El dia de hoy estaremos hablando de como puedes identificar los tipos de dolor de cabeza, los dolores de cabeza son de las molestias más comunes y por ello conviene informarnos adecuadamente sobre cada tipo para identificarlos rápidamente, aplicar tratamientos adecuados y acabar con ellos cuanto antes.
Es este post descubriréis las diferentes clases de dolor de cabeza en función del área dolorida...
Procedo a explicar cada tipo de dolor de cabeza en función de sus síntomas (análisis de la imagen de arriba a abajo y de izquierda a derecha):
1. Dolor en las sienes por delante de los oídos:
Si tus cefaleas se caracterizan por este tipo de dolor, seguramente padezcas un trastorno de la articulación temporomandibular (ATM) que conecta la mandíbula con el hueso temporal del cráneo. Otros síntomas relacionados podrían ser: crujir de la mandíbula, problemas y dolores a la hora de abrir la boca, hinchazones faciales, molestias en el cuello... No es algo preocupante y muchos de los casos mejoran incluso sin tratamiento, aunque conviene acudir a un especialista lo antes posible para tratar los casos más graves y realizar un seguimiento adecuado.
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2. Dolor en el área de los pómulos, sobre los ojos y la parte frontal de la cabeza:
Esa sensación como de congestión y cansancio típica de la sinusitis o rinosinusitis puede derivarse de una infección, un proceso alérgico o una combinación de ambos. La sinusitis suele ir acompañada de fiebre, fatiga y molestias dentales o halitosis. A la hora de tratar este padecimiento, normalmente suele ser bastante efectivo mantener una dieta equilibrada y sana, evitar alérgenos como el humo del tabaco, la contaminación... y aplicar un tratamiento al tipo específico de alergia que sufra el paciente.
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3. Dolor alrededor de un ojo:
Los dolores localizados alrededor de uno de los dos ojos son provocados por cefaleas en racimos y son muy intensos y variables, llegando a debilitar durante un período de entre unos 15 minutos y 3 horas. Las buenas noticias a la hora de hacer frente a este tipo de dolor de cabeza se presentan en forma de tratamiento preventivo con diferentes medicamentos más o menos efectivos en función del paciente. Cuando las molestias son excesivamente agudas, la aplicación de oxígeno y el suministro de triptanes y dihidroergotamina es recomendable.
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4. Dolor opresivo rodeando la cabeza, parte lateral y trasera incluidas:
Las cefaleas tensionales se detectan al percibir un dolor continuo que dibuja una especie de corona pasando por la zona frontal, las sienes y parte posterior de la cabeza. La duración no es determinada y puede variar notablemente (de pocas horas a varios días). Su diagnóstico es simple, pues este tipo de dolor de cabeza no se ve acompañado de ningún otro síntoma, aclarando así las posibles dudas. Los analgésicos podrían ser suficiente para aliviar los casos más leves, aunque una visita al médico siempre es recomendable, sobre todo para los dolores más graves.
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5. Dolor en la zona de la coronilla y la parte superior del cuello:
Las molestias cervicales también pueden plasmarse en dolores intensos en la coronilla y el cuello, y deben su origen a traumas, movimientos anormales de las articulaciones, posturas inadecuadas o a situaciones de estrés. El dolor suele ser constante y punzante y puede subir hasta la parte posterior de los ojos, incluso la frente. El dolor de cabeza cervicogénico varía su tratamiento en función de la causa, aunque podemos destacar los masajes y estiramientos específicos, el fortalecimiento del área a través de ejercicios adaptados a cada persona que buscan una mejora postural, la aplicación de calor y las electroterapias, así como terapias centradas en el sistema nervioso.
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6. Dolor punzante general, náuseas, cambios en la visión y la sensibilidad sensorial:
Uno de los dolores de cabeza más agudo e incapacitante para quienes lo sufren recibe el nombre de migraña, hemicránea o jaqueca. En ocasiones, pueden manifestarse síntomas previos, denominados aura, en forma de trastornos visuales u hormigueos por diferentes partes del cuerpo. Se caracteriza por una sensibilidad acusada a la luz y náuseas que pueden llegar a convertirse en vómitos y afectan a la rutina habitual del paciente, que queda incapacita durante un período variable. Existen tratamientos preventivos, naturales y farmacológicos, por lo que conviene acudir a un especialista cuanto antes para aplicar los más adecuados en cada caso.
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