El punto más importante para tener una buena respuesta terapéutica en casos de cáncer de cérvix, es el diagnóstico precoz. Es sabido que este tipo de cáncer tiene una progresión bien establecida y que casi nunca es abrupta o aparatosa. Es por eso, que al detectarse en etapas tempranas, garantiza tanto mejor pronóstico como medidas terapéuticas menos agresivas.
Actualmente, se cuenta con distintas técnicas que permiten realizar pesquisa para el cáncer de cuello uterino. Especialmente, la citología cervico-vaginal, con la cual se pueden obtener muestras de las células del cuello uterino y la vagina para que sus características sean observadas.
En algunos centros, no sólo se realiza la toma de la muestra para la citología, sino que también se realizan otras pruebas. Entre estas destaca la colposcopia, que consiste en el uso de un colposcopio que permite observar el cuello uterino con mayor precisión. Sin embargo, no todos los centros cuentan con este recurso.
Te invito a que leas las siguientes descripciones sobre los métodos diagnósticos utilizados para saber si una mujer tiene cáncer cervical.
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¿Cómo diagnosticar el cáncer de cérvix?
El diagnóstico de un cáncer de cuello uterino es sencillo cuando se está ante un estadio avanzado o un cáncer invasor. Mediante las manifestaciones clínicas que presente la paciente, se procederá a realizar un examen físico.
Cáncer exocervical: En este examen físico, se debe visualizar el cérvix con el espéculo, en donde será evidente una lesión que puede ser más o menos extensa. Se procede a tomar muestra del tejido para biopsiarse.
Cáncer endocervical: La lesión no suele evidenciarse con facilidad, sin embargo, el cuello uterino tienen un aspecto típico en tonel lo que orienta hacia el diagnóstico. Igualmente, se debe tomar muestra de tejido para biopsia.
Legrado endocervical: En todos los casos en que se sospeche de lesiones malignas de cuello uterino, se debe realizar esta técnica. Con ella, se establece el diagnóstico definitivo, el cual es histológico.
A pesar de esto, la prioridad en el cáncer cervical, es detectarlo cuando aún es una neoplasia intracervical o cuando la invasión es mínima. Esto puede lograrse con el diagnóstico precoz.
Diagnóstico Precoz:
Se basa en el hecho de que las mujeres que se encuentran en un estadio precoz, se encuentran asintomáticas, es decir, se sienten sanas.
Para que sea eficaz, este diagnóstico debe realizarse a toda la población en riesgo.
El primer escalón lo constituye la citología vaginal y la inspección del cuello.
1.- Citología vaginal:
Este es uno de los métodos básicos de exploración en la ginecología, que puede ayudar a: Valorar la función hormonal y en el diagnóstico de las cervicovaginitis. Pero, especialmente en el diagnóstico del cáncer de cérvix.
La citología consiste en la obtención de células del cérvix mediante exfoliación.
Cuando el cáncer es intraepitelial o se encuentra en etapa temprana, las células se desprenden con facilidad y en buen estado, facilitando el diagnóstico.
En el caso contrario, cuando son estadios avanzados de la enfermedad, las células suelen encontrarse en mal estado, son difíciles de obtener y hay sobreinfección añadida. Esto dificulta el diagnóstico.
Requisitos:
Debe cumplirse con ellos para evitar resultados falsos negativos:
Realizar preferiblemente en la fase estrogénica.
No realizar tacto vaginal antes de su ejecución.
El espéculo debe introducirse sin lubricante.
En el caso de infección vaginal, esta debe ser tratada antes de la consulta para la realización del estudio.
Se deben recolectar tres muestras: Del exocérvix mediante una espátula de Ayre, del endocérvix mediante un cepillo endocervical o un aplicador y del fondo de saco posterior. La extensión en la lámina previamente identificada debe ser lo más fina posible.
Luego de que se realiza la extensión en la lámina, se debe fijar lo más pronto posible para evitar la desecación.
Tipos de células:
La mayoría de las células observadas proceden del epitelio poliestratificado, pero también se observan células del endocérvix. A continuación se describen las características de estas células:
Células del epitelio poliestratificado: De las capas superficiales (tienen citoplasma grande, plano y un núcleo muy cromático). De las capas profundas (el citoplasma es más redondeado y pequeño, con núcleos de mayor tamaño).
Células endocervicales: Tienen forma alargada. A veces se agrupan en empalizada. El núcleo suele ocupar uno de los polos del citoplasma.
Signos de malignidad:
Estos orientan hacia el diagnóstico de un cáncer de cérvix; entre ellos están:
Anisocariosis: Es decir, núcleos de diferentes tamaños observados en el Frotis.
Hipercromasia: Se refiere al aumento de la cromatina del núcleo, que se manifiesta por una mayor coloración de los mismos.
Distribución irregular de la cromatina: En un mismo núcleo, se ven zonas muy teñidas frente a otras poco o nada teñidas.
Refuerzo de la membrana nuclear: Se observa muy pigmentada y engrosada.
Mitosis patológicas: Pueden observarse mitosis con más de dos centriolos.
Ausencia de nucléolo.
Resultados:
Según el último consenso, se distinguen tres grupos de anomalías:
De células epidermoides:
Atipias escamosas de significado incierto.
Atipias epidermoides sin poder excluir una lesión de alto grado.
Lesión intraepitelial de bajo grado.
Lesión intraepitelial de alto grado.
Carcinoma de células epidermoides.
De células glandulares:
Atipias glandulares.
Atipias glandulares con tendencia neoplásica.
Adenoma endocervical in situ.
Adenocarcinoma.
De otras células:
Células endometriales en mujeres mayores de 40 años.
Hay que tener en cuenta que la citología, a pesar de sus ventajas, sólo es un método de cribado. Esto implica, que por sí sola no establece un diagnóstico certero de cáncer de cérvix. Pero, si se observan cambios malignos, la siguiente prueba que debe practicarse es la colposcopia con o sin test de Schiller.
2.- Colposcopia:
Este es uno de los métodos de exploración del cuello con un gran valor en el diagnóstico precoz del cáncer de cérvix.
Está indicada cuando se observa alguna alteración macroscópica del cérvix o si la citología es positiva.
No se recomienda su uso estandarizado al igual que la citología debido a que es muy costosa.
Alteraciones:
Vasos atípicos: Estos pueden reconocerse por su gran calibre, su trayecto tortuoso e irregular o por su falta de jerarquía. Dicha jerarquía establece que de un vaso principal, deben salir ramas más finas y de éstas otras más finas.
Epitelio acetoblanco: Se refieren a lesiones focales y bien definidas, las cuales adquieren un color blanco o grisáceo al contacto con ácido acético. Cuanto más opaco y menos brillante se observe, mayores son las posibilidades de que exista neoplasia intracervical.
Epitelio yodonegativo: Se refieren a zonas del cuello que no absorben el color oscuro del Lugol. Esto se basa en el principio de que las células malignas no contienen glucógeno en su citoplasma.
Punteado: Son zonas blancas con punteado rojo, que corresponde a los capilares del tejido conjuntivo.
Mosaico: Son otras lesiones acetoblanco, las cuales se encuentran surcadas por vasos que las dividen en pequeñas zonas poliédricas. En grados más avanzados, los vasos se observan irregulares y dilatados.
3.- Microlpohisteroscopia:
A pesar de no ser una técnica integrada en el sistema de detección precoz del cáncer de cuello uterino, si resulta muy útil.
Consiste en la visualización de ectocérvix y una zona del endocérvix con un aumento mayor que el ofrecido por el colposcopio.
Se observan tanto el epitelio como los vasos con detalle microscópico.
Los hallazgos se clasifican en: Grado 0 (normal), grado 1 (epitelio distrófico) y grado 2 (anomalías nucleares intensas).
4.- Test de Schiller:
Consiste en la aplicación de Lugol en el ectoxérvix para comprobar si se tiñe de color marrón oscuro.
Esta es una prueba complementaria al estudio colposcópico.
Se basa en el principio de que las células que contienen glucógeno captan la solución (zonas yodopositivas). Pero, las células malignas no contienen glucógeno, por lo que no fijan la solución (zonas yodonegativas).
Una limitación de este estudio, es que hay algunos procesos benignos (cervicitis y ectopias) que no fijan el Lugol, dando zonas yodonegativas.
5.- Biopsia:
Constituye otro de los pilares fundamentales en el diagnóstico precoz de cáncer de cérvix. Además, el estudio histopatológico es el único que permite establecer el diagnóstico de certeza. Suele realizarse luego de resultados patológicos de una citología o de la colposcopia, también al observarse directamente una lesión.
Tipos:
Conización: Es la biopsia más amplia y consiste en obtener un cono con base en el exocérvix. La toma debe abarcar todas las lesiones presentes y su profundidad dependerá de la sospecha del grado de invasión. Este tipo de biopsia está indicada cuando la lesión invade el canal cervical y no se observa la zona de transición mediante colposcopia. Una de sus ventajas es que respeta la relación exocérvix/endocérvix.
En cuatro cuadrantes: Este tipo de biopsia está indicado cuando no se observa ningún tipo de lesión en el exocérvix. Consiste en la toma de 4 muestras, en cada cuadrante del cuello uterino con una pinza de sacabocados.
Legrado endocervical: Su indicación es una citología sospechosa con un exocérvix macroscópica y colposcópicamente normal. El procedimiento es igual a cualquier legrado; se debe pinzar el cuello y proceder a realizar el curetaje del endocérvix con una microlegra.
Biopsia con asa de diatermia: Con ella, se obtienen porciones completas del cuello uterino al introducirse el asa de forma perpendicular a la lesión por fuera de sus límites. Una ventaja al usar este tipo de biopsia es que no hay tanto sangrado. Por otro lado, una desventaja es que hay coagulación de los bordes, lo que dificulta el estudio histológico; por esto se recomienda que la incisión se haga a unos milímetros de la lesión.
Biopsia bajo control colposcópico: Este tipo consiste en la toma de muestras de las lesiones sospechosas a la colposcopia. La toma de la muestra puede hacerse con pinza de sacabocados o con bisturí.
Para saber más sobre los distintos métodos de exploración ginecológica, pincha aquí.
Importancia del diagnóstico precoz:
El diagnóstico precoz del cáncer de cérvix es lo más importante relacionado con este tipo de cáncer. Es por esto, que resulta vital que tengas una consulta regular con tu ginecólogo de preferencia. Acudir a tu control, aunque sea anualmente, ayuda a prevenir la progresión de lesiones malignas de existir; lo que a su vez lleva a un diagnóstico temprano y por lo tanto, a tratamientos menos invasivos.
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