Afrontar los cambios: soltar para crecer

Es un miedo muy común sentirte algo perdida en la vida cuando reconoces que no estás dónde te gustaría estar y que debes cambiar y soltar algunas cosas para redirigirla donde quieres. Lo cierto es que cuando aceptas que lo que te satisfacía hasta ese momento, ha dejado de hacerlo, y detectas que debes pasar a otra etapa de tu vida, ya no estás tan desorientada.

Nada es estático, nada permanece, todo es cambio. Te has dado cuenta que la vida es evolución, y que, al igual que sucede en la naturaleza, hay que dejar que las hojas caigan para que rebroten las nuevas. A nosotras, nos sucede lo mismo. En cada etapa de nuestra vida puede que nos satisfagan ciertas cosas, que conforme va avanzando el tiempo, ya no nos sirven. Por eso es importante, detectar esos cambios en nosotras, afrontarlos y aprender a soltar.

Puede ocurrir que conforme maduras, el ideal de vida que te habías imaginado siendo más joven, no se ajuste a lo que de verdad te hace feliz. Así que, es un buen ejercicio, a medida que cumples años, revisar tu historia y vigilar si tus pasos van en dirección a tu verdadera felicidad, o si es la inercia la que ha tomado los mandos de la nave.

En estas revisiones, puede ocurrir que descubras que aunque hayas alcanzado un trabajo que te permite mantenerte y salir adelante, no te sientes en absoluto realizada, o que la persona con la que llevas años compartiendo la vida no sea ya la indicada en tu camino de vida. En definitiva, que puede que llegues a la conclusión de que es hora de soltar

Esto siempre ocurre cuando nos ponemos a revisar, no sé a ti, pero yo en el momento que me pongo a organizar detenidamente el armario, descubro que he acumulado cosas que ya no utilizo y que tengo otras tantas que ni siquiera me he puesto una sola vez. Entonces, me toca hacer una buena criba y decidir bien las prendas que tiene sentido que me quede de las que no. Ciertamente, hacer este ejercicio con la ropa es mucho más sencillo que hacerlo con personas o con un puesto de trabajo, pero es un buen entrenamiento para ir desapegándote de lo que ya no necesitas. 

Lo que te quiero trasmitir es que, al igual que tiras un par de zapatillas rotas para que quepan esas que te vas a comprar, en la vida, se trata de hacer lo mismo. Lo que te servía con veinte, puede que a los treinta ya no tenga ningún sentido que lo mantengas. Es bueno aprender a detectar cuando algo ha llegado a su fin, soltarlo y crecer.

Puede que en el momento en que sabes que algo tienes que cambiar te asalten todas las dudas, y lleguen todos los miedos también. Puede ser que sepas lo que no quieres, pero no tengas ni idea de lo que quieres: ¿Qué hacer entonces? Es el momento de iniciar tu camino hacia dentro, y lo he querido simplificar en estos 5 pasos:

1. La batalla mente-corazón: En la primera fase de este camino, suele ocurrir que tu corazón sabe que debes cambiar ciertas cosas, tu mente escucha a tu corazón, pero le da mucho miedo. Empieza la batalla contra ti misma. Tu mente prefiere que te quedes como estás, tranquilita en tu sofá, sin sustos. Mientras, tu corazón, siente lo que es mejor para ti, aunque el cambio venga llenito de curvas. Te toca decidir a quién vas a escuchar.

2. Soltar: En este periodo tomas acción y decides desvincularte de aquello que ya no te sirve en la vida. Has pasado la primera batalla, te has armado de valor y has decidido dar un giro a tu vida. A este punto no llega tanta gente, ya sabes lo que el refrán de “más vale malo conocido” (no tiene ningún sentido, ¿no te parece?).

3. Euforia: Sabrás que has tomado el camino correcto cuando la alegría te inunde. Ahora te has quitado peso. Te sientes más ligera, por fin has tomado las decisiones que sabías que hacía tiempo querías tomar.

4.Desorientación: Muy bien, ya has dado los pasos más difíciles. Has detectado lo que no quieres, te has desprendido de ello, lo has celebrado, pero.no tienes muy claro qué es lo que de verdad quieres en tu vida. Tienes un lienzo por colorear pero te has dado cuenta que no sabes nada de pintura, o básicamente, que no te conoces lo suficiente para saber por dónde continuar. Inicia oficialmente tu crisis (de los treinta, de los cuarenta, existencial…puedes ponerle la coletilla que quieras).

5. Aceptación: Aceptas que tomes el camino que tomes, no existe nada correcto o incorrecto. En todo caso, sabrás que vas a probar. Es normal que no sepas al cien por cien lo que quieres, ¿acaso alguien lo sabe? Es momento de que aprendas a usar tu brújula interna.

Buscar el mejor camino para tu vida no es un trabajo fácil. Decidir y conocer el camino a la felicidad tampoco. Lo bueno, es que de todo se aprende, y supongo que la vida eso, recorrer atajos, curvas, seguir señales y dar más de una vuelta sin sentido. En todo caso, lo bonito de esto es que el viaje es sólo tuyo y nunca habrá dos caminos iguales. En todo caso, lo que sí es necesario, es soltar, para caminar más ligera.

Un abrazo,

Fuente: este post proviene de El camino es hacia dentro, donde puedes consultar el contenido original.
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