Cuando comenzamos una relación de pareja, al principio todo es bonito, nos estamos descubriendo mutuamente y todo nos parece genial, a nuestra pareja le gusta todo de nosotr@s y es un sentimiento reciproco, solo nos importa pasar tiempo con la persona elegida.
Pero pasado el tiempo, empieza la convivencia, el conocimiento mutuo…Y es aquí cuando llega la rutina y la realidad. Puede ser que la persona elegida no sea tan perfecta como creímos en un principio, por otra parte no podemos vivir eternamente con la idealización de los primeros días.
Ha llegado el momento de hacer un reajuste que sea real para sentar las bases de nuestra convivencia, y que esta sea lo más equitativa posible para las dos partes de la pareja.
Pues bien, llegados a este punto es hora de empezar a ceder, es normal ceder en algunas cosas, pero ambas partes deben ceder por igual, no es lógico ni normal que solo una parte ceda, pues entonces estaríamos creando una en una relación de dependencia, uno de los miembros de la pareja dependería siempre de las decisiones del otro.
Entramos entonces en una fase en la que deberemos afianzar nuestra posición, y tomar confianza con nuestra pareja. Es casi normal que en esta etapa de la relación, se produzcan fricciones. No olvidemos que estamos defendiendo nuestro territorio futuro y es muy fácil caer en las críticas hacia nuestra pareja.
Empezamos a cuestionarnos casi todas las cosas. Aquello que antes nos gustaba, ahora parece que no tanto y empezamos con las críticas. Que si no me gusta como vistes, que si el peinado no te sienta bien, que si estas gord@,…¡En fin! Esas pequeñas cosas, pero que sin embargo son las cosas que hacemos cada día y nos duele que nos critiquen.
Cometer errores no es un problema, el problema es cuando se hace una crítica destructiva de esos errores. Cuando recurrimos a este tipo de crítica, debemos de tener muchísimo cuidado, pues lo más seguro es que sin darnos cuenta estemos hiriendo a la persona que en teoría más amamos.
Llegados a esta situación ¿Qué podemos hacer?
Dialogar con mucho tacto, explícale aquellas cosas que no te gustan, aprovechar la ocasión para deciros mutuamente que es lo que no os gusta el uno del otro, con respeto, sin caer en los insultos, siendo comprensivos ambos, pues todos tenemos defectos, y aspectos que nuestra pareja desconocía.
Dile las cosas que si te gustan, haz hincapié en las cosas que te enamoraron consiguiendo que tu pareja no se ponga a la defensiva, de esta forma no caeréis en reproches mutuos y orgullo herido.
De esta forma reforzáis vuestros lazos afectivos, al tiempo que estaréis construyendo una relación basada en el cariño, la comprensión y el respeto mutuo, de este modo vuestra relación será duradera en el tiempo.
Colaborar comentando.
Un saludo
Mari Carmen
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