El estrés no sólo impacta la calidad de vida sino también nuestra salud y nuestras relaciones. Si te sentís estresada o que andás a las corridas absolutamente todos los días, ¡estos consejos te resultarán muy útiles!
Todos tenemos días o períodos de mayor actividad, sin embargo, cuando en lugar de ser días o períodos la vida se convierte en un rally de actividades que genera altos niveles de estrés entonces necesitamos hacer algo para bajar un cambio. Por eso aquí te presentamos algunas claves que te ayudarán a realizar pequeñas cosillas para mantener una vida activa sin que ello implique vivir estresados.
Claves para bajar un cambio
Seguí tus pálpitos
Si tenés un mal presentimiento o, como dirían los psicólogos, una “sensación de amenaza inminente”, no la ignores. Pará todo, tomá cartas en el asunto y transmutá. Para eso, hay tres cosas que podés hacer:
Respirá con ritmo constante para relajarte: inhalá por la nariz, retené el aire en la parte baja del abdomen y largá de nuevo por la nariz contando cuatro tiempos cada vez. Repetí todas las veces que lo precises, y si es con los ojos cerrados, mejor.
Pasá del negro al blanco. Es decir, dejá de ver eso que te genera “mala espina” como una amenaza y fijate qué oportunidad puede haber en esa situación.
Anticipate a todo lo que creés que podría pasarte si esa amenaza se concreta. De esta manera, estarás preparada y hasta podrás prever posibles soluciones, lo que redundará en una mayor tranquilidad para vos.
Armonizá tu sueño
Cuando no descansás bien, amanecés con menos energía, y si ya cambiaste el colchón, la almohada y la posición en la que dormís, es hora de probar con un poco de Feng Shui. Según esta técnica milenaria, en tu habitación no debería haber ningún artefacto electrónico que interrumpa tu cansancio. Es decir, nada de televisión ni equipos de audio o computadoras, así como tampoco espejos que te reflejen mientras estás acostada. Si tenés algo de eso, cambialo de ambiente porque son factores que te absorben la energía.
Movete
Hacé lo que quieras, lo que más te guste, pero asegurate de mover tu cuerpo, no sólo por un tema de salud sino porque así también estás renovando la energía que, si sólo estás sentada en una silla trabajando, se estanca ahí, con vos. Hacela circular, renovala. Por eso, cuando estés estresada ?y cuando no, también? salí a caminar, correr, bailá o andá a una clase de gimnasia. Si no se te ocurre nada, encerrate en tu casa con la música que más te guste y dejate llevar.
Hacé un balance
Sentate con una hoja y un lápiz y calculá cuántas horas a la semana le dedicás al trabajo y cuántas al tiempo libre. Si tenés más de la primera que de la segunda, algo anda mal. Los especialistas recomiendan tener bien balanceadas ambas áreas para regular el estrés. Empezá poco a poco: proponete bajar media hora de trabajo por día y sumarte la misma dosis de ocio.
¡Apagá el celular!
Si sos ansiosa y tenés un smartphone, seguramente serás también adicta al trabajo. Hoy, los celulares con acceso a mails, internet y redes sociales hacen que la gente con trastornos de ansiedad y tendencia a trabajar más de la cuenta profundice su cuadro, provocando mayores niveles de estrés. Por eso, más allá de la terapia pertinente, obligarte a apagar el teléfono o dejar la tablet en casa puede ser una solución. Proponete también acá hacerlo poco a poco: apagalo por media hora, después por una, y así hasta que logres darte cuenta de que si te desconectás de las obligaciones por un rato no se acaba el mundo.
Buscá el silencio
En la sociedad de hoy, donde los estímulos están por todos lados, el silencio ya casi no existe. Sin embargo, si te animás a experimentarlo un poco cada día, incluso cuando todavía estás trabajando o cumpliendo con diversas obligaciones, notarás cómo los pensamientos se acomodan y clarifican solos, el ritmo de tu respiración se desacelera y podés pensar mejor y de manera más calma. Nadie te pide que te recluyas, pero desenchufarte del ruido por una hora al día puede convertirse en tu mejor aliado contra el estrés.
Consumí naturaleza
Aprovechá que empiezan los días lindos para entrar en contacto con el verde. Caminar descalzo, abrazar un árbol o simplemente tirarse boca arriba en el césped a pensar en nada y dejar que el sol te abrigue es una buena manera de recargar energía y transmutar aquella negativa en otra más positiva.
Visualizá
Este ejercicio podés hacerlo solo o combinado con otros que ya te propusimos antes, como el de la respiración y el silencio. Elegí un lugar piola o, si no podés, cerrá los ojos en tu escritorio. Respirá en cuatro tiempos para bajar la aceleración e imaginate en algún lugar que te despierte sensaciones placenteras: una montaña, a la orilla de un gran lago cristalino o en una playa. Sentí el contacto con la naturaleza: la arena bajo tus pies, la brisa, el ruido de los pájaros. Dejate llevar. Cuando sientas que ya estás renovada, volvé poquito a poquito a tu aquí y ahora.
Mimate
¡Sí! Tomate un día para vos. Andá a un spa, a la masajista, a la peluquería o simplemente hacete un buen baño de inmersión en casa. Muchas veces, la angustia y la ansiedad están relacionadas con que sentimos que nunca nos podemos ocupar de lo que realmente nos gusta; por hacer lo urgente, nos olvidamos de lo importante. Así que, cuando te sientas estresada (o antes de sentirte así), tomate un día entero para vos, para mimarte y sentir que ahora sí podés enfrentar los retos de la vida, porque ya no tenés pendientes con vos misma.
Cuidá lo que tomás
Si estás nerviosa, evitá el té y el café, sobre todo a medida que se acerca la hora del descanso. Preferí, en cambio, infusiones que te ayuden a relajarte como el tilo o la manzanilla. Además de ser ricos, te bajan unos cuantos cambios.
Respirá
No como lo hacés desde que naciste, sino en forma conciente. Hay pranayamas (ejercicios) muy simples, como el de fosas nasales alternadas, que sirven para calmar y centrar la mente.
Fuente: CatamarcaYa
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