Los celos son emociones negativas, pero no necesariamente malsanas, que se originan ante la percepción de que el amado o cuidador presta atención o interés hacia otra persona que no somos nosotros. Esto supone una amenaza ante la posible pérdida de afecto o interés hacia nosotros lo que nos conduce a sentirnos celosos y posesivos con respecto al otro.
No siempre son celos irracionales
Francesc Sorribes, psicólogo de Institut RET diferencia dos tipos de celos: los racionales, fundamentados en seguir con nuestra pareja y la preocupación de que ese vínculo se rompa por otra persona; y los irracionales, con una exigencia absolutista y un interés exclusivo hacia nosotros mismos.Estos últimos son los más problemáticos ya que, según comenta Sorribes, "nos sentimos horrorizados y desvalorados ante la posibilidad que muestre interés por otras personas o incluso puedan dejarnos". Esto nos conduce a sentirnos ansiosos, rabiosos o deprimidos, a pensar obsesivamente esta posibilidad, a ser suspicaz con el otro y a exigir pruebas de compromiso y fidelidad: la posesión.
Sobre las personas más propensas, Francesc Sorribes apunta que es más susceptible que suceda en personas que tengan una baja autoestima o sentimiento de inferioridad y una fuerte necesidad de aprobación y perfección, lo que le conduce a tener fuertes exigencias hacia el otro para evitar sentirse infravalorados.
Cuestión de autocontrol
Pese a que conseguir dominar los celos implica mucho tiempo y esfuerzo, el experto explica que es posible mantenerlos bajo control. "Los seres humanos tenemos una tendencia tanto innata como aprendida de autogenerar creencias irracionales pero también tenemos una habilidad para poder cambiar dichas creencias y dejar de ser celosos irracionales" ha comentado el experto.
Entre algunas de las terapias usadas en estos casos, encontramos la Terapia Racional Emotiva Conductual (TREC) y la Terapia Cognitivo-Conductual (TCC). En cualquier caso, se suelen usar técnicas emotivas, cognitivas y conductuales. El apoyo de los familiares y la pareja es fundamental para solucionar estos problemas. El psicólogo añade que "además de decirle que vaya al psicólogo, los familiares y la pareja pueden intentar aceptarlo incondicionalmente con sus celos, sin juzgarlo ni condenarlo".
Este especialista aconseja tener en cuenta dos aspectos más: "ayudarles a no sentirse culpables" y añade que "también pueden extinguir cualquier respuesta a preguntas celosas". Es decir, no contestar o ignorar la pregunta, informando que no van a responderle. Esto, puede hacer irritar mucho al otro al principio porque sienten la necesidad de saber pero posteriormente esta urgencia va disminuyendo hasta que desaparece. Es una manera de romper el círculo vicioso.
Lo mejor para aprender
Francesc Sorribes nos da algunos consejos para que los celos irracionales pasen a la historia. Un primer consejo consiste en establecer un tiempo fijo cada día de 15 minutos donde se fuerce a tener pensamientos celosos a solas "pero fuera de ese tiempo forzarse a pensar en otras cosas" matiza el experto. Otra pauta a seguir es "cuestionarse de manera científica los pensamientos celosos", así se podrá ver la lógica de lo que se plantea y ver si realmente es algo infundado.
Otro de los ejercicios que se pueden realizar y como complemento a los anteriores es el de parar el pensamiento. Este especialista recomienda que "cada vez que uno tenga un pensamiento celoso se repite tres veces la palabra 'basta', se imagine una señal de stop o un semáforo rojo, y luego piense en algo relajante como un recuerdo o lugar especial".
Sorribes también apuesta por acompañar estas pautas con la de no preguntar ni someter a interrogatorios a la pareja, así como de aceptarse incondicionalmente pese a los sentimientos celosos, ya que según indica, "las personas celosas se sienten despreciables y se condenan por tener estos pensamientos". Por último, el psicólogo recomienda usar frases racionales y repetirlas diariamente. Estas frases son del estilo: "quiero a mi pareja, pero puede seguir siendo feliz si ella no me quiere", "que me dejen no significa que no tenga valor como persona", "que exista la posibilidad que sea infiel, eso no significa probabilidad o certeza" o "no todas las personas son iguales, pensar que todos los hombres o mujeres son infieles es una generalización".
Lo más grave: violencia doméstica
En los casos en los que los celos se convierten en un verdadero problema, poniendo en peligro la vida de la pareja y su salud física y mental, Francesc Sorribes es claro "siempre intentamos intervenir siempre. Lo importante es que en esos casos extremos necesitamos un control mayor para evitar males mayores. Es decir, primero la intervención se centra en generar una distancia física entre los dos para poder trabajar mejor, ya sea ingresando en un centro o pactando una separación temporal".
Todas las personas podemos cambiar si tenemos voluntad de hacerlo, ya que el cambio viene de modificar nuestras creencias irracionales que tenemos con respecto a nosotros mismos, los otros o la vida. Según el especialista, "no se trata de un proceso fácil, pero con la ayuda de un psicólogo adecuado que le guíe y un esfuerzo personal, uno puede conseguirlo".
De esta forma, hemos logrado saber que los celos pueden dominarse a cualquier escala. Lo más importante siempre será la voluntad de quien los padece, ya que sin iniciativa es imposible controlar la situación. Asimismo, el apoyo de la gente cercana será también muy importante.
Agradecimientos a Francesc Sorribes, psicólogo de Institut RET.
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