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Con motivo de la celebración del Día Mundial de la Visión, el Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas advierte de la importancia de las revisiones oculares periódicas, ya que el 50% de los casos de pérdida visual se podría prevenir mediante la detección temprana y el tratamiento adecuado.
Por medio de un examen visual, el óptico-optometrista no solo es capaz de determinar si padecemos algún defecto refractivo, como la miopía, la hipermetropía o el astigmatismo, sino que puede observar indicios de posibles anomalías que afectan a nuestra salud ocular, como las cataratas o las deficiencias visuales de las que inicialmente no somos conscientes, como el glaucoma, pero que provocan una pérdida irreversible de la visión.
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Pero la utilidad de las revisiones oculares no se detiene ahí: “los ojos son las ventanas a otras partes del cuerpo, por lo que muchas enfermedades tienen su manifestación en los ojos”, sostiene Juan Carlos Martínez Moral, presidente del Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas. Así, por ejemplo, la hipertensión puede manifestarse en los vasos sanguíneos de la parte posterior del ojo, la diabetes daña las estructuras oculares y algunos tumores cerebrales pueden crear puntos ciegos, detectables en un examen de campo visual. El óptico-optometrista es capaz de descubrir los signos tempranos de esas enfermedades y recomendar al paciente que acuda al especialista.
Una visita anual al óptico-optometrista para hacer revisiones oculares es una práctica saludable a cualquier edad, pero resulta especialmente aconsejable durante la infancia, a partir de los 45-50 años y en el caso de que se padezcan patologías que puedan afectar a los ojos (diabetes, hipertensión...).
¿Acudes al menos una vez al año a revisar tu vista?