A la manzanilla se le conoce también como camomila o romana. Esta hierba perenne es originaria de Europa y del norte de Asia y es una de las plantas medicinales más conocidas y veneradas en todo el mundo. Su flor es muy particular e inconfundible: pétalos blancos y centro amarillo.
Esta planta medicinal puede tomarse en infusión o utilizarte de forma tópica, en función de los resultados que se quieran conseguir. De cualquiera de las dos formas, su consumo aportará a nuestro organismo muchísimos beneficios y reforzará nuestra salud.
Beneficios de la manzanilla en infusión
Se recomienda beber la flor de manzanilla en infusión para aprovechar todas sus propiedades. La principal, y por la que es mundialmente conocida, es su poder digestivo. Esta planta tiene grandes propiedades digestivas, antiespasmódicas y carminativas y cumple a la perfección esta función si es tomada después de comidas copiosas o por personas que tengan digestiones lentas y pesadas.
Su propiedad carminativa ayuda a combatir los tan molestos fases.
Su efecto antiinflamatorio, unido al digestivo y carminativo, la convierte en una infusión perfecta para tratar gastritis, molestias de estómago o barriga y otros trastornos intestinales. También se recomienda tomar infusión de manzanilla cuando se quiere evitar las náuseas y los vómitos o, por el contrario, provocar estos últimos.
Tiene grandes propiedades calmantes y sedantes, y ya antiguamene era utilizada para calmar los dolores menstruales. Además, también ayuda a combatir los nervios y la ansiedad y a tratar problemas de insomnio; gracias a ella quienes padezcan este mal podrán conseguir un sueño reparador.
Por último, os diremos que es un diurético suave, por lo que ayuda a combatir la retención de líquidos y, además, no tiene calorías, por lo que puede ser una buena aliada en dietas de adelgazamiento.
Beneficios de la manzanilla en uso externo
Uno de los principales usos externos que se le conoce es el de tratar molestias o problemas oculares como hinchazón de ojos, alergia, ojos cansados, orzuelos,… Para ello hay que infusionar la manzanilla, dejarla enfriar y aplicar sobre el ojo con una gasa o con algodón. Esto mismo valdría también para tratar problemas de la piel tales como acné, pequeños cortes o dermatitis.
Las propiedades antiinflamatorias de las que hablamos antes hacen que se utilice también para tratar algún dolor corporal (principalmente articular o de espalda).