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Los analfabetos del siglo 21 no serán aquellos que no saben leer y escribir, sino aquellos que no puedan aprender, desaprender y reaprender… Alvin Toffler
En este post te hablaré de lo que entiendo por desaprender para aprender
Aunque resulte una contradicción, desaprender para aprender es la parte más importante de cualquier proceso de cambio porque se refiere a sustraer en vez de sumar.
No te lo diré con un concepto elaborado, ni con recetas que lejos de beneficiar tus procesos de pensamiento, lo hagan más lento y te impidan ver la importancia que tiene este proceso para nuestro crecimiento.
Te lo diré hablándote sobre el proceso de desaprender para aprender y tú harás tus propias definiciones…
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Hay dos tipos de cambios…
El superficial o aparente y el profundo o real
Cuando nos damos cuenta que hemos de dar un giro a nuestros esquemas mentales, el proceso de ir del modelo mental que tenemos al siguiente que nos conviene y corresponde, pasa por un período de evolución que, cual semilla para germinar, toma su tiempo.
En ese proceso, encontraremos contradicciones que tenemos con nosotros mismos y notaremos, al principio no tan claros y no tan conscientes, que aun estando interesados en ser y vivir de una manera mejor y diferente, seguimos atados cómodamente al esquema en el que nos encontramos.
Y queremos que el cambio en nosotros se obre como por arte de magia y sin que tengamos que hacer mucho ni sacrificar demasiado, pero resulta que no es un trabajo por encargo en que pagas a otro lo que vale y te lo entregan listo…
Esta es una tarea que nadie puede hacer por nosotros y en la que, lejos de sumar cosas a nuestra vida, para lograr la transición tendremos que quitar o sustraer mucho de nosotros mismos.
Nos emplazamos a nosotros mismos queriendo darnos resultados contundentes en plazos cortos de tiempo y olvidamos que la Ley de Evolución nos muestra, sin ruido y por todas partes, que todo tiene su tiempo y que es inevitable vivir el proceso si se quieren obtener resultados verdaderos.
El proceso es complejo pero fascinante…
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Una vez que decides que vas a sumergirte en él sin vuelta atrás, comienzas a experimentar no sólo la fuerza y empuje que te da la disposición, sino que van apareciéndote al paso personas, circunstancias y oportunidades afines a lo que decidiste emprender.
Dar el primer paso es no sólo lo más importante, sino lo más difícil.
Porque darlo no significa literalmente dar un paso con tus pies, significa ponerte a andar desde adentro de ti, auto activarte, disponerte realmente al cambio desde adentro y actuar conforme a eso.
Es posible que habiendo asumido que necesitamos ir al siguiente nivel que nuestra conciencia nos demanda, dar ese primer paso para comenzar a actuar en función de esa manera diferente de conciencia sea difícil.
Y es que dentro de nosotros las contradicciones entre la forma de conciencia que hemos tenido y la que queremos asumir comienzan a enfrentarse.
Una parte de nosotros entiende y quiere el cambio y el avance, se emociona por la forma en que esa manera distinta de conciencia nos presenta el mundo, haciéndonos comprender mejor muchas cosas.
Pero la consciencia o manera que ha dominado en nosotros por tanto tiempo no abandonará su territorio sin antes haberlo peleado.
Y nuestro mundo interior se convierte, entonces, en el campo de batalla.
Habrá períodos de tiempo en los que volveremos a lo mismo de siempre a pesar de haberse comenzado la lucha interna y nos parecerá que nos dimos por vencido y que no fuimos lo suficientemente dueños de nosotros mismos como para operar el cambio que queríamos en nuestro propio mundo interior.
Pero no es así… habremos perdido unas cuantas batallas ante nosotros mismos, pero te aseguro que el vencedor de esa guerra aún no se ha definido.
Una y otra vez, la forma de conciencia que nos corresponde asumir insistirá en nosotros para que le cedamos terreno y vida.
Es allí donde nos vuelven los chispazos de cambio que nos producen alegría y nos dan la sensación que nada se ha perdido y que es necesario seguir avanzando… entonces, andamos otro trecho más.
El momento de la verdad…
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Llega un momento, que para unos es más largo o más corto según cada cual, en que la conciencia que te toca abandonar se desgasta por sí sola.
Los avances que se han operado dentro de ti, aunque te parezcan pequeños y casi no los percibas, han ido acumulando fuerza y terreno en tu mundo interior… han ido evolucionando.
Entonces, el momento de dar el primer paso que no es otra cosa que decirnos SI en forma tan definitiva que comenzaremos a actuar en las cosas que hacemos día a día, empieza a manifestarse, tal como la semilla que rompe el primer pedacito del cascarón.
Con ese SI definitivo que nos damos y las primeras cosas que comenzamos a hacer en nuestro día a día, se inicia el primer paso, ya conscientes de por qué estamos haciendo todo de esa manera distinta y cuidando no caer en los viejos esquemas.
Ese primer paso no es un paso equivalente a unos pies andando, es el paso equivalente a un bebé haciendo su primer esfuerzo de gateo.
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Una cuestión de Lealtad…
Necesitaremos, para seguir avanzando, echar mano de algo que será como la punta de lanza que nos protegerá y nos ayudará a no fallecer en el camino: SERNOS LEALES A NOSOTROS MISMOS.
Entendiendo que cambiar de esquema mental implica cambiar en forma tangible y visible nuestra vida y que eso traerá como consecuencia que, así como estarás restando o quitando cosas de ti, también pasará con el mundo que te rodea y eso incluye personas, lugares, condiciones laborales y todo lo que haya que cambiar.
Es por eso que SER LEAL A TI MISMO SERÁ TU ESCUDO PROTECTOR… porque además de la batalla que se libra dentro de ti, será necesario librar la batalla que se producirá en el mundo que nos rodea y que traerá consigo sus propias resistencias.
Es necesario estar claros en que tendremos que afrontar las consecuencias de la batalla que libraremos fuera de nosotros mismos.
La clave, una vez que nos damos el SI definitivo, es recordar permanentemente la razón o razones por las que decidimos operar el cambio en nosotros.
Con esa idea clara en nuestro panorama mental, comprenderemos sin angustias y sin amargarnos que quienes nos rodean no nos comprendan.
La serenidad y la paciencia que acompañan a todo aquello de lo que logramos hacernos conscientes, junto a la lealtad hacia nosotros mismos, se convierte en el pasaporte hacia el éxito.
Y en ese proceso del que te he hablado hasta aquí, que es sólo el de aprender a dejar de gatear para aprender a caminar, se inicia la maravillosa transición de aprender a comenzar a desaprender para aprender a aprender.
Un gran abrazo… nos leemos en el próximo post… Feliz semana!!