Tiroiditis

INTRODUCCIÓN

El término tiroiditis agrupa distintos procesos tiroideos de etiología, presentación (bocio, nódulo, disfunciones tiroideas a veces clínicamente sintomáticas, en otras ocasiones asintomáticas y observadas por casualidad en una analítica de rutina o en el estudio de un síndrome infeccioso, control de ciertos tratamientos, etc.), y de curso clínico muy variado. Su diagnóstico etiológico se justifica por la necesidad de realizar un tratamiento apropiado a cada caso. En la tabla 1 se resumen las principales característica de las tiroiditis mas comunes.

Tabla 1.- Principales características de las tiroiditis.

TIROIDITIS AGUDA INFECCIOSA

La tiroiditis aguda infecciosa es un proceso casi siempre de origen bacteriano, siendo mucho más infrecuente de origen vírico, por hongos o parásitos. Es una afección rara, que afecta al niño y al adulto joven y que generalmente puede estar favorecida por un estado de inmunosupresión (SIDA, hemopatías malignas, tratamiento con quimioterapia, inmunosupresores, corticoides, etc.) o por una causa local (cáncer otorrinolaringológico, malformación congénita como por ejemplo fístula entre la glándula tiroidea y el seno piriforme, etc.).

El inicio es brusco, con fiebre, dolor en cara anterior de cuello, signos inflamatorios locales, una masa tiroidea dolorosa, por lo general unilateral, a veces fluctuante. Con frecuencia se acompaña de síntomas compresivos.

La ecografía muestra una lesión heterogénea, hipoecogénica, quística, más característica en la fase de formación del absceso.

La PAAF permite establecer el diagnóstico, la detección del germen y la prescripción del antibiótico adecuado. En el estadio de absceso, el drenaje quirúrgico es a veces necesario.
 

TIROIDITIS SUBAGUDA DE QUERVAIN

Es un proceso inflamatorio del tiroides secundario a una infección vírica. Generalmente se presenta, 2-6 semanas después de un episodio infeccioso rinofaríngeo, con dolor en cara anterior del cuello que se irradia hacia las mandíbulas, los oídos y los músculos cervicales, y que se acompañan con frecuencia de disfagia. Estos síntomas se acompañan de fiebre, astenia y a veces signos clínicos moderados de tirotoxicosis. El tiroides presenta hipertrofia difusa, a veces un poco asimétrica, y a la palpación está duro y doloroso.

En la fase inicial se observa un síndrome inflamatorio de laboratorio intenso con leucocitosis, aumento de la VS y PCR y un hipertiroidismo moderado con aumento de la tiroglobulina. No suelen detectarse anticuerpos antitiroideos.

La ecografía muestra una glándula hipertrófica, hipoecogénica, y la gammagrafía tiroidea muestra ausencia de captación.

La tirotoxicosis inicial suele seguirse de un período de hipotiroidismo más o menos intenso y prolongado que retorna después a un eutiroidismo. Se han observado algunos casos de hipotiroidismo persistente, pudiendo llegar a ser definitivo. Las recidivas son excepcionales.

En la fase inicial, el tratamiento pretende limitar los fenómenos inflamatorios y el dolor, siendo de primera elección los antiinflamatorios no esteroideos en las formas de intensidad moderada, y los corticoides orales en las formas graves. Los betabloqueantes son útiles si la tirotoxicosis se tolera mal. Durante la fase de hipotiroidismo puede ser necesario el tratamiento transitorio con hormona tiroidea sustitutiva.
 

TIROIDITIS LINFOCÍTICAS AUTOINMUNES

Las tiroiditis linfocíticas autoinmunes abarcan distintas entidades:

- Tiroiditis de Hashimoto.

- Tiroiditis linfocítica crónica del adolescente.

- Tiroiditis atrófica.

- Tiroiditis silente o indolora.

- Tiroiditis autoinmune asintomática.

Todas estas tiroiditis tienen en común un contexto familiar, una predisposición genética, factores favorecedores medioambientales, posibilidad de asociaciones con otras enfermedades autoinmunes (incluyendo anemia perniciosa, insuficiencia suprarrenal, enfermedad celiaca y diabetes mellitus tipo 1), y se caracterizan por la presencia de anticuerpos circulantes dirigidos contra los antígenos tiroideos y en particular de anticuerpos antiperoxidasa tiroidea.

1. Tiroiditis de Hashimoto

La tiroiditis de Hashimoto aparece casi siempre en la mujer (proporción por sexos: 6/1) de 30-60 años.

El bocio es característico de la enfermedad: normalmente es de tamaño medio, homogéneo o moderadamente abollonado, indoloro, duro, no vascularizado. En el estadio inicial, la función tiroidea suele estar preservada. En el 15% de los casos se observa un hipotiroidismo moderado. Todavía más raramente, se puede observar en un 5% de los pacientes una fase tirotóxica transitoria, que experimenta una rápida regresión o evoluciona hacia el hipotiroidismo.

La presencia de títulos considerablemente aumentados de anticuerpos antimicrosomales (antiperoxidasa tiroidea, anti TPO)) es característico de la enfermedad.

La ecografía muestra una glándula tiroidea hipertrófica en su conjunto, heterogénea con zonas hipoecogénicas más o menos delimitadas. La punción suele mostrar un infiltrado linfocítico abundante.

Con el paso de los años, la evolución es hacia un hipotiroidismo patente y una atrofia progresiva de la glándula. Sin embargo, la coincidencia con un cáncer papilar de tiroides o la aparición de un linfoma tiroideo (1% de los casos) es rara pero posible, lo que justifica una vigilancia morfológica mientras persista la hipertrofia tiroidea.

El tratamiento se basa en la administración de hormona tiroidea en dosis sustitutiva; el inicio del tratamiento en el estadio de hipotiroidismo subclínico contribuye a la regresión del tamaño del bocio. En la mujer joven no hay que olvidar el aumento de los requerimientos de hormonas tiroideas durante el embarazo y la necesidad de aumentar la dosis del tratamiento desde que se confirme el diagnóstico de embarazo.

2. Tiroiditis linfocítica crónica del adolescente

La tiroiditis linfocítica crónica del niño y del adolescente constituye una variante de la tiroiditis de Hashimoto. Se manifiesta entre los 10-15 años, con un bocio difuso y duro y la presencia de anticuerpos antiperoxidasa tiroidea. El eutiroidismo normalmente es la regla y el hipotiroidismo inicial es infrecuente. El tratamiento con hormonas tiroideas puede permitir la reducción del tamaño del bocio y atenuar los estigmas de autoinmunidad si la tirotropina (TSH) aumenta.

3. Tiroiditis atrófica

La tiroiditis atrófica es la primera causa de hipotiroidismo adquirido en el adulto. Se desencadena en la mujer tras la menopausia o después de los partos, pero afecta también al varón y al niño. Puede constituir la evolución final de una tiroiditis de Hashimoto desapercibida al principio. El hipotiroidismo puede ser de grado variable, aunque se detectan constantemente anticuerpos antiperoxidasa tiroidea. La hormonoterapia tiroidea sustitutiva es de por vida.

4. Tiroiditis silente o indolora

La tiroiditis silente o indolora aparece con preferencia en la mujer durante el posparto. Se caracteriza por la aparición, algunas semanas tras el parto, de una tirotoxicosis moderada y fugaz, seguida de un retorno al eutiroidismo y a continuación de una fase de hipotiroidismo más o menos sintomática y prolongada. En general se observa un pequeño bocio homogéneo y duro. La presencia de anticuerpos antiperoxidasa tiroidea permite el diagnóstico. En la fase de tirotoxicosis, la gammagrafía es blanca (lisis de los tirocitos) y la glándula tiroidea es hipoecogénico. La evolución suele ser hacia el retorno al eutiroidismo o la persistencia de un hipotiroidismo definitivo. Es posible la recidiva después de cada embarazo.

5. Tiroiditis autoinmunitaria asintomática

La tiroiditis autoinmune asintomática se caracteriza por la presencia de anticuerpos antitiroideos y por un aspecto hipoecogénico y heterogéneo del parénquima tiroideo en la ecografía. Predomina en la mujer. Es posible que evolucione hacia un hipotiroidismo, lo que justifica un control anual de la TSH. Los pacientes afectados por la tiroiditis autoinmune asintomática están especialmente expuestos al riesgo de aparición de una tiroiditis silente del posparto o de un hipotiroidismo iatrogénico, sobre todo inducido por yodo.
 

TIROIDITIS DE RIEDEL

La tiroiditis crónica de Riedel (tiroiditis esclerosante o tiroiditis fibrosa invasiva) es excepcional. Su etiología es desconocida. Se asocia frecuentemente a otras manifestaciones fibrosas: fibrosis mediastínica o retroperitoneal, fibrosis de las glándulas salivales o lagrimales, colangitis esclerosante, seudotumor de la órbita.

El motivo de consulta suele ser generalmente un bocio de tamaño variable, pero sobre todo endurecido, «pétreo», «leñoso», fijo, que puede hacerse compresivo. El diagnóstico diferencial se establece con el carcinoma anaplásico. Por lo general el eutiroidismo está preservado, pero puede observarse un hipotiroidismo en caso de proceso muy extendido y destrucción masiva de las vesículas tiroideas. Puede observarse un síndrome inflamatorio biológico moderado. No suelen detectarse anticuerpos antitiroideos. La cirugía, a menudo difícil y pocas veces curativa, permite aliviar los fenómenos compresivos. Se disponen de pocas evidencias de la eficacia del tratamiento con corticoides y antiestrógenos.
 

TIROIDITIS IATROGÉNICAS

Ciertas enfermedades tiroideas iatrogénicas parecen tener un mecanismo patogénico común a las tiroiditis.

Enfermedades tiroideas relacionadas con la amiodarona

Los hipotiroidismos relacionados con la amiodarona pueden tener dos mecanismos:

- Alteración funcional, por trastorno de la organificación, ligada al acúmulo intratiroideo del yodo. En este caso, el hipotiroidismo es lentamente reversible tras la suspensión de la amiodarona.

- Más raramente, se trata de una alteración relacionada con la reducción de la masa parenquimatosa funcional tiroidea, posiblemente favorecida por un mecanismo de tiroiditis autoinmunitaria previa o exacerbada por el yodo. En este caso, el hipotiroidismo es definitivo y requiere tratamiento hormonal sustitutivo.

También se distinguen dos tipos de hipertiroidismos ligados a la amiodarona:

- Los hipertiroidismos que muestran una hiperfunción tiroidea y que aparecen normalmente sobre una glándula tiroidea previamente distrófica. Pueden mejorar con un tratamiento con antitiroideos en dosis elevadas.

- Los hipertiroidismos que muestran un mecanismo de tiroiditis yodada y que aparecen sobre una glándula tiroidea previamente sana. La evolución es análoga a la de las tiroiditis subagudas reactivas a las infecciones víricas. La fase tirotóxica es más o menos intensa y puede durar desde algunas semanas hasta varios meses; después, da lugar a un hipotiroidismo que por regla general es transitorio. En la fase tirotóxica, la captación del yodo en la gammagrafía es nula, la tiroglobulina está elevada y no se detectan anticuerpos antitiroideos. La glándula tiroidea es hipoecogénica e hipervascular en la ecografía. La intensidad de la tirotoxicosis puede justificar un tratamiento con glucocorticoides.

En paralelo a estas dos variedades esquemáticas, existen formas intermedias cuyo mecanismo y tratamiento son complejos.

Tiroiditis relacionadas con las citocinas (interferón alfa, interleucina 2, interferón beta).

Se observan disfunciones tiroideas en alrededor de un 9% de los pacientes que siguen un tratamiento con interferón alfa. También se han descrito disfunciones tiroideas durante tratamientos con interleucina 2 o interferón beta.

Estas disfunciones pueden aparecer durante el tratamiento con interferón o tras el cese del mismo. Suelen ser secundarias a mecanismos autoinmunitarios, más raramente a toxicidad directa de la molécula de interferón sobre la glándula tiroidea.

Se han descrito diferentes presentaciones clínicas:

- Hipotiroidismo, por un mecanismo de tiroiditis linfocítica autoinmunitaria, por anticuerpos antitiroperoxidasa o más raramente anticuerpos bloqueantes dirigidos contra el receptor de la TSH. El hipotiroidismo es casi siempre regresivo tras el cese del tratamiento o, con menos frecuencia, definitivo.

- Hipertiroidismo, por dos mecanismos diferentes: enfermedad de Basedow (presencia de anticuerpos estimulantes antirreceptores de la TSH, captación intensa en la gammagrafía) o más a menudo tiroiditis destructora, caracterizada por una tirotoxicosis transitoria seguida de un hipotiroidismo secundario (presencia de anticuerpos antitiroperoxidasa, gammagrafía blanca).

Enfermedades tiroideas ligadas al litio

Los tratamientos prolongados con litio pueden ser responsables de hipotiroidismos, hipertiroidismos y, con más frecuencia, de tiroiditis silentes.

Tiroiditis por irradiación

Poco después del cese del tratamiento con I131 por hipertiroidismo, se puede observar una tiroiditis caracterizada por dolores en cara anterior de cuello, signos inflamatorios locales, en ocasiones con signos compresivos, que cursa con un agravamiento de la tirotoxicosis y un aumento transitorio de los anticuerpos antitiroideos. Puede también observarse un hipotiroidismo precoz transitorio, ligado a la presencia de anticuerpos bloqueantes.

La irradiación del cuello, como se observa durante el tratamiento de la enfermedad de Hodgkin, por ejemplo, puede ocasionar a menudo una tiroiditis silente.
 

A TENER EN CUENTA:

- La tiroiditis aguda infecciosa es un trastorno muy infrecuente, casi siempre de origen bacteriano. Se ve favorecida en personas inmunodeprimidas, existencia de una malformación local o una neoplasia.

- La sintomatología de la tiroiditis subaguda de Quervain está dominada por el dolor en cara anterior de cuello y el síndrome inflamatorio.

- Existen varias formas de tiroiditis autoinmunes que se diferencian por su clínica y su evolución: Tiroiditis de Hashimoto; Tiroiditis linfocítica crónica del adolescente; Tiroiditis atrófica; Tiroiditis silente o indolora; Tiroiditis autoinmunitaria asintomática

- La tiroiditis de Riedel es muy infrecuente y se caracteriza por un bocio de consistencia extremadamente dura que puede parecerse a un carcinoma anaplásico de la glándula tiroidea.

- Los tratamientos con amiodarona, litio o interferón pueden complicarse con afecciones tiroideas, algunas de las cuales presentan un mecanismo patogénico similar al de las de tiroiditis.


BIBLIOGRAFÍA


Agate L, Mariotti S, Elisei R, et al. Thyroid autoantibodies and thyroid function in subjects exposed to Chernobyl fallout during childhood: evidence for a transient radiation-induced elevation of serum thyroid antibodies without an increase in thyroid autoimmune disease. J Clin Endocrinol Metab 2008; 93:2729.

Ando T, Davies TF. Clinical Review 160: Postpartum autoimmune thyroid disease: the potential role of fetal microchimerism. J Clin Endocrinol Metab 2003; 88:2965.

Arata N, Ando T, Unger P, Davies TF. By-stander activation in autoimmune thyroiditis: studies on experimental autoimmune thyroiditis in the GFP+ fluorescent mouse. Clin Immunol 2006; 121:108.

Ban Y, Greenberg DA, Concepcion E, et al. Amino acid substitutions in the thyroglobulin gene are associated with susceptibility to human and murine autoimmune thyroid disease. Proc Natl Acad Sci U S A 2003; 100:15119.

Ban Y, Tozaki T, Tobe T, et al. The regulatory T cell gene FOXP3 and genetic susceptibility to thyroid autoimmunity: an association analysis in Caucasian and Japanese cohorts. J Autoimmun 2007; 28:201.

Barin JG, Afanasyeva M, Talor MV, et al. Thyroid-specific expression of IFN-gamma limits experimental autoimmune thyroiditis by suppressing lymphocyte activation in cervical lymph nodes. J Immunol 2003; 170:5523.

Bendtzen K, Buschard K, Diamant M, et al. Possible role of IL-1, TNF-alpha, and IL-6 in insulin-dependent diabetes mellitus and autoimmune thyroid disease. Thyroid Cell Group. Lymphokine Res 1989; 8:335.

Bottazzo GF, Todd I, Pujol-Borrell R. Hypotheses on genetic contributions to the aetiology of diabetes mellitus. Immunol Today 1984; 5:230.

Brix TH, Knudsen GP, Kristiansen M, et al. High frequency of skewed X-chromosome inactivation in females with autoimmune thyroid disease: a possible explanation for the female predisposition to thyroid autoimmunity. J Clin Endocrinol Metab 2005; 90:5949.

Brix TH, Kyvik KO, Hegedüs L. A population-based study of chronic autoimmune hypothyroidism in Danish twins. J Clin Endocrinol Metab 2000; 85:536.

Carella C, Mazziotti G, Amato G, et al. Clinical review 169: Interferon-alpha-related thyroid disease: pathophysiological, epidemiological, and clinical aspects. J Clin Endocrinol Metab 2004; 89:3656.

Chin HS, Chin DK, Morgenthaler NG, et al. Rarity of anti- Na+/I- symporter (NIS) antibody with iodide uptake inhibiting activity in autoimmune thyroid diseases (AITD). J Clin Endocrinol Metab 2000; 85:3937.

Chiovato L, Bassi P, Santini F, et al. Antibodies producing complement-mediated thyroid cytotoxicity in patients with atrophic or goitrous autoimmune thyroiditis. J Clin Endocrinol Metab 1993; 77:1700.

Chiovato L, Latrofa F, Braverman LE, et al. Disappearance of humoral thyroid autoimmunity after complete removal of thyroid antigens. Ann Intern Med 2003; 139:346.

Davies TF, Concepcion ES, Ben-Nun A, et al. T-cell receptor V gene use in autoimmune thyroid disease: direct assessment by thyroid aspiration. J Clin Endocrinol Metab 1993; 76:660.

Davies TF. A new role for methimazole in autoimmune thyroid disease: inducing T cell apoptosis. Thyroid 2000; 10:525.

Davies TF. The role of human thyroid cell Ia (DR) antigen in thyroid autoimmunity. In: Autoimmunity and the thyroid, Walfish PG, Wall JR, Volpe R (Eds), Academic Press, New York 1985. p.51.

Davies TF. The thyroid immunology of the postpartum period. Thyroid 1999; 9:675.

Davis MM, Buxbaum J. T-cell receptor use in human autoimmune diseases, New York Academy of Sciences, New York 1995.

Davis S, Kopecky KJ, Hamilton TE, et al. Thyroid neoplasia, autoimmune thyroiditis, and hypothyroidism in persons exposed to iodine 131 from the hanford nuclear site. JAMA 2004; 292:2600.

Eheman CR, Garbe P, Tuttle RM. Autoimmune thyroid disease associated with environmental thyroidal irradiation. Thyroid 2003; 13:453.

Espiritu RP, Dean DS. Parathyroidectomy-induced thyroiditis. Endocr Pract 2010; 16:656.

Fatourechi V, McConahey WM, Woolner LB. Hyperthyroidism associated with histologic Hashimotos thyroiditis. Mayo Clin Proc 1971; 46:682.

Fisfalen ME, Palmer EM, Van Seventer GA, et al. Thyrotropin-receptor and thyroid peroxidase-specific T cell clones and their cytokine profile in autoimmune thyroid disease. J Clin Endocrinol Metab 1997; 82:3655.

Fugazzola L, Cirello V, Beck-Peccoz P. Microchimerism and endocrine disorders. J Clin Endocrinol Metab 2012; 97:1452.

Gause WC, Marsh JA. Effect of testosterone treatments for varying periods on autoimmune development and on specific infiltrating leukocyte populations in the thyroid gland of obese strain chickens. Clin Immunol Immunopathol 1986; 39:464.

Giordano C, Stassi G, De Maria R, et al. Potential involvement of Fas and its ligand in the pathogenesis of Hashimotos thyroiditis. Science 1997; 275:960.

Glick AB, Wodzinski A, Fu P, et al. Impairment of regulatory T-cell function in autoimmune thyroid disease. Thyroid 2013; 23:871.

Grubeck-Loebenstein B, Buchan G, Chantry D, et al. Analysis of intrathyroidal cytokine production in thyroid autoimmune disease: thyroid follicular cells produce interleukin-1 alpha and interleukin-6. Clin Exp Immunol 1989; 77:324.

Guttler R, Singer PA, Axline SG, et al. Pneumocystis carinii thyroiditis. Report of three cases and review of the literature. Arch Intern Med 1993; 153:393.

Haraguchi K, Shimura H, Kawaguchi A, et al. Effects of thyrotropin on the proliferation and differentiation of cultured rat preadipocytes. Thyroid 1999; 9:613.

Hashimoto, H. Zur kenntniss der lymphomatosen verandererung der schilddruse (struma lymphomatosa). Arch Klin Chirugie 1912; 97:219.

Heufelder AE, Goellner JR, Bahn RS, et al. Tissue eosinophilia and eosinophil degranulation in Riedels invasive fibrous thyroiditis. J Clin Endocrinol Metab 1996; 81:977.

Heufelder AE, Hay ID. Evidence for autoimmune mechanisms in the evolution of invasive fibrous thyroiditis (Riedels struma). Clin Investig 1994; 72:788.

Heufelder AE, Wenzel BE, Gorman CA, Bahn RS. Detection, cellular localization, and modulation of heat shock proteins in cultured fibroblasts from patients with extrathyroidal manifestations of Graves disease. J Clin Endocrinol Metab 1991; 73:739.

Hollowell JG, Staehling NW, Flanders WD, et al. Serum TSH, T(4), and thyroid antibodies in the United States population (1988 to 1994): National Health and Nutrition Examination Survey (NHANES III). J Clin Endocrinol Metab 2002; 87:489.

Horwitz MS, Bradley LM, Harbertson J, et al. Diabetes induced by Coxsackie virus: initiation by bystander damage and not molecular mimicry. Nat Med 1998; 4:781.

Huber G, Staub JJ, Meier C, et al. Prospective study of the spontaneous course of subclinical hypothyroidism: prognostic value of thyrotropin, thyroid reserve, and thyroid antibodies. J Clin Endocrinol Metab 2002; 87:3221.

Hutchings PR, Cooke A, Dawe K, et al. A thyroxine-containing peptide can induce murine experimental autoimmune thyroiditis. J Exp Med 1992; 175:869.

Imaizumi M, Pritsker A, Unger P, Davies TF. Intrathyroidal fetal microchimerism in pregnancy and postpartum. Endocrinology 2002; 143:247.

Imaizumi M, Usa T, Tominaga T, et al. Radiation dose-response relationships for thyroid nodules and autoimmune thyroid diseases in Hiroshima and Nagasaki atomic bomb survivors 55-58 years after radiation exposure. JAMA 2006; 295:1011.

Khoury EL, Pereira L, Greenspan FS. Induction of HLA-DR expression on thyroid follicular cells by cytomegalovirus infection in vitro. Evidence for a dual mechanism of induction. Am J Pathol 1991; 138:1209.

Kimura H, Davies TF. Thyroid-specific T cells in the normal Wistar rat. II. T cell clones interact with cloned wistar rat thyroid cells and provide direct evidence for autoantigen presentation by thyroid epithelial cells. Clin Immunol Immunopathol 1991; 58:195.

Kindler S, Roser M, Below H, et al. Thyroid disorders in employees of a nuclear power plant. Thyroid 2006; 16:1009.

Klintschar M, Schwaiger P, Mannweiler S, et al. Evidence of fetal microchimerism in Hashimotos thyroiditis. J Clin Endocrinol Metab 2001; 86:2494.

Kobayashi A, Kuma K, Matsuzuka F, et al. Thyrotoxicosis after needle aspiration of thyroid cyst. J Clin Endocrinol Metab 1992; 75:21.

Kohno Y, Yamaguchi F, Saito K, et al. Anti-thyroid peroxidase antibodies in sera from healthy subjects and from patients with chronic thyroiditis: differences in the ability to inhibit thyroid peroxidase activities. Clin Exp Immunol 1991; 85:459.

Kon YC, DeGroot LJ. Painful Hashimotos thyroiditis as an indication for thyroidectomy: clinical characteristics and outcome in seven patients. J Clin Endocrinol Metab 2003; 88:2667.

Konishi J, Iida Y, Kasagi K, et al. Primary myxedema with thyrotrophin-binding inhibitor immunoglobulins. Clinical and laboratory findings in 15 patients. Ann Intern Med 1985; 103:26.

Kotani T, Umeki K, Hirai K, Ohtaki S. Experimental murine thyroiditis induced by porcine thyroid peroxidase and its transfer by the antigen-specific T cell line. Clin Exp Immunol 1990; 80:11.

Kraiem Z, Baron E, Kahana L, et al. Changes in stimulating and blocking TSH receptor antibodies in a patient undergoing three cycles of transition from hypo to hyper-thyroidism and back to hypothyroidism. Clin Endocrinol (Oxf) 1992; 36:211.

Kraiem Z, Cho BY, Sadeh O, et al. The IgG subclass distribution of TSH receptor blocking antibodies in primary hypothyroidism. Clin Endocrinol (Oxf) 1992; 37:135.

Kraiem Z, Lahat N, Glaser B, et al. Thyrotrophin receptor blocking antibodies: incidence, characterization and in-vitro synthesis. Clin Endocrinol (Oxf) 1987; 27:409.

Lazarus JH. Silent thyroiditis and subacute thyroiditis. In: The thyroid: A fundamental and clinical text, 7th, Braverman LE, Utiger RD (Eds), Lippincott-Raven, Philadelphia 1996. p.577.

Leckie RG, Buckner AB, Bornemann M. Seat belt-related thyroiditis documented with thyroid Tc-99m pertechnetate scans. Clin Nucl Med 1992; 17:859.

Libert F, Lefort A, Gerard C, et al. Cloning, sequencing and expression of the human thyrotropin (TSH) receptor: evidence for binding of autoantibodies. Biochem Biophys Res Commun 1989; 165:1250.

Liblau RS, Singer SM, McDevitt HO. Th1 and Th2 CD4+ T cells in the pathogenesis of organ-specific autoimmune diseases. Immunol Today 1995; 16:34.

Livolsi VA. Surgical pathology of the thyroid, Saunders, Philadelphia 1990.

Londei M, Bottazzo GF, Feldmann M. Human T-cell clones from autoimmune thyroid glands: specific recognition of autologous thyroid cells. Science 1985; 228:85.

Mackenzie WA, Davies TF. An intrathyroidal T-cell clone specifically cytotoxic for human thyroid cells. Immunology 1987; 61:101.

Magnusson RP, Chazenbalk GD, Gestautas J, et al. Molecular cloning of the complementary deoxyribonucleic acid for human thyroid peroxidase. Mol Endocrinol 1987; 1:856.

Mai VQ, Glister BC, Clyde PW, Shakir KM. Palpation thyroiditis causing new-onset atrial fibrillation. Thyroid 2008; 18:571.

Mannavola D, Coco P, Vannucchi G, et al. A novel tyrosine-kinase selective inhibitor, sunitinib, induces transient hypothyroidism by blocking iodine uptake. J Clin Endocrinol Metab 2007; 92:3531.

Marinkovic T, Garin A, Yokota Y, et al. Interaction of mature CD3+CD4+ T cells with dendritic cells triggers the development of tertiary lymphoid structures in the thyroid. J Clin Invest 2006; 116:2622.

Matsuoka N, Unger P, Ben-Nun A, et al. Thyroglobulin-induced murine thyroiditis assessed by intrathyroidal T cell receptor sequencing. J Immunol 1994; 152:2562.

McAninch EA, Xu C, Lagari VS, Kim BW. Coccidiomycosis thyroiditis in an immunocompromised host post-transplant: case report and literature review. J Clin Endocrinol Metab 2014; 99:1537.

McGregor AM, Ibbertson HK, Smith BR, Hall R. Carbimazole and autoantibody synthesis in Hashimotos thyroiditis. Br Med J 1980; 281:968.

McLachlan SM, Feldt-Rasmussen U, Young ET, et al. IgG subclass distribution of thyroid autoantibodies: a fingerprint of an individuals response to thyroglobulin and thyroid microsomal antigen. Clin Endocrinol (Oxf) 1987; 26:335.

McLachlan SM, Nagayama Y, Pichurin PN, et al. The link between Graves disease and Hashimotos thyroiditis: a role for regulatory T cells. Endocrinology 2007; 148:5724.

McLaughlin SA, Smith SL, Meek SE. Acute suppurative thyroiditis caused by Pasteurella multocida and associated with thyrotoxicosis. Thyroid 2006; 16:307.

Medici M, Porcu E, Pistis G, et al. Identification of novel genetic Loci associated with thyroid peroxidase antibodies and clinical thyroid disease. PLoS Genet 2014; 10:e1004123.

Menconi F, Monti MC, Greenberg DA, et al. Molecular amino acid signatures in the MHC class II peptide-binding pocket predispose to autoimmune thyroiditis in humans and in mice. Proc Natl Acad Sci U S A 2008; 105:14034.

Miller KK, Daniels GH. Association between lithium use and thyrotoxicosis caused by silent thyroiditis. Clin Endocrinol (Oxf) 2001; 55:501.

Mills KH. Regulatory T cells: friend or foe in immunity to infection? Nat Rev Immunol 2004; 4:841.

Misrahi M, Loosfelt H, Atger M, et al. Cloning, sequencing and expression of human TSH receptor. Biochem Biophys Res Commun 1990; 166:394.

Nagayama Y, Kaufman KD, Seto P, Rapoport B. Molecular cloning, sequence and functional expression of the cDNA for the human thyrotropin receptor. Biochem Biophys Res Commun 1989; 165:1184.

Nagayama Y, Rapoport B. The thyrotropin receptor 25 years after its discovery: new insight after its molecular cloning. Mol Endocrinol 1992; 6:145.

Neufeld DS, Platzer M, Davies TF. Reovirus induction of MHC class II antigen in rat thyroid cells. Endocrinology 1989; 124:543.

Ostroumova E, Brenner A, Oliynyk V, et al. Subclinical hypothyroidism after radioiodine exposure: Ukrainian-American cohort study of thyroid cancer and other thyroid diseases after the Chornobyl accident (1998-2000). Environ Health Perspect 2009; 117:745.

Othman S, Phillips DI, Parkes AB, et al. A long-term follow-up of postpartum thyroiditis. Clin Endocrinol (Oxf) 1990; 32:559.

Pacini F, Vorontsova T, Molinaro E, et al. Prevalence of thyroid autoantibodies in children and adolescents from Belarus exposed to the Chernobyl radioactive fallout. Lancet 1998; 352:763.

Paes JE, Burman KD, Cohen J, et al. Acute bacterial suppurative thyroiditis: a clinical review and expert opinion. Thyroid 2010; 20:247.

Pearce EN, Farwell AP, Braverman LE. Thyroiditis. N Engl J Med 2003; 348:2646.

Raghupathy R. Th1-type immunity is incompatible with successful pregnancy. Immunol Today 1997; 18:478.

Raman L, Murray J, Banka R. Primary tuberculosis of the thyroid gland: an unexpected cause of thyrotoxicosis. BMJ Case Rep 2014; 2014.

Romagnani S, Del Prete GF, Maggi F, et al. Human Th1 and Th2 subsets. Int Arch Allergy Immunol 1992; 99:242.

Schwartzentruber DJ, White DE, Zweig MH, et al. Thyroid dysfunction associated with immunotherapy for patients with cancer. Cancer 1991; 68:2384.

Shimojo N, Kohno Y, Yamaguchi K, et al. Induction of Graves-like disease in mice by immunization with fibroblasts transfected with the thyrotropin receptor and a class II molecule. Proc Natl Acad Sci U S A 1996; 93:11074.

Smith BR, Hall R. Thyroid-stimulating immunoglobulins in Graves disease. Lancet 1974; 2:427.

Somerset DA, Zheng Y, Kilby MD, et al. Normal human pregnancy is associated with an elevation in the immune suppressive CD25+ CD4+ regulatory T-cell subset. Immunology 2004; 112:38.

Srinivasappa J, Garzelli C, Onodera T, et al. Virus-induced thyroiditis. Endocrinology 1988; 122:563.

Srivatsa B, Srivatsa S, Johnson KL, et al. Microchimerism of presumed fetal origin in thyroid specimens from women: a case-control study. Lancet 2001; 358:2034.

Stang MT, Yim JH, Challinor SM, et al. Hyperthyroidism after parathyroid exploration. Surgery 2005; 138:1058.

Stassi G, Di Liberto D, Todaro M, et al. Control of target cell survival in thyroid autoimmunity by T helper cytokines via regulation of apoptotic proteins. Nat Immunol 2000; 1:483.

Takasu N, Yamada T, Sato A, et al. Graves disease following hypothyroidism due to Hashimotos disease: studies of eight cases. Clin Endocrinol (Oxf) 1990; 33:687.

Tamai H, Ohsako N, Takeno K, et al. Changes in thyroid function in euthyroid subjects with a family history of Graves disease: a follow-up study of 69 patients. J Clin Endocrinol Metab 1980; 51:1123.

Tomer Y, Barbesino G, Greenberg DA, et al. Mapping the major susceptibility loci for familial Graves and Hashimotos diseases: evidence for genetic heterogeneity and gene interactions. J Clin Endocrinol Metab 1999; 84:4656.

Tomer Y, Davies TF. Infection, thyroid disease, and autoimmunity. Endocr Rev 1993; 14:107.

Tomer Y, Davies TF. Searching for the autoimmune thyroid disease susceptibility genes: from gene mapping to gene function. Endocr Rev 2003; 24:694.

Tronko MD, Brenner AV, Olijnyk VA, et al. Autoimmune thyroiditis and exposure to iodine 131 in the Ukrainian cohort study of thyroid cancer and other thyroid diseases after the Chornobyl accident: results from the first screening cycle (1998-2000). J Clin Endocrinol Metab 2006; 91:4344.

Vanderpump MP, Tunbridge WM, French JM, et al. The incidence of thyroid disorders in the community: a twenty-year follow-up of the Whickham Survey. Clin Endocrinol (Oxf) 1995; 43:55.

Vialettes B, Guillerand MA, Viens P, et al. Incidence rate and risk factors for thyroid dysfunction during recombinant interleukin-2 therapy in advanced malignancies. Acta Endocrinol (Copenh) 1993; 129:31.

Villanueva R, Greenberg DA, Davies TF, Tomer Y. Sibling recurrence risk in autoimmune thyroid disease. Thyroid 2003; 13:761.

Völzke H, Werner A, Wallaschofski H, et al. Occupational exposure to ionizing radiation is associated with autoimmune thyroid disease. J Clin Endocrinol Metab 2005; 90:4587.

Walsh JP, Ward LC, Burke V, et al. Small changes in thyroxine dosage do not produce measurable changes in hypothyroid symptoms, well-being, or quality of life: results of a double-blind, randomized clinical trial. J Clin Endocrinol Metab 2006; 91:2624.

Weetman AP, Smallridge RC, Nutman TB, Burman KD. Persistent thyroid autoimmunity after subacute thyroiditis. J Clin Lab Immunol 1987; 23:1.

Weetman AP. The immunology of pregnancy. Thyroid 1999; 9:643.

Yin X, Latif R, Tomer Y, Davies TF. Thyroid epigenetics: X chromosome inactivation in patients with autoimmune thyroid disease. Ann N Y Acad Sci 2007; 1110:193.

Zimmerman RS, Brennan MD, McConahey WM, et al. Hashimotos thyroiditis. An uncommon cause of painful thyroid unresponsive to corticosteroid therapy. Ann Intern Med 1986; 104:355.

 

Fuente: este post proviene de El blog de Ricardo Ruiz de Adana Pérez, donde puedes consultar el contenido original.
¿Vulnera este post tus derechos? Pincha aquí.
Creado:
¿Qué te ha parecido esta idea?
Esta información nunca debe sustituir a la opinión de un médico. Ante cualquier duda, consulta con profesionales.

Esta idea proviene de:

Y estas son sus últimas ideas publicadas:

INTRODUCCIÓN El término tiroiditis agrupa distintos procesos tiroideos de etiología, presentación (bocio, nódulo, disfunciones tiroideas a veces clínicamente sintomáticas, en otras ocasiones asintomát ...

Recomendamos

Relacionado

Atención primaria Dermatología Endocrinología ...

RESUMEN La sarcoidosis es una enfermedad multisistémica que afecta con mayor frecuencia a jóvenes y mujeres de todo el mundo. Su etiología permanece desconocida; unos expertos piensan que puede deberse a muchos factores precipitantes, mientras que otros opinan que solo hay un único agente antigénico. En ambos casos desencadenarían una respuesta inmune anormal en un individuo predispuesto genética ...