La cadena televisiva británica BBC realizó un documental en el que recopiló relatos de personas afectadas por el trastorno obsesivo-compulsivo y cómo afecta a sus vidas generándoles episodios de gran estrés y ansiedad frente a objetos en los que, el resto de la gente ni siquiera repara. Historias que ilustran lo que representa vivir con fobias y cómo es necesaria la ayuda y comprensión de todos para salir adelante.
1. El temor a los diarios
Eve relata que desde muy joven tenía una baja autoestima. Se sentía una persona incapaz de ser querida y estimada por el resto. Sin embargo, a los 22 años la baja autoestima se convirtió en algo aún peor. Comenzó a temer como real, la posibilidad de convertirse en una persona peligrosa, como aquellas de los diarios en los que veía criminales cometiendo toda clase de atrocidades.Desde ese momento, Eve empezó a evitar ver los diarios. Temía que las noticias de los periódicos contaminarán su mente y la llevarán a volverse una amenaza para el resto de las personas. Afortunadamente, gracias a la terapia cognitivo-conductual y a la psicoterapia logró controlar ese temor. Aún lucha contra él, pero está más preparada.
¿Alguien que no padece de trastorno obsesivo-compulsivo puede entender lo que significa buscar evitar las tiendas de periódicos o no mirar en el tren a quienes leen por temor a que los pensamientos se vuelvan violentos y negativos?
2. Grace y el temor a las toallas
El trastorno obsesivo-compulsivo funciona generando en las personas la idea de que aquella idea negativa que tanto temen, se hará realidad. Esto genera estrés y ansiedad, y en el caso de Grace uno de los temores más extraños, pero no por eso menos reales.
En el documental, ella cuenta que estudió psicología y en sus épocas de universidad le diagnosticaron trastorno obsesivo compulsivo. Al aprender sobre la teoría evolutiva dejó de creer en la religión y comenzó una etapa de desprotección ante la idea de la muerte. Esa abrumadora e inevitable realidad la llevó a desarrollar un temor irrefrenable con las toallas.
“Cada vez que me quito la toalla me viene a la cabeza la imagen de mi cadáver siendo trasladado en una camilla” dice en el relato. La solución que encontró en aquella época, pedir ayuda a alguien que quitará la toalla de su vista. Superar esa etapa no fue sencillo, pero lo consiguió trabajando fuertemente desde lo intelectual para sentirse más protegida ante la inevitabilidad de la muerte.
Estos son apenas dos relatos que marcan fuertemente como los trastornos obsesivo-compulsivos pueden determinar la personalidad, los miedos, las fobias y las formas en las que las personas se mueven en la sociedad. Para hacer del mundo un lugar mejor, prestar el oído y ayudar en lo que sea posible, sin juzgar, es la clave.
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