El aborto es la expulsión ya sea parcial o total, del producto de la concepción antes de las 22 semanas de gestación o que tenga un peso menor a 500 gramos; desencadenado de manera espontánea o por una maniobra abortiva (mediante la introducción de objetos a través del canal vaginal o mediante el uso de fármacos). El aborto se presenta con una incidencia de un 10 al 15% de la población en general, y la mayoría se producen antes de las 12 semanas de gestación debido a alteraciones cromosómicas; asociándose su aparición con períodos intergenésicos (tiempo entre un embarazo previo y un nuevo embarazo) cortos y la edad de los padres.
El aborto representa un tema de polémica actual, en vista de su implicación no sólo social sino también legal, ya que si se produce de manera espontánea no acarrearía ningún tipo de investigación; mientras que la inducción de un aborto sin la supervisión médica apropiada y fuera de la única indicación para que se realice, desencadena una serie de investigaciones para conocer la causa de dicho proceso. Siendo a su vez una de las principales causas de sangrado en el I trimestre del embarazo, ocasionando una gran angustia por parte de la embarazada.
Causas de Aborto:
Factores fetales: La mayoría de los abortos corresponden a anomalías cromosómicas, produciéndose de esta manera pérdidas antes de las 8 semanas de gestación, entre las anomalías cromosómicas que podrían desencadenar un aborto se incluyen las trisomías, monosomías o tetraploidias.
Factores maternos: Los cuales son inherentes a la madre, como el caso de las infecciones urinarias o vaginales, enfermedades crónicas debilitantes (cardiopatías, enfermedades metabólicas), alimentación deficiente, cirugías previas, uso de drogas, fármacos, alcohol, radiaciones e incluso traumatismos predisponen a la gestante a que tenga un aborto.
Defectos del útero: Como es el caso de la insuficiencia cervicouterina, en la cual, como su nombre lo expresa, el cuello es incapaz de mantener una gestación, siendo frecuentemente asociada a traumatismos; se produce una dilatación no dolorosa del cuello provocando la expulsión casi completa del producto de la concepción.
Clasificación del aborto según su evolución:
Espontáneo: Es aquel aborto que se produce de forma espontánea, es decir, sin la utilización de ningún proceso que lo desencadene. Entre este tipo se incluyen:
Amenaza de Aborto: Caracterizada porque el feto se encuentra dentro del útero y aún conserva su vitalidad; la mujer comienza a presentar dolor localizado en la región lumbar y/o en hipogastrio (vientre), se acompaña de sangrado a través de los genitales que suele ser de escaso a moderado; al realizar el tacto vaginal no se evidencian cambios cervicales por lo que el cuello permanece cerrado; el tratamiento en estos casos consiste en reposo tanto físico, como sexual y mental, además de tratamiento para controlar el dolor e incluso se puede indicar la utilización de progesterona.
Aborto Inevitable: También conocido como aborto en curso inminente o incipiente; en este tipo de aborto la pérdida del producto a pesar de no haberse producido es inevitable que suceda porque hay rotura de las membranas ovulares y salida del líquido amniótico; la mujer presenta dolor de mayor intensidad que en una amenaza de aborto, el sangrado es abundante y en el tacto vaginal se evidencia cuello uterino completamente permeable; el tratamiento consiste en la hospitalización de la paciente para realizar evacuación del producto y posteriormente realizar legrado uterino, se administra antibioticoterapia profiláctica.
Aborto Incompleto: En donde hay expulsión parcial del feto, por lo que aún quedan restos de la placenta o de las membranas ovulares, y se toma como que todo aborto es incompleto hasta que se demuestre lo contrario; la mujer presenta dolor de tipo cólico y el sangrado varía de intensidad; el cuello puede estar o no permeable; el tratamiento consiste en hospitalizar a la paciente para realizar legrado uterino.
Aborto Completo: Se produce la expulsión completa del producto y al suceder esto, desaparecen los síntomas por lo que al examen físico el cuello está cerrado y ya no se evidencia sangrado; son poco frecuentes y debe ser manejado exclusivamente por un especialista.
2. Provocados o Inducidos: Aquellos en donde se utiliza alguna maniobra que desencadena el aborto, se incluyen en este grupo:
–Terapéutico: El aborto terapéutico sólo está indicado cuando la vida de la madre está en riesgo de continuar con la gestación.
–Condiciones de riesgo: Aquellas gestantes que utilizan algún instrumento que introducen a través del canal vaginal (lo que provoca un gran número de lesiones) o aquellas que utilizan algún tipo de medicamento que desencadene la pérdida del producto.
3. Retenido o Diferido: En el caso de un aborto diferido, hay pérdida de la actividad cardíaca del feto pero no se ha expulsado; en el examen físico el cuello se encuentra cerrado y la mujer no presenta ningún tipo de sangrado a través de genitales., se debe hospitalizar a la paciente para evacuar el producto.
4. Recurrente: Cuando se producen tres o más abortos consecutivos o mujeres con antecedentes de más de cinco abortos no continuos.
Diagnóstico de un aborto:
El personal de salud se puede valer de diversos métodos para saber si una gestante está presentando un proceso de aborto o en su defecto una amenaza de aborto, entre estos métodos tenemos:
Anamnesis: Siempre se debe interrogar a la mujer, preguntar por su fecha de última regla, primero que todo asegurarnos de que realmente está embarazada, momento de aparición de los síntomas y duración de los mismos, y preguntar acerca de si presentó en algún momento fiebre, mareos o desmayos.
Examen físico: Evaluar las condiciones generales de la paciente, realizar tacto bimanual para valorar las características del cuello uterino y se deben descartar signos de infección.
Ecosonograma pélvico: Utilizado primordialmente para confirmar vitalidad el feto y si es un embarazo intrauterino, y si la expulsión del feto fue completa o no.
Estudios de laboratorio: Como la hematología completa (para saber los valores de hemoglobina y desacatar anemia, saber si hay infección mediante la cuenta blanca y se debe realizar tipaje sanguíneo), la proteína C reactiva (la cual se encuentra elevada en casos de infecciones).
Se debe establecer un diagnóstico diferencial con otras enfermedades que a su vez cursan con sangrado, como lo son:
Embarazo ectópico: Las características clínicas son diferentes y además se confirma mediante la ecografía.
Enfermedad trofoblástica gestacional.
Ginecopatía existente (como los pólipos).
Trastornos de la coagulación.
Frente a un embarazo no deseado, no es bueno apresurarse a tomar una decisión sin antes valorar los pro y contras de la situación y es sumamente importante que no te apresures a realizar un aborto no terapéutico (ni con maniobras y mucho menos con fármacos), que podría traer consigo graves consecuencias como infecciones o hemorragias que incluso pueden llevar a la muerte. Si estás embarazada y comienzas a presentar dolor acompañado de sangrado o no, comunícate con tu médico, no esperes a que las manifestaciones avancen más, guarda la calma y acude cuando el te lo indique, si estás en presencia de una amenaza de aborto, no te alarmes y sigue las indicaciones del médico tratante, si por el contrario es un aborto inevitable es normal que sientas tristeza, para esto debes apoyarte en tu pareja o familiares cercanos, debes guardar el reposo necesario y mantenerte en control con el médico especialista para saber cuánto es el tiempo apropiado para que puedas salir embarazada de nuevo.
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