Estoy entusiasmada con un curso que estoy haciendo.
Se divide en varios temas y su objetivo, a grandes rasgos, es que hagas un profundo análisis de ti mismo para que identifiques tus virtudes y defectos. Localices tus fortalezas y debilidades, descubras lo que te gusta y lo que no y con todo ello diseñes una forma de trabajar a tu medida.
A priori, parece más un curso de desarrollo personal, pero nada más lejos ni más cerca que la relación que une lo personal de lo profesional. De hecho, el éxito en este curso consiste justo en que consigas ser feliz trabajando. Ni más ni menos.
Estaba haciendo mis deberes, descubriendo la escritura personal y me encanta lo que me he encontrado. Suelo escribir aquí, siempre cara a la galería, aunque no pienso en mucha gente cuando lo hago y me parece hasta terapéutico hacerlo, pero en fin, esta es la realidad, hay más personas a parte de mi leyendo esto.
El ejercicio que estaba haciendo en cuestión pregunta: ¿A qué te dedicarías profesionalmente desde ya en adelante si supieras que vas a morir justo dentro de dos años?
Impacta la pregunta. El trato es que será una muerte limpia y sin sufrimiento. Entonces vale, de aquí a dos años me atropellará un autobús.
Me considero una persona con ambición y con sed de saber y mejorar. Quiero crear cosas y, lo confieso, quiero que esas cosas gusten, siento pudor y me importa la opinión de los demás respecto a lo que hago (profesionalmente). Busco crecer, desarrollarme, aprender, no aburrirme, entusiasmarme y ser feliz con lo que hago. Ser mejor y mejor. Creo que todo ello movido por una imagen que tengo de mi misma dentro de 10 años. Una mujer que habrá trabajado fuerte para conseguir estar donde está, pero que siente pasión por lo que hace.
Suponiendo que en diez años llegue a ser lo que ahora deseo.. Vaya diez años de curro, auto-exigencia, horas invertidas, horas frente a la pantalla, horas que se convierten en… años. Diez años. Cuantas cervezas perdidas, cuántos horas de sofá con la cabeza en babia, cuántos no puedo ir, cuántos cuantos.
A ver, no me quejo. Es lo que he elegido, lo que me pone las pilas, lo que me motiva. Dando por hecho que, mínimo, me quedan 50 años de vida por delante. Un esfuerzo con grandes satisfacciones que miran a un mañana que no sé si llegará. Sobretodo pensando que me va a atropellar un autobús en dos años.
Y vuelve la pregunta, ¿A qué te dedicarías profesionalmente desde ya en adelante si supieras que vas a morir justo dentro de dos años?
Me pongo a escribir y me sale sin pensarlo. Si yo fuera a morir dentro de dos años me pondría a trabajar en algo que no implicara mucho esfuerzo mental ni tiempo para invertir. Algo simplón, facilón, que no estresara ni me exigiera demasiado, para que cuando saliera de él tuviera la cabeza en las cosas que de verdad importan. Básicamente, lo opuesto a lo que hago ahora! Sería un trabajo donde no tuviera que invertir más de 6 horas al día y que me diera dinero suficiente para vivir, poder ayudar a quien lo necesita y permitirme viajar. Me dedicaría estar más con mis seres queridos. A comer, bailar y viajar mucho más con ellos. Me gastaría la pasta de cada mes y no ahorraría. Vería mujeres y hombres y viceversa y Gran hermano y comería salmón ahumado aunque sea cancerígeno. Tampoco buscaría el reconocimiento laboral, sólo el personal y, ni si quiera eso. Sólo me dedicaría poder hacer feliz a las personas que me rodean ofreciendo mi apoyo y divirtiéndome con ellas para que guardaran de mi algo especial.
También tendría hijos y escribiría cartas para cada uno de sus cumpleaños. Les diría que siempre todo acaba yendo bien. No decidiría tenerlos por ser egoísta, si no porque pienso que la vida en sí misma es el mejor regalo y se puede ser feliz y pleno con sólo un familiar que te de todo su amor, apoyo y equilibrio.
Hace falta muy poco aunque esto, en realidad, ya sea mucho.
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A qué dedicarías tu vida si fueras a morir en dos años.
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