3 Tipos de reacciones ante el miedo

De forma consciente o inconsciente, el miedo que sentimos puede llegar a condicionarnos hasta extremos insospechados si dejamos que nos influya a cada ocasión en la que nos encontramos en una situación comprometida por algún motivo. Y es que cuando estamos expuestos múltiples veces a cualquier tipo de estímulo éste acabará por influir en nuestra conducta.

Más todavía cuando se trata de algo tan emocionalmente intenso como lo es la sensación de miedo y las reacciones físicas que le suelen acompañar como un aumento en la tensión muscular que prepara el cuerpo para luchar/huir o el incremento del ritmo cardíaco que se sufre en esas situaciones.

Puesto que no son sensaciones agradables, nuestro primer instinto al respecto es evitar aquello que nos cause miedo o sensaciones que provoquen ansiedad. Querer evitar el miedo es lo que hace que paulatinamente se creen cambios prolongados en nuestra conducta. No permanentes, pero sí difíciles de corregir de entrada por la intensidad emocional que generan. Aunque difíciles de inicio, pueden eliminarse las conductas indeseadas en la gran mayoría de casos.

Tipos de reacciones ante el miedo

Cuando nos enfrentamos al miedo, nos encontramos con tres reacciones diferentes a las que podemos recurrir. Es posible que dos de esas opciones ya las conozcas porque son bastante comunes y no resulta extraño que en algún momento escuchases hablar de ellas.

Normalmente se suele escuchar que ante una situación de peligro y por lo tanto, que nos llegue a generar miedo probablemente, existen dos tipos de reacciones. Una reacción de huida buscando ponernos a salvo del peligro lo más rápido posible y otra reacción de ataque o lucha que busque disuadir al contrario atacándole y con un comportamiento agresivo. Este último caso tiende a darse cuando el individuo se siente capacitado para poder defenderse a sí mismo con éxito, en caso de no tener la situación a su favor lo más lógico y seguro es el comportamiento de huida.

Pero además hay una tercera opción en lo que respecta al miedo y es la posibilidad de mostrar una actitud sumisa o intentar pasar desapercibido para el otro. Además de en las personas, este tipo de comportamiento también se da en los animales. El comportamiento de la parálisis ante el miedo se da por ejemplo en un tipo de cabra que ante situaciones de peligro se “congelan” y caen al suelo como bloques sólidos con el objetivo de que el depredador las ignore. Obviamente, esto no suele pasar. Este tipo de cabras están presentes en los rebaños precisamente por esta característica genética a quedarse paralizadas para que el resto del rebaño escape. No es bonito, pero la naturaleza no siempre es amable.

La reacción de mantener un comportamiento sumiso ante una amenaza puede verse en los perros. Estos se quedan boca arriba dócilmente ante el líder de la manada en señal de sumisión dejándole ver que no es una amenaza para él.

Aunque estoy dando ejemplos con animales, este tipo de comportamientos también están presentes en las personas, quizá no una parálisis física, pero sí emocional haciendo que se quede la mente en blanco o hablar de manera débil, entrecortada o evitando el contacto físico o visual. Creo que los ejemplos con animales ayudan a dar a entender que es un comportamiento perfectamente normal ante situaciones que consideremos peligrosas y se dan en todo el reino animal y no hay porqué avergonzarse de ellas.

2 consideraciones sobre el miedo

Es probable que estas emociones generadas por el miedo produzcan un comportamiento que nos haga sentir incómodos y queramos eliminar en la medida de lo posible su efecto sobre nosotros. Dependiendo del caso, es posible reducir la intensidad en la que el miedo nos afecta hasta un nivel aceptable siempre que no sea un caso muy intenso que necesite un tratamiento más personalizado. Existen trucos para ir eliminando el miedo, uno muy básico es la exposición directa al mismo de manera controlada de manera que aumentando lentamente la exposición al miedo seamos más capaces de enfrentarnos al mismo con éxito y reducir sus efectos. Por supuesto, depende del tipo de miedo que sea y de que pueda “provocarse” cuando queramos.

Pero cuando hablamos de miedo no podemos olvidarnos que cuando aparece una emoción intensa de miedo o de terror lo hace acompañada de una serie de cambios fisiológicos y emocionales. Entre los acompañantes de esa sensación, está la ansiedad. Sensación que no hay que confundir con miedo en sí mismo puesto que la ansiedad puede ser resultado de experimentar una emoción negativa intensa o generadora de estrés pero no necesariamente tiene porqué nacer a causa de sentir miedo. Existen más emociones y situaciones en las que la ansiedad puede presentarse. Si queréis saber algo más en lo que respecta a la ansiedad podéis hacerlo desde ¿Sabes qué es la ansiedad? Diferencias entre ansiedad normal y patológica.

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