A continuación os apuntamos 10 consejos básicos sobre el autocuidado de las lesiones. Tomad nota:
- Prevenir antes que curar: es importante poner en marcha las medidas de autocuidado de las lesiones lo más temprano posible, y en algunos casos antes incluso de que se produzca la propia cicatriz, como puede ser el caso de las operaciones quirúrgicas programadas con antelación. Además, siempre se debe acudir a un profesional sanitario que controle y supervise todo el tratamiento.
- Cuidado con el sol: evitar la exposición al sol como parte del cuidado habitual, ya que su radiación puede agravar el estado de las cicatrices. Para ello se deben aplicar pantallas solares con un factor de protección 50 entre quince y treinta minutos antes de ponerse al sol, seguida de una nueva aplicación después de haber comenzado la exposición.
- Hidratación: mantener la zona hidratada mediante cremas y vendajes que retengan la humedad, ya que en las cicatrices de cierta gravedad el agua se evapora con mucha mayor rapidez. Son muchos los productos que pueden ayudar a reestablecer esta 'barrera hídrica', desde aceites minerales y vaselinas hasta cera de abejas o aceites de plantas.
- Precaución con los masajes: los masajes adaptados al estado de inflamación de la cicatriz son otro de los tratamientos habituales, especialmente en caso de quemaduras. No obstante, debe ser aplicado con cuidado, ya que puede tener algún que otro efecto secundario; de hecho, está contraindicado si existe infección y en ningún caso debería resultar doloroso.
- Vendajes: las heridas en proceso de cicatrización se ven sometidas a tirones y presión debido al movimiento de la piel y los músculos. Para evitarlo, una técnica común es la de aplicar vendajes como las suturas adhesivas estériles o 'steristrips', que además permiten que el vapor de agua transpire, acortando así el periodo de maduración de la cicatriz.
- Gel para evitar rojeces: el gel fluido de silicona es otra buena alternativa para las zonas más expuestas del cuerpo y para aquellas personas que busquen protección total, pues favorece el reblandecimiento de las cicatrices y reduce el enrojecimiento.
- Medidas extraordinarias: tras la aplicación de estas pautas es siempre recomendable que el médico compruebe la evolución de la cicatriz pasadas de cuatro a seis semanas. Será él quien deba la valorar conveniencia de poner en marcha otros tratamientos adicionales como el uso de ungüentos y cremas medicinales, terapias físicas, prendas de presión, aplicación de silicona, inyectables o incluso el láser.
- Quirófano: en determinados casos la cirugía puede ser un método de corrección estética, aunque por lo general debe recurrirse a ella sólo cuando la cicatriz haya madurado completamente.
- Cuestión estética: existen técnicas sencillas de camuflaje que pueden adaptarse al día a día de la persona para disimular su apariencia, e incluso en algunos casos puede ser beneficioso el uso de tatuajes, como por ejemplo en la desaparición de cejas y pestañas o las cicatrices postoperatorias.
- Psicoterapia: en determinados casos las cicatrices pueden llegar a interferir en la vida diaria del paciente, sus relaciones sociales o incluso su trabajo. Ello puede causar trastornos psicológicos que pueden ser tratados a través de psicoterapia, siempre teniendo en cuenta que esta opción es perfectamente compatible con otros tratamientos, como es el caso de las intervenciones quirúrgicas.
¿Qué consejos puedes aportar tú?