Cuando hablamos de lubricación genital, nos referimos a la secreción natural de los órganos sexuales, tanto femeninos o masculinos, encaminados a favorecer, en el caso de la mujer, una penetración sin dolor, y en el caso del hombre, además de esto, a limpiar la uretra para favorecer la expulsión del semen, así como a reducir la acidez de la vagina para garantizar una mejor supervivencia de los espermatozoides.
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La lubricación genital masculina es conocida también como fluido preseminal o de Cowper. Se produce durante la excitación, aunque no es igual ni la cantidad (en algunos casos ni se da) ni la textura en todos los hombres. Aunque no se trata de semen como tal, se ha demostrado que este fluido puede tener espermatozoides, por lo que la llamada marcha atrás, es decir, interrumpir el acto sexual antes de la eyaculación para prevenir embarazos, no es seguro, puesto que los espermatozoides contenidos en este líquido podrían producirlo.
Generalmente de lo que más se habla es de la lubricación femenina puesto que es la que garantiza que la relación sexual sea más placentera al hacer más suave la penetración. La excitación contribuye a una mejor lubricación de la vagina, que también varía dependiendo de cada mujer y que puede verse reducida (la conocida como sequedad vaginal) por cuestiones tales como cambios hormonales (la menopausia), tras el parto o la toma de determinados medicamentos o anticonceptivos orales, entre otras cuestiones.
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En el caso de que la lubricación natural no sea suficiente, existen lubricantes artificiales para ayudar al cuerpo a mantener relaciones sexuales placenteras. Los más adecuados son los que contienen agua y que se pueden comprar en farmacias y otros establecimientos. Estos no contienen ingredientes químicos agresivos y son incoloros, inodoros y no manchan. En tiendas especializadas también se pueden encontrar otro tipo de lubricantes, con aromas y sabores especiales, más encaminados al juego sexual.
Por último, para las relaciones sexuales practicadas con preservativo la lubricación es muy importante para evitar la ruptura del mismo. Aunque estos contienen algo de lubricante, si los fluidos naturales no son suficientes, es conveniente usar lubricantes artificiales. En este caso, los de agua de venta en farmacias son los más aconsejables para evitar el deterioro del preservativo.
¿Conocías todos estos detalles sobre la lubricación?