho o el cuello.
Por el contrario, la taquicardia se refiere a un ritmo cardíaco regularmente alto. Si en reposo lo ideal es estar entre 60 y 100 pulsaciones por minuto, con taquicardia se superan las 100. A priori no es una enfermedad peligrosa, sólo hay que tenerla controlada llevando un estilo de vida saludable. Sería más preocupante si se tuvieran a diario, ya que podría ser un síntoma de otra alguna enfermedad (no necesariamente que afecte al corazón).
Cuanto menos malos hábitos tengamos en nuestro día a día, menos sufrirá nuestro corazón. La nicotina del tabaco, el alcohol, la cafeína o las drogas, están entre las causas que pueden provocar las palpitaciones y taquicardias. Pero hay muchos otros motivos: en casos de exceso de actividad del tiroides, anemia, bajo nivel de oxígeno en sangre, situaciones de mucho estrés, ansiedad y emociones fuertes, o infección de algún órgano (taquicardias).
Aunque nunca está de más conocer qué nos puede pasar y por qué, el que debe examinar qué nos ocurre es el médico.
Texto de Pablo Girón
Fuentes: Lamedicinaolistiva.wordpress.com; Tecnologiahechapalabra.com;
Alimenacionysalud.universiablog.net
Segunda imagen: U.S. Pacific Air Forces/Flickr