La voz es una de las señas de identidad que más nos diferencia del resto de los seres vivos. Es más, nuestra capacidad fonadora nos permite articular diferentes tipos de sonidos que se convierten en nuestro más valioso medio de comunicación: el habla.
Por esto, y sobre todo teniendo en cuenta a aquellas personas que hacen de la voz un útil de trabajo, es muy importante tratar de cuidar nuestras cuerdas vocales adecuadamente. Para concienciar a la población, y prevenir así posibles enfermedades derivadas de un mal uso del habla, desde hace cinco años se viene celebrando el Día Mundial de la Voz.
Cuidado con tu voz
A menudo, no cuidamos de nuestro instrumento fonador como es debido, apareciendo las llamadas patologías del habla, que se estima que padecen alrededor de dos millones de personas en España.
La edad juega un papel fundamental en cuanto al riesgo, ya que la voz es muy probable que se deteriore con el paso de los años. No obstante, no es el único factor condicionante, sino que también existen otros que tienen que ver con el uso que demos a nuestras cuerdas vocales. Teniendo esto en cuenta, Bartolomé Scola, secretario general de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Patología Cervico-Facial, explica que "en ocasiones, se producen lesiones causadas por un abuso de la voz, que se convierten en patologías ocasionales y que, si no se tratan adecuadamente, pueden desembocar en una patología recurrente, mucho más difícil de revertir".
?Cómo utilizar bien la voz?
En la actualidad "nos movemos en ambientes sonoros muy elevados, lo que puede hacer que, por ejemplo, cuando vamos por la calle hablando por el móvil alcemos la voz". Esta es una de las causas que señala Scola a la hora de hacer balance. Pero además, añade el experto, "dependiendo de nuestra actividad laboral podremos estar en mayor riesgo". En este sentido, cabe resaltar el hecho de que siete de cada diez casos de disfonía y ronquera se deben a una mala utilización de la voz.
Para evitar posibles lesiones, Ignacio Cobeta, especialista en otorrinolarigología, explica que "lo más importante es reconocer las posibilidades propias de nuestra voz y saber hasta dónde podemos llegar". Más detalladamente, el experto da una serie de consejos para hacer un buen uso de las cuerdas vocales: "tratar de hablar en ambientes silenciosos y sin alzar la voz, no hacer un uso prolongado del habla o, también, no agotar todo el aire al hablar".
Igualmente, cabría mencionar lo esencial que es llevar una buena hidratación, es decir, beber a diario el litro y medio de agua aconsejado por casi todos los médicos. Tampoco podría faltar la recomendación de no fumar, ya que el tabaco es un gran enemigo de nuestra boca y de todo nuestro aparato respiratorio, ni la de dormir bien y evitar tensiones. Por último, aunque parezca una obviedad, es vital protegernos del frío y de los cambios de temperatura, y tratar de cuidar bien los catarros. Con respecto a esto, Cobeta recomienda siempre "acudir a un especialista si una disfonía se prolonga más allá de los 15 días".
El tratamiento es la prevención
Aunque pueda parecer un tópico, los españoles tenemos un tono muy elevado de voz, lo que hace que ésta sufra más. Sin embargo, en el ámbito europeo, somos los que menos conciencia tenemos en lo que se refiere a su cuidado. Por ello, y como señala Vicente Fuentes, catedrático de la Real Escuela Superior de Arte Dramático, "en España hace falta una 'atmósfera de la enseñanza' que, desde el colegio, enseñe a los niños a no elevar demasiado el tono de voz", es decir, a no gritar.
Esta sería la mejor idea para tratar de prevenir algunos problemas que podrían aparecer una vez entrada la edad adulta. No obstante, para quienes ya padecen una lesión, acudir a un foniatra que ayude a diagnosticar la calidad y salud de nuestra voz, puede sernos de gran ayuda. Asimismo, también existen tratamientos quirúrgicos que pueden solventar una situación límite.
En definitiva, unos mejores hábitos y una revisión médica en caso de ser necesario, podrían ser suficientes para poder 'dejar oír nuestra voz' por más tiempo.