La halitosis -es decir, el olor desagradable que procede del aliento, y que puede originarse en la boca, pero también en la nariz, las vías respiratorias o el aparato digestivo- es un problema que afecta a mucha gente. Tal vez hasta a la mitad de la población, según una amplia revisión de estudios científicos publicada en 2014 y que establece un amplio rango de prevalencia: entre el 22% y el 50% de las personas.
Sus consecuencias son muy negativas: rechazo social, baja autoestima, riesgo de depresión. De acuerdo con una encuesta realizada hace unos años por la Federación Española de Sociedades de Sexología, el mal aliento era para las mujeres el principal inhibidor del deseo sexual, por encima de los problemas de erección y la eyaculación precoz. Todo esto explica que, como detalla la Guía clínica de halitosis editada por la red Fisterra, la halitosis sea la tercera causa más frecuente de consulta al odontólogo.
Una gran mayoría de los casos de halitosis patológica -hasta nueve de cada diez- se relacionan con la presencia de gérmenes en la cavidad oral, "especialmente en el dorso de la lengua", apunta la citada revisión científica. Debido a eso, en muchas personas este inconveniente se resuelve con la mejora o la modificación de ciertas rutinas higiénicas, aunque también es cierto que otros hábitos (consumo excesivo de tabaco, café, alcohol o en general una dieta desequilibrada) pueden influir en la cuestión.
La halitosis matinal, no patológica sino fisiológica El caso es que existe una clase de halitosis no patológica y muy común, a tal punto que afecta a casi todo el mundo: la que se produce por las mañanas, al despertar. Es la llamada halitosis fisiológica, que no se produce como consecuencia de problemas de higiene o de hábitos de consumo, sino -puntualiza la Guía de Fisterra- "por la disminución del flujo de saliva en la cavidad oral durante el sueño".
Tal disminución de la cantidad de saliva en la boca "facilita el crecimiento incontrolado de bacterias gramnegativas y anaerobias, que producen un gas maloliente y putrefacción de ácidos con la posterior producción de productos sulfurados", especifica un artículo firmado por los especialistas Javier Fernández Amézaga y Rosa Rosanes González y publicado en la revista de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (SEMFYC).
Como se debe a una baja producción de saliva, la halitosis fisiológica también puede producirse en otros casos de "boca seca", problema cuyo nombre técnico es xerostomía. Esto suele suceder, además de al dormir, tras situaciones en que una persona tiene que hablar durante mucho tiempo, por efecto secundario de medicación o por respiración nasal, apunta también este documento.
"La xerostomía crónica -añade el texto- favorece las caries, infecciones, deshidratación y atrofia de las mucosas, y provoca acidificación de la saliva, que facilita el sobrecrecimiento bacteriano". Es cierto que no impide llevar una vida normal, pero sería mejor no padecerlo. ¿Se puede hacer algo para prevenir el mal aliento matinal? Eliminar por completo la halitosis de después de dormir puede ser imposible, pero sí se pueden tomar algunas medidas para reducir su impacto.
Como aminorar la halitosis matinal1. Higiene correcta Una buena higiene bucal constituye la mejor herramienta para combatir y prevenir la halitosis. Los odontólogos recomiendan lavarse los dientes adecuadamente con pasta fluorada después de cada comida, o como mínimo dos veces al día. También aconsejan el uso de hilo dental y el cepillado de la lengua de manera diaria, ya que, como se ha mencionado, es en su región posterior donde se acumulan muchas de las bacterias causantes de la halitosis.
"Una lengua sana se caracteriza por su intenso color rosado", apunta el artículo publicado por la SEMFYC. Por otra parte, también se recomienda retirar y limpiar al menos una vez por día las dentaduras postizas, aparatos de ortodoncia y otros materiales protésicos. La correcta higiene bucal también previene la aparición de caries, cuya existencia es, a su vez, otra de las posibles causas de halitosis, tanto patológica como matinal.
2. Cuidado de la dieta En general, pero sobre todo durante la cena, quienes deseen aminorar el efecto de la halitosis matinal deben tratar de seguir una dieta rica en verduras y frutas y baja en carne y grasas. Ciertos alimentos, además, debido a su composición, aumentan las probabilidades de que el aliento en la mañana siguiente no sea el más agradable: ajo, cebolla, mariscos enlatados, las especias y condimentos fuertes y también las bebidas alcohólicas.
¿A qué se debe? A que algunos metabolitos procedentes de la ingesta de esos productos "pueden absorberse a nivel gastrointestinal, pasan a la circulación, se metabolizan en mucosa intestinal e hígado y se expulsan por los pulmones", según explican Fernández Amézaga y Rosanes González. En el caso de las bebidas alcohólicas, se suma el hecho de que generan un efecto diurético, que hace que la hidratación del cuerpo disminuya y, en consecuencia, se dificulte la generación de saliva. Y un dato más: pasar mucho tiempo sin comer también puede generar halitosis, debido a que también de esa forma se reduce la salivación.
3. Evitar el tabaco Abstenerse del consumo de tabaco es otra recomendación para evitar o reducir la halitosis fisiológica. El tabaco "crea un aliento característico, que incluso puede durar más de un día después de fumar", y presenta la particularidad -apunta el artículo de la SEMFYC- de que "a veces es usado para enmascarar una halitosis". Lo curioso es que, en ocasiones, también se observa "aliento de fumador" en fumadores pasivos, lo cual puede verse como una prueba más del poderoso efecto del consumo de tabaco en el sistema respiratorio.
4. Beber mucha agua Una buena hidratación es la mejor receta contra la xerostomía, la "boca seca". Si se bebe mucha agua durante el día, es menos probable la halitosis matinal el día siguiente. Existen medicamentos que influyen en el funcionamiento de las glándulas salivales y, por ende, se asocian con la xerostomía. Los expertos recomiendan sustituirlos por otros alternativos siempre que sea posible, aunque aclaran que "en ocasiones resulta difícil, especialmente en población geriátrica".
5. Enjuagues y colutorios Fernández Amézaga y Rosanes González aseguran que el mejor momento para usar enjuagues y hacer gargarismos con colutorios es antes de ir a dormir, ya que "los restos del producto quedan en la boca por la noche, que es cuando la actividad bacteriana es mayor y el flujo de saliva menor". Por lo tanto, puede ser un método efectivo para la halitosis matinal.
Sin embargo, como ha explicado la odontóloga Elvira Rodríguez Puig en un artículo en Consumo Claro, su uso podría ser contraproducente. Como algunos enjuagues están fabricados solo con fines cosméticos, "no eliminan totalmente los restos de alimento ni las bacterias saprófitas que los descomponen". En consecuencia, lo que logran es generar componentes como la putrescina y la cadaverina. ¿El resultado? En lugar de dar buen aliento, empeoran la halitosis.
Los colutorios que sí atacan las bacterias son los llamados terapéuticos, pero hay que tener cuidado porque son muy agresivos. Contienen productos como el alcohol, el sulfato sódico o agentes oxidantes, los cuales, por su efecto irritante, son perjudiciales para los tejidos blandos de la boca. Por ello, si bien se venden sin prescripción médica, lo aconsejable es, antes de utilizarlos, consultar a un profesional.
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