Quién no ha escuchado la existencia de este “síndrome”. Muchos los han oído pero pocos conocen cuánta verdad hay detrás de él.
La Astenia primaveral, tal y como comúnmente se la conoce, presenta diversos síntomas como el cansancio, somnolencia diurna, apatía o pérdida de la motivación, falta de concentración, pérdida de apetito, irritabilidad ¿está comprobada su existencia o se trata de un mito?
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Los especialistas confirman que no existe ninguna evidencia científica de su existencia como síndrome, sin embargo no niegan que al comienzo de la primavera se producen más consultas por estos síntomas que en otras épocas del año. ¿Entonces, qué provoca los síntomas? La responsable es la primavera, sí; pero no como tal, sino por los cambios que se producen en esta época.
En primer lugar, el cambio de hora hace que madruguemos una hora más, y que por tanto, adelantemos todas nuestros horarios, obligaciones, quehaceres, etc; y sin embargo seguimos acostándonos a la misma hora, ya que anochece más tarde y nos apetece aprovechar el día. Para algunas personas, la llegada de la primavera es un motivo de alegría pues consiguen llegar a casa cuando todavía es de día, ¡qué de planes se pueden hacer…! Y sin embargo, nos quedamos postrados en el sofá viendo la tele lamentándonos por la dichosa primavera ¿apatía? ¿por qué a algunas personas les pasa esto? Tiene una fácil explicación, llegamos a casa una hora antes sí, pero el tiempo de trabajo y el cansancio diario derivado no ha disminuido, y para colmo, hemos madrugado una hora más de lo habitual. Sinceramente ¿quién puede tener fuerzas de seguir ese nuevo ritmo?. No hay que olvidar el problema de las alergias, cada vez existe un mayor porcentaje de población con este problema, que coincide con el inicio de la primavera y que tiene unos síntomas muy parecidos.
En el caso de la irritabilidad, quizás se deba al aumento de la temperatura ambiente. Es conocido el efecto que tiene el calor sobre el umbral de frustración, es decir, parece que estamos a punto de explotar en cualquier momento.
Psicólogos en Málaga indican que la mayoría de estos síntomas disminuyen o desaparecen al cabo de unas semanas o en cuanto la primavera se asienta y nuestro cuerpo se acostumbra a tantos cambios de horarios, temperatura y luz.