La vejiga hiperactiva es un síndrome que se genera gracias a la contracción involuntaria y repentina de los diversos músculos que se hayan en el entorno de este órgano.
Es una dolencia bastante molesta, no solo porque provoca ganas de orinar a cada cierto tiempo (en cortos lapsos), sino porque podría causar pérdidas de orina. Sus causas principales son el consumo excesivo de líquidos y el estrés, aunque también puede originarse por desequilibrios nerviosos y hormonales, inconvenientes neurológicos y debilitamiento del suelo pélvico.
No importa que estos factores puedan desarrollarse de forma diferente en cada persona, igual es necesario que todos le presten atención adecuada para poder evitar que se transforme en un problema. Y es que, cuando no se le da la importancia necesaria de forma oportuna, la persona podría perder el control sobre sus hábitos de micción y, a largo plazo, desarrollar incontinencia.
Por suerte, existen distintos hábitos y tratamientos que podrían facilitar el control de este problema de forma natural antes de tener que acudir a otros procedimientos químicos. A continuación te explicaremos algunos buenos consejos para que los puedas aplicar ante este problema.
Consejos contra la Vejiga hiperactiva
Fortalece los músculos del suelo pélvico
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La práctica usual de ejercicios enfocados en el fortalecimiento del suelo pélvico es una de las soluciones más efectivas para lograr aliviar los efectos de la vejiga hiperactiva. Estos nos aseguran aumentar la fuerza de los músculos que envuelven este órgano, y por ende reduce el debilitamiento que provoca las continuas ganas de ir al baño.
De hecho, es una de las recomendaciones como medida de prevención para la incontinencia urinaria y, de paso, mejorar tu desempeño sexual.
Recomendaciones
Toma 10 o 15 minutos de tu día para realizar los populares ejercicios de Kegel.
Involucra en tus ejercicios y algunas posturas como la del puente y el plank.
Intenta contraer y relajar los músculos del órgano mientras el entrenas.
Mejora tu alimentación
Aunque pareciera que no tiene tanta influencia, la alimentación es uno de los factores más importantes para el control de este trastorno. Una dieta balanceada en grasas y calorías ayuda a controlar el desequilibrio inflamatorio que, por obvias razones, complica aún más el problema.
Además, se considera necesario limitar el consumo de algunos productos debido a que su composición puede aumentar el debilitamiento de la vejiga.
Recomendaciones
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Aumenta en el consumo de alimentos naturales altos en propiedades antioxidantes.
Procura no consumir tantos jugos cítricos.
Disminuye el la ingesta de productos como el café y bebidas con cafeína.
Evita los alimentos procesados y dulces.
Mantén alejado de las bebidas alcohólicas y carbonatadas.
Vigila la cantidad de líquido que bebes
Beber agua, en múltiples oportunidades se le ha recomendado la población ingerir entre 6 y 8 vasos de agua diarios para poder tener un organismo sano y útil. Sin embargo, esas personas que sufren esta condición deben hacer una excepción, debido a que tanto líquido podría dificultar el control del problema.
Si bien no se recomienda su total eliminación, lo mejor es reducir la cantidad hasta que se logre fortalecer la vejiga para restablecer los hábitos de micción.
Recomendaciones
Procura hidratarte cuando estés en tu casa o en un lugar donde tengas disponibilidad para orinar cuando el cuerpo te lo pida.
Programa las visitas al baño
Aguantar las ganas de orinar es una acción muy incómoda y puede ser perjudicial para esas personas que tienen la costumbre de orina completamente normal. No obstante, en pacientes con vejiga hiperactiva puede volverse un acto muy casual, dado que permite controlar el deseo de orinar de forma regular.
El ejercicio se basa en programar tus visitas al baño, aguantando un poco el proceso con el fin de que la vejiga se acostumbre y comience a sincronizarse. Esto permite orinar con más control y, al mismo tiempo, reduce el riego de sentir espasmos cuando no hay líquido que expulsar.
Recomendaciones
Una vez sientas ganas de evacuar líquido, intenta aguantar 3 o 5 minutos antes de ir al baño.
Cuando consigas mantener el tiempo estipulado, ve aumentando poco a poco los minutos hasta que puedas disminuir el número de veces que orinas.
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