Hoy me gustaría hacer una primera introducción y acercamiento a la técnica de ayunar, dejando para futuras entradas la información más específica y detallada que incluirá tipos de ayuno y como hacerlos. También veremos mis propios videos sobre el proceso y el relato en primera persona de mis experiencias junto a los beneficios que aporta.
El ayuno o ayunoterapia es una poderosa y ancestral herramienta de curación integral que también tuvo funciones rituales, de iniciación, ceremoniales y místicas. Es uno de los grandes secretos de salud y longevidad.
Todos los libros sagrados y enseñanzas de las grandes religiones hablan del ayuno: Cristianismo, Budismo, Islamismo, Judaísmo, Hinduismo. Curiosamente en esto están de acuerdo todas estas religiones tan diferentes entre sí; en el hecho de que la práctica del ayuno aporta innumerables beneficios físicos, mentales y espirituales. Es la “Gran Terapia” que se lleva usando desde hace miles y miles de años.
Ayunar es iniciar un proceso natural que permite equilibrar y normalizar de forma eficaz las energías y procesos de trabajo que se dan en el cuerpo. El ayuno ha llegado hasta nuestros días mayoritariamente en forma de terapia para la limpieza, desintoxicación y reparación de tejidos y órganos, curación de males y enfermedades y descontaminación mental. Digo mayoritariamente porque muchas religiones que promueven el ayuno recomiendan a sus devotos ayunar, con lo cual la faceta religiosa del ayuno también ha llegado hasta hoy, pero si no eres practicante la abordarás desde la perspectiva médica.
Al ayunar se activan todos los procesos de eliminación, regeneración, y depuración del organismo. Consiste en hacer reposar la fisiología del cuerpo de modo que la energía que usamos en los procesos digestivos pueda ser desviada o dedicada a fines curativos y reparadores. Los animales entran en ayuno instintivamente cuando se sienten enfermos. Los niños también dejan de comer cuando las energías de su cuerpo son necesarias para la cura de una enfermedad o mal que en ese momento les aqueja. Es un proceso de optimización, una terapia natural que surge por instinto cuando es necesaria.
Tu cuerpo necesita el ayuno, tomarse un respiro de vez en cuandoAyunar es abstenerse voluntariamente de forma total o de forma parcial de comer, de alimentarse. Incluso de beber. Cuando se ayuna algunos órganos de asimilación y almacenamiento invierten su función: pasan de filtrar y metabolizar a limpiarse y a eliminar desechos y reservas. Durante el proceso el cuerpo se alimenta de sus propias reservas, de su medio interno. Esas reservas son en primer lugar recursos grasos, seguidos de aminoácidos y glucógenos. La sensación de hambre no dura más que unas horas hasta que el cuerpo entiende que estamos de ayuno y que debe pasar a comerse y desechar esas mismas reservas y empezar la autoreparación haya donde haga falta. Al ayunar se detienen por completo los procesos digestivos, y es entonces cuando realmente el cuerpo puede dedicar la enorme energía que gasta en la digestión a otros procesos no menos importantes. El ayuno en sí no cura nada, es el cuerpo el que gracias al ayuno puede curarse a sí mismo poniendo en marcha todos los mecanismo internos de los que dispone.
Ya Paracelso decía que la mitad de un tratamiento curativo es facilitar la eliminación de sustancias tóxicas a través de los órganos de desintoxicación.
La sensación de hambre es muy escandalosa, y muchas veces la persona que ayuna es víctima de su propia psicología de tantos años de comer y comer sin parar y sin dar descanso al cuerpo, pues la idea predominante es si no como me muero. Para que una persona normal entre en proceso de inanición hace falta más que un simple ayuno. Hacen falta semanas para que se empiece a morir de hambre y el cuerpo se coma así mismo para sobrevivir.
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