Remedios para la tos seca y garganta irritada

Tos seca


La tos seca es uno de los síntomas del asma más incómodos para el paciente. Pero, también aparece relacionada con otras causas. Muchas personas se sienten afectadas por una tos seca persistente. Estos ataques de tos seca, a menudo, acaban provocando otros síntomas, como dolor de garganta.

Es fácil comprender que la tos seca y la garganta irritada suelen ir de la mano. Por esa razón, es importante que analicemos la tos y sus causas y encontremos los mejores remedios para la tos seca y garganta irritada.

¿Qué es la tos?

Lo primero que hay que tener claro es que la tos no siempre va asociada a una enfermedad. Las personas sanas también tosen. De hecho, la tos es considerada como una especie de sistema que el cuerpo utiliza para mantener la limpieza de la tráquea y los bronquios. Todos tosemos y también lo hacen los animales.

Según las estadísticas, casi un 25% de las personas saludables, y no fumadoras, experimentan golpes de tos seca o expectorante al levantarse por la mañana. De esta manera, nuestro organismo intenta limpiarse de la posible mucosidad acumulada durante el sueño o responde a la sequedad de la garganta después de tantas horas.

A veces, la tos se prolonga repetidamente durante el día o se percibe una tos molesta que no cesa. En ese caso, lo mejor es consultar al médico o con un farmacéutico.

Fases de la tos

Pero ¿qué es exactamente la tos? En lenguaje clínico es definida, según el diccionario, como “la expulsión brusca, violenta y ruidosa del aire contenido en los pulmones producida por la irritación de las vías respiratorias o para mantener el aire de los pulmones limpio de sustancias extrañas”.

Esta maniobra se lleva a cabo a través de tres pasos:

· La glotis se abre con inspiración.

· La glotis se cierra y se contraen la musculatura respiratoria.

· La glotis se abre bruscamente y el aire que ha estado retenido en los pulmones es expulsado violentamente.

El cuerpo está dotado de una serie de receptores de la tos. Se encuentran concentrados, en su mayoría, en la garganta y las ramificaciones de las vías respiratorias. En menos cantidad, también aparecen en los senos paranasales, los oídos, el esófago, la barriga, el recubrimiento cardíaco y el de los pulmones.

Por qué tosemos

La tos es un mecanismo reflejo de nuestro cuerpo. Es decir, se produce incluso sin que tomemos consciencia de ello. Es lo mismo que ocurre al bostezar o al parpadear. Son hechos que realizamos con mucha frecuencia y que son susceptibles de ser provocados o inhibidos.

En el caso de la tos, esta se produce a través del estímulo que percibe la mucosa bronquial, la tráquea o la laringe. Esta estimulación puede deberse a un exceso de moco acumulado en la superficie, un tracto demasiado seco, como consecuencia de un enfriamiento o por la acción de ciertos agentes químicos.

El proceso de toser resulta bastante curioso. El reflejo desencadena un impulso. Comienza al excitarse los receptores a través de algún erosionante de origen químico o físico. Ese impulso asciende hasta el bulbo raquídeo y la protuberancia. Para ello se sirve del nervio vago como medio de transporte.

Por último, una vez que el impulso ha tocado “techo” se ramifica por el diafragma y la musculatura intercostal y abdominal.

Qué nos pasa cuando tosemos

Cuando los pulmones se encuentran henchidos de aire, se produce el cierre de los canales aéreos de la garganta, ubicados en la laringe. A la vez se va elevando el nivel de compresión en el interior de la caja torácica. Así se inicia la maniobra para esforzarnos y sacar el aire retenido por una glotis cerrada.

Ya hemos visto que la tos posee un fin destinado a protegernos y defendernos. Las secreciones del aparato respiratorio se pueden eliminar a través de dos sistemas: la tos y la acción de los cilios bronquiales. Cuando la actividad de estos últimos resulta insuficiente, entra en juego la tos.

Con los ataques de tos, el contenido de las vías respiratorias se elimina. La enorme cantidad de aire contenida en ellas propician la expulsión de cuerpos extraños y mucosidad. No obstante, mientras se produce la exhalación obligada, los conductos se encogen y acaban comprimiendo las secreciones de las vías respiratorias más pequeñas. De esta manera se propicia la expulsión.

Es fácil notar que al toser suele producirse una especie de silbido. Su función es la de provocar una vibración en las vías respiratorias. Esta acción acaba sacudiendo la mucosidad y la empuja por la tráquea.

Cuáles son los tipos de tos

Desde la tos productiva a la tos seca o tos persistente, existen muchos tipos de tos. La clasificación básica es la siguiente:

1. Tos seca. También denominada tos persistente o tos improductiva. Se presenta sin ningún tipo de expectoración.

2. Tos productiva. También llamada tos expectorante. Como su nombre indica esta tos va acompañada de la expulsión de mucosidad y flemas.

3. Tos asmática. Es una tipología concreta de tos seca que suele ir relacionada con cierto grado de dificultad para respirar a causa del asma.

4. Tos aguda. Se llama de este modo a la tos que empieza de manera repentina.

5. Tos crónica. Hace referencia a los episodios de tos que duran más de dos semanas. Esta tos permanente y dilatada en el tiempo tiene como consecuencia dolor intercostal, debido al sobreesfuerzo de los músculos de la zona. También provoca malestar en la tráquea y la laringe, con la consiguiente garganta irritada.

6. Tos convulsiva. Se trata de un ataque de tos violento. Durante su transcurso se suceden muy rápidamente distintos episodios de tos.

7. Tos seca falsa. Va acompañada de mucosidad pero es deglutida.

8. Tos psicosomática. Es considerada un tic que acompaña a personas muy nerviosas.

Qué causas provocan la tos

Las causas que provocan la tos son muy diversas. Entre ellas destacan las siguientes razones:

· Dolencias de procedencia otorrinolaringológicas

· Problemas de los canales auditivos externos o del tímpano

· Sinusitis

· Rinitis

· Amigdalitis

· Enfermedades cardíacas

· Problemas irritativos de las vías aéreas superiores

· Causas que afectan a los pulmones de manera aguda o crónica

· Cuestiones accidentales: humo, alimentos que pasan a la tráquea, cuerpos extraños, etc.



Cómo se puede calmar la tos

Las fórmulas para calmar estos molestos síntomas dependen del tipo de tos. En el caso de la tos seca no productiva se intenta suavizar el acceso y contribuir a que desaparezca. Si tratamos con una tos productiva los fines se centran en el uso de expectorantes y mucolíticos.

En cualquiera de estas situaciones hay que tomar las medidas oportunas para que el tracto respiratorio recupera su nivel de humedad adecuado. Para ello hay que recurrir a la ingesta de líquidos o humidificar el aire del entorno.

En ciertos casos, relacionados con la tos seca, hay que añadir las molestias que se añaden al perpetuarse en el tiempo. Las consecuencias suelen ser la irritación del tracto traqueal y de la mucosa de la faringe. En momentos como estos es idóneo recurrir a un fármaco antitusígeno.

Existen antitusígenos de diferentes tipologías:

- Los que actúan de manera centralizada. Estos antitusígenos erradican o refrenan el reflejo de la tos y deprimen el foco que la produce. Los más habituales son la codeína y el dextrometorfano.

- Los que actúan de manera periférica. Inciden sobre los estímulos foráneos del reflejo de la tos.

Los fármacos apropiados deberán tomarse, en cualquier caso, dependiendo de la edad del enfermo, de la tipología de la tos, de cualquier sintomatología que se presente asociada, de la toma de otros medicamentos y de los antecedentes médicos como la preexistencia de bronquitis, diabetes, cardiopatías, etc.

En cualquier caso debe quedar muy claro que el uso de medicamentos antitusígenos debe seguir las medidas y pautas prescritas por el farmacéutico o el médico que atienda al paciente. Además, las soluciones medicamentosas contra la tos no deben perpetuarse a lo largo del tiempo. Si los síntomas no remiten en un periodo de tres semanas, habrá que volver al especialista para que valore la situación.

Otras medidas que ayudan a evitar la tos

Cuestiones como un aire demasiado seco o la aspereza de la garganta pueden hacer que la tos se vea agravada. Para evitar o mitigar estos agentes se pueden seguir las siguientes indicaciones:

· Beber agua, al menos un par de litros al día, para ayudar a la humidificación del tracto respiratorio.

· Hacer que la humedad de las estancias ronde el 40%.

· Rehuir de espacios en los que se concentre el humo producido por el tabaco, que actúa estimulando la tos.

· Abandonar el tabaquismo, una de las causas más habituales para la aparición de la tos.

· Pedir información al farmacéutico o al especialista para obtener información sobre terapias sustitutivas de la nicotina y recursos o terapias para superar el hábito de fumar.

Qué es la tos seca

Durante el padecimiento de un constipado, la mayor parte de los enfermos padece una tos muy molesta que puede ser productiva o seca. La primera suele ser conocida también como tos persistente o tos irritante. Su nivel de incomodidad crece durante el transcurso de la noche.

¿Qué se considera tos seca?

Con tos seca nos referimos a ese tipo reacción espasmódica que no va acompañada de expectoración. Va de la mano de un ruido fuerte y, en determinados casos, pueden producirse auténticos ataques de tos.

En cualquier caso, y cualquiera que sea su desencadenante, en vital conseguir que la tos seca no se extienda en el tiempo. Para ello hay que tratarla desde que se perciben los primeros síntomas. De este modo resulta más fácil que el paciente se vea sometido a un círculo vicioso en el que la tos no desaparece.

Para ello, el procedimiento específico para tratar estos episodios deben ir enfocados a reducir la intensidad y la frecuencia con que se suceden los ataques de tos seca.

Aunque pueda parecer un mal menor, lo cierto es que la tos seca puede resultar más que una simple molestia. Su aparición puede conseguir la alteración de la vida cotidiana del paciente, perturbar la calidad del sueño y fomentar el cansancio o favorecer la aparición de irritación dolor en otras partes del cuerpo.

Síntomas de la tos seca

- Necesidad incontrolable y permanente de toser.

- Tos que no expele ningún tipo de secreción mucosa.

- Garganta irritada, con cosquilleo y sequedad.

- Sonido bronco y seco.

- Falta de congestión en el pecho.

- Dificultad para conciliar el sueño.

- Cansancio

Estos síntomas pueden darse por separado o conjuntamente. En cualquier caso, la tos seca suele desestabilizar la cotidianidad de quien la padece. Pero ¿qué es lo que provoca que padezcamos de tos seca?

Normalmente suele estar relacionada con algún tipo de infección de las vías respiratorias altas. Por lo general es debido a la acción del virus del resfriado común y puede acabar derivando en una tos productiva.

Otra causa común que favorece la aparición de la tos seca es el hecho de acabar irritando repetidamente las vías respiratorias. Esto puede producirse al estar sometidos a ambientes perniciosos, como el humo del tabaco, el polvo o agentes contaminantes.

Tos seca jarabe

Existen muchos jarabes para aliviar los síntomas de la tos seca. No obstante, uno de los más extendidos es Histiacil. Figura entre los remedios para la tos seca y garganta irritada más demandados. En España se comercializa bajo el nombre de Cinfatos.

La composición de Histiacil es una combinación de Dextrometorfano más Guaifenesina. Se presenta en varios formatos y también sin azúcar, para diabéticos, y en formulación especial para el uso en niños.

En cualquier de los casos, antes de tomarlo hay que consultar con el facultativo y leer bien el prospecto. Hay que recordar que no debe ingerirse ningún medicamento sin la prescripción de un médico.

Remedios caseros para la tos seca nocturna

Ya hemos comentado que durante la noche la tos seca empeora y se agudiza al estar tumbados. Durante esas horas se presenta con mayor persistencia y resulta especialmente molesta.

Te proporcionamos algunos remedios caseros que te pueden ayudar a mitigar la tos y permitirte un descanso más efectivo.

- Zumo de limón y miel. Se puede diluir en vaso de agua templada. Otra alternativa es disolver una cucharadita de miel en un vaso de leche caliente. La miel posee efectos sedantes, es un antitusígeno natural y suaviza las mucosas. El limón, por su parte, es rico en vitamina C, es antiséptico y antibacteriano. El conjunto aliviará la tos seca y garganta irritada.

- Gárgaras de agua tibia con sal. Solo hay que disolver media cucharadita de sal en un vaso de agua.

- Chupar caramelos para la tos. Entre otras cosas aumentará tu producción de saliva.

En cualquier caso, sea cual sea el remedio que estés utilizando, debes consultar con un médico en caso de que los síntomas perduren después de siete días o notes que se intensifica. También si notas fiebre, dolor en el pecho o náuseas. Por último, tendrás que visitar al facultativo para que examine las causas de esa tos secas si sientes dificultades para respirar.

Fuente: este post proviene de Zensei - App Diario de Salud Respiratoria, donde puedes consultar el contenido original.
¿Vulnera este post tus derechos? Pincha aquí.
Creado:
¿Qué te ha parecido esta idea?
Esta información nunca debe sustituir a la opinión de un médico. Ante cualquier duda, consulta con profesionales.

Esta idea proviene de:

Y estas son sus últimas ideas publicadas:

Etiquetas:

Recomendamos