Queda muy poco para las Navidades y para que acabe el año, el tiempo pasa volando y cuando queramos darnos cuenta, ya están encima. No sé si a ti te pasa, pero hay mucha gente que ésta época le supone un extra de estrés, a lo que viene siendo ya su rutina: los muchos compromisos, las búsquedas de regalos, las muchedumbres...
Así que, si a ti te pasa, ¿qué tal si ponemos en práctica lo que hemos ido aprendiendo últimamente por el blog, para rebajar esos niveles de estrés de estas fechas?
Además, ten en cuenta que el estrés nos satura el sistema inmunitario, y con el frío y las gripes a la vuelta de la esquina, es mejor que el nuestro esté todo lo fuerte posible. ¿Verdad?
¿Cómo podemos reducir el estrés de estas fechas?
1. Planifica con antelación
Sin un mínimo de planificación, es muy sencillo comprometerse con demasiados planes, o con demasiadas ideas, que pueden acentuar la sensación de estrés. Planificando con antelación podrás repartir todo lo que realmente necesitas hacer, entre los días que tienes disponibles, y de esta forma repartir la carga, por así decirlo, y que resulten menos agotadores.
¿Qué podríamos planificar? Muchas cosas, desde los regalos (como anotar ideas que tenemos para cada persona, o dónde lo venden), el seguimiento de paquetes (si dependes de Amazon prime como a veces pasa por aquí...), los menús de los días de fiesta y la lista de la compra, los preparativos a las fiestas, actividades a realizar con los pequeños de la casa o visitas a realizar, por decirte alguna idea.
[En estos dos blogs además comparten planificadores Navideños gratuitos, por si quieres echarles un vistazo: I <3 planners || Anchored Women ]
2. Mantén unas expectativas realistas y sé asertiva.
Esta parte puede ser más complicada, porque nos va a requerir más trabajo. Aceptar que las cosas no son perfectas y siempre pueden surgir imprevistos, te ayudará a llevar mejor los posibles problemas que puedan surgir (ojo, que no digo que vaya a pasar, pero...¡pueden ocurrir!) Si ponemos unas expectativas muy altas, buscando únicamente la perfección, cualquier imprevisto nos puede descolocar y podemos darle más importancia de la que realmente tiene. Aceptar que las cosas pueden fallar o no salir perfectas, nos ayudaría a quitarle importancia y rebajar el malestar que nos pueda causar.
Además es importante ser asertiva y poner límites. Si hay algo que realmente no quieres hacer, pero piensas que es mejor hacerlo para evitar problemas con una tercera persona, que esa persona no se moleste, pero aceptar esa tarea a ti te supone muchos inconvenientes o te genera estrés. En estos casos, quizás compense mantener una conversación con esa persona y dejar clara tu postura. Vale, se pasará un mal rato, pero no se trata de que esa persona se fastidie, para que tú no, sino que ambas partes lleguéis a un punto intermedio, algo que os resulte aceptable, o por así llamarlo, un ganar-ganar.
3. Para y reflexiona.
Ya sabes que me encanta dedicarle ratos al journaling, como método para vaciar mi cabeza en épocas de más estrés. Puedes poner en práctica esta técnica, y centrarte en escribir de forma positiva, es decir, centrándote en aquello que ha pasado durante todo este último año, y por lo que estás agradecida. De esta forma, cambias tu foco de atención a los recuerdos y momentos positivos, y dejas ir los malos momentos, que son menos agradables de recordar. No necesitas dedicarle mucho tiempo además, y con cualquier papel y boli tienes las herramientas necesarias para ponerlo en práctica
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4. Cuídate y desconecta
La mejor manera que hay para rebajar los niveles de estrés es cuidándote y dedicándote tiempo.
Por ejemplo, procurando comer sano y con moderación. Vale, quizás con tantos eventos (cenas de empresa, fiestas, turrones y dulces) una dieta sea lo más complicado de poner en práctica, pero no se trata de eliminar por completo estas celebraciones y comidas, sino en tener moderación y compensar los atracones con otras comidas más ligeras y equilibradas.
Estar activa es también una gran forma de soltar el estrés. Un paseo, una excursión o una sesión de gimnasio, donde tu cuerpo segregue endorfinas, que al final nos llevan a un estado de bienestar emocional y nos distrae de aquello que nos preocupa.
De todas formas, métodos para desconectar hay cientos, y cada una tenemos nuestras preferencias: quizás sea viendo un capítulo de una serie que te guste mucho, un café con una amiga, un paseo por el parque, un baño relajante o una siesta, por decir algunas ideas. Intenta sacar 20 minutos por lo menos, al día, en tu planificación, para ti misma. Si te cuesta sacar tiempo para ti, bloquea ese tiempo en tu agenda, de forma que sea una obligación, es decir: que no puedas saltártelo, ni sustituirlo por más tareas.
Como ves, estas 4 maneras son tan útiles en fechas de Navidad, como el resto del año, así que vienen bien tenerlas siempre en cuenta y ponerlas en práctica.
Y dime ¿a ti la Navidad te genera algún tipo de estrés? ¿o la disfrutas como una niña pequeña?
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