La rutina
Con el paso de los años las relaciones cambian y con ello la forma en que se manifiesta el cariño. No son necesarias grandes demostraciones, a menudo son suficientes pequeños detalles para mantener viva la llama del amor como, por ejemplo, una llamada, una sonrisa, una mirada cómplice o un abrazo inesperado.Por otra parte, no solo se trata de pequeños detalles, conocer los gustos de la persona con la que se comparte la vida es muy importante, sobre todo en la cama, pero lo que a priori podría ser algo beneficioso para la relación puede acabar por traducirse en monotonía. Para evitarlo no hay que dudar en improvisar de vez en cuando, ¡en la variedad está el gusto!
Otro de los grandes ‘problemas’ a los que se enfrenta una relación de pareja son los hijos. Siempre llenan la casa de felicidad y alegría pero cambian la vida en muchos aspectos, requieren mucho tiempo y la pareja puede resentirse. Lo ideal sería planear una cita todos los meses donde ésta saliese sola como antes, despertando una vez más el deseo por el otro.
Los celos
Todas las personas sienten en cierta medida como los celos les invaden alguna vez, sobre todo aquellas que son más inseguras y tienen una baja autoestima. El problema es cuando esos sentimientos negativos se convierten en una obsesión pudiendo llegar a provocar la ruptura de la pareja. Pero, ¿cómo controlarlos?Hay que ser objetivo analizando las situaciones y evitar los pensamientos destructivos.
Si surgen dudas, hay que hacérselas saber a la otra mitad de la pareja, seguro que todo es un mal entendido. No hay que olvidar que la confianza es la base de toda relación.
Dejar espacio a la pareja y nunca amenazarla ni prohibirla hacer ese tipo de cosas que causan inseguridad. En su lugar, hay que fomentar la propia vida personal. Si ambos miembros salen con sus respectivos amigos y realizan actividades en solitario, comprenderán que el otro pueda ser feliz haciendo lo mismo.
La convivencia
Decidir vivir juntos bajo el mismo techo es una decisión muy importante que se debe meditar mucho, no en vano, la convivencia a veces deteriora la pareja. Sin embargo, también puede ser una de las experiencias más bonitas y gratificantes de la vida si se sabe cómo actuar ante esa nueva situación:Hay que adaptarse al cambio y saber que algunas rutinas se van a ver afectadas. Es necesario que ambos cedan un poco.
Es aconsejable repartir las tareas del hogar en función del tiempo libre de cada uno y sus preferencias.
Hay que aceptar los defectos y las manías del otro. Cada uno tenemos las nuestras.
Cuando surja algún motivo de discusión, se tratará el tema siempre con respeto y tranquilidad si no llegará un momento en que la relación sea insostenible.
Las relaciones absorbentes
Muchas personas creen que una relación de pareja significa pasar todo el tiempo con la otra persona y no tiene por qué ser así. La vida social y personal de cada miembro por separado es totalmente compatible con la vida juntos, es más la enriquece. Por ello:Cuando un miembro de la pareja es excesivamente absorbente, hay que hacerle ver el malestar que genera e intentar cambiar las cosas poco a poco, los cambios bruscos sólo generarían dolor en ambos y un sinfín de conflictos.
Es posible que el miembro posesivo tenga problemas para relacionarse o encontrar una actividad que hacer en solitario y necesite ayuda. No hay que dudar en ofrecérsela.